La Universidad de Granada inicia una novedosa terapia para curar pesadillas

Dicen que asegura la curación del trastorno en el 70% de los afectados
Por EROSKI Consumer 27 de febrero de 2003

La Facultad de Psicología de la Universidad de Granada ha iniciado un novedoso programa de tratamiento y cura de las pesadillas entre todos los miembros de la comunidad universitaria. Alumnos, profesores, personal administrativo y sus respectivas familias pueden acudir, de forma gratuita, a las terapias organizadas por la Unidad Clínica para solucionar los efectos de los sueños angustiosos.

Las profesoras Elena Miró y Pilar Martínez han decidido buscar soluciones terapéuticas a un trastorno escasamente estudiado por la medicina general. Las psicólogas han adaptado a la realidad nacional una técnica desarrollada por científicos estadounidenses -grupo de Krakow-. El método asegura la cura completa del 70% de los pacientes que se someten al tratamiento.

Aquellos que deciden poner fin al pánico de las pesadillas se enfrentan a una primera fase educativa. Los afectados se reúnen y ponen en común de forma grupal los efectos de sus trastornos en su vida diaria, al tiempo que los psicólogos les enseñan a generar imágenes mentales agradables, con la ayuda de ejercicios de respiración abdominal, relajación muscular y supresión del pensamiento.

Imaginación feliz

Una vez superada la primera sesión, las especialistas en el sueño instan a que los pacientes modifiquen mentalmente el desenlace de su pesadilla y logren un final feliz. El tratamiento logra que los afectados tengan una visión menos amenazante y terrorífica del sueño, hasta conseguir dulcificar al máximo las pesadillas.

La experiencia aún no ha concluido en los primeros afectados pero, en apenas tres semanas de terapia, las responsables del proyecto aseguran que se experimenta tanto una reducción en la frecuencia como en la intensidad emocional.

Las responsables del proyecto esperan cubrir con su iniciativa el vacío terapéutico de este trastorno. «Pretendemos reducir el impacto de las pesadillas, porque cuando son muy frecuentes afectan a la vida cotidiana con síntomas de fatiga, irritabilidad y disminución de la capacidad de concentración», afirma Pilar Martínez, quien resalta el «impacto emocional de estas experiencias, porque observamos que algunas personas piensan que lo que sueñan es algo premonitorio de lo que les va a pasar en realidad». Los niños, más propensos

Las responsables de la terapia se enfrentan ante la ausencia total de estudios comparativos de las pesadillas en España. Pilar Martínez y Elena Miró dirigen una tesina para intentar testar los datos que manejan actualmente de grupos de investigación internacionales y comprobar si la población universitaria está aquejada por este desajuste en mayor proporción que el resto de sectores sociales.

El Manual Diagnóstico-Estadístico de los Trastornos Mentales estima que el porcentaje de población con problemas de pesadilla oscila en torno al 6%. Curiosamente, la edad en la que se experimenta mayor propensión hacia los sueños angustiosos es en los niños de 3 a 5 años de edad.

Los trastornos angustiosos del sueño son muy frecuentes en la infancia al formar parte de su proceso evolutivo y desaparecen casi por completo a partir de los 50 años. Los expertos achacan la aparición de este fenómeno al estrés emocional y a los problemas no resueltos en la vida personal.

El grupo de investigación granadino tan sólo trata de forma terapéutica las pesadillas, aunque vulgarmente se suelen confundir con el terror nocturno. Éste, a diferencia de la pesadilla, implica que el afectado se despierte de forma traumática, con gritos de angustia y sudando en abundancia, pero sin poder recordar nada del contenido del sueño.

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