Los neumólogos alertan de los riesgos que supone automedicarse contra la gripe

Aconsejan visitar al médico para obtener un diagnóstico cierto
Por EROSKI Consumer 11 de noviembre de 2003

Muchos de los cuatro millones de españoles que el Ministerio de Sanidad calcula que padecerán este invierno los rigores de la gripe se automedicarán contra esta afección, la que más bajas laborales origina. Una práctica que desaconsejan los neumólogos, que alertan ante los riesgos que supone achacar el malestar al gripazo y enmascarar así otras afecciones de síntomas muy similares, o favorecer la resistencia de los microorganismos a la acción de los antibióticos. Antes de optar por la automedicación, estos especialistas aconsejan visitar al médico para obtener un diagnóstico cierto.

«No todo lo que parece gripe lo es», advierten desde la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). «Estamos ante un concepto comodín bajo el que se cobijan en no pocas ocasiones otras patologías distintas de la provocada por el virus de la influenza y cuyo tratamiento exige también una oportuna diferenciación», precisan.

Lamentan los médicos que tendamos a encerrar en el concepto gripe o gripazo afecciones muy distintas. «Diversas manifestaciones respiratorias agudas de origen diverso con síntomas comunes, como fiebre en algunos casos, tos, malestar general, estornudos, dolor de garganta o sensación de embotamiento». Un patrón en el que desde luego entra la gripe, pero también catarros, resfriados, bronquitis aguda, faringoamigdalitis, otitis y hasta neumonías.

«La fiebre moderada o alta es característica de la gripe o la neumonía, pero no del catarro o el resfriado», destaca el doctor José Gallardo, experto en infecciones respiratorias de la Separ y adscrito al Hospital Universitario de Guadalajara. «Sí, es cierto que muchos pacientes -reconoce- pueden confundirse y atribuir a una enfermedad respiratoria lo que en realidad es manifestación de otra».

Virus o bacteria

El catarro común y la irritación faríngea son las afecciones más fácilmente confundibles con la gripe, y la fiebre y la tos los síntomas más comunes. Sin embargo, será el médico quien deba establecer cuál es el microorganismo causante de la infección, averiguar si es un virus o una bacteria, o ambos a la vez. «De esta diferenciación dependerá que optemos por emplear o no antibióticos en el tratamiento», subraya el neumólogo. «Si existe catarro común o gripe -precisa el doctor Gallardo- lo lógico es que la infección la cause un virus, lo que hace innecesario la prescripción de antibióticos».

Si la afección es de causa bacteriana, como ocurre con la otitis, bronquitis o neumonía, o si el paciente presenta dificultades respiratorias, es casi obligada la adicción de un antibiótico al tratamiento que, según Gallardo, «intentará cubrir la presencia de las bacterias más comúnmente implicadas en estas infecciones».

Los médicos destacan, con todo, dos grandes «errores» de los enfermos españoles, su tendencia a automedicarse y a suprimir el tratamiento antes de lo prescrito. «Somos muy amigos de autodiagnosticarnos y de recetarnos a nosotros mismos los medicamentos que consideramos más adecuados al caso», se denuncia desde la Separ. «Algo que hacemos con o sin la colaboración del personal de la farmacia», apostilla el doctor Gallardo.

Ambas actitudes son un error y favorecen, según los expertos, «la aparición de resistencia a microorganismos, como las bacterias, que de unos años a esta parte están cogiendo muy bien la medida de los antibióticos, especialmente cuando se hace mal uso de ellos o no se administran con la dosis y pautas adecuadas».

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