Los suplementos vitamínicos no sólo no contribuyen a prolongar la vida sino que incluso podrían tener efectos perjudiciales para la salud. Así lo afirman investigadores del Hospital Universitario de Copenhague (Dinamarca) tras analizar 67 ensayos clínicos, en los que participaron unas 250.000 personas, sobre los efectos de estas píldoras basadas en antioxidantes.
En 21 pruebas tomaron parte 165.000 personas sanas y en otras 46 participaron 68.000 pacientes con varias enfermedades, incluidos males gastrointestinales, cardiovasculares, neurológicos, oculares, dermatológicos, reumatoides y renales.
Los resultados mostraron que, en general, los suplementos vitamínicos no tenían ningún efecto en la reducción de la mortalidad. En total, murió el 13% de los participantes que tomaron estos suplementos y el 10,5% que ingirieron placebos (sustancias sin efecto terapéutico).
Los investigadores observaron que hubo un importante aumento de la mortalidad entre los que tomaron betacaroteno, vitamina A y vitamina E. Además, no encontraron diferencias entre los efectos de los suplementos en los pacientes sanos y aquellos con diversas enfermedades.
«No pudimos encontrar evidencias que apoyen la teoría de que el consumo de suplementos de antioxidantes reduce el riesgo de morir de forma más temprana», afirma Goran Bjelakovic, principal autor del estudio. «De hecho, la vitamina A, el betacaroteno y la vitamina E podrían aumentar la mortalidad», apunta.
Los autores de la investigación concluyen que «es necesario que los suplementos antioxidantes sean considerados productos médicos y como tales sean sometidos a suficientes evaluaciones antes de ser comercializados». Muchas personas recurren a ellos porque los consideran saludables o inocuos. Sin embargo, la mejor estrategia, afirman, es consumir una dieta equilibrada rica en nutrientes y minerales naturales, como frutas y vegetales.
