La iniciativa, enmarcada en el ‘Proyecto Rumbo: hacia un modelo de autonomía personal conectada e inclusiva’, busca concienciar al conjunto de la sociedad y, en especial, a las administraciones públicas, profesionales de la gestión cultural y operadores de ocio, sobre las barreras físicas, comunicativas, cognitivas, sensoriales y socioeconómicas que enfrentan las personas con DCA cuando quieren ser parte de una actividad lúdica en su tiempo libre.
Objetivos
La campaña, presentada en la 16ª edición Feira das Culturas Galegas Culturgal, recoge las demandas de las personas con DCA que forman parte del movimiento asociativo gallego ante las recurrentes dificultades para encontrar ofertas de ocio que sean accesibles e inclusivas.
Para FEGADACE esta situación no solo refleja la necesidad de sensibilizar y formar al sector lúdico y cultural sobre la realidad y necesidades específicas de las personas con DCA, sino que urge a un cambio en el modelo de ocio.
Por un lado, es necesario superar el abordaje reduccionista de la accesibilidad. Habitualmente, las medidas de apoyo a las personas con discapacidad se centran de forma exclusiva en la accesibilidad física y se dejan desatendidas u olvidadas otras necesidades relacionadas, por ejemplo, con la accesibilidad cognitiva.
Por otro, es prioritario que operadores de ocio y cultura ofrezcan programación inclusiva. Esto quiere decir que deberían ir dirigidas a todas las personas y con medidas favorecedoras para la inclusión, superando la tendencia segregadora que ofrece actividades específicas, al margen de la oferta general, para quienes tienen discapacidad.
¿Qué es el ocio inclusivo?
Según Fernando Fantova, podemos definir ‘ocio’ como aquella actividad que una persona realiza en el tiempo que dispone después de cumplir con sus obligaciones o de satisfacer sus necesidades básicas, por lo general relacionada con el juego o la recreación, elegida libremente y que genera satisfacción.
Para que este tipo de actividad sea, además, inclusiva, debe estar diseñada y organizada de modo que puedan participar todas las personas, independientemente de si tienen discapacidad o no y de las necesidades de apoyo que tengan. De esta manera, en el ocio inclusivo, el acceso y participación de las personas con discapacidad se realiza en las mismas condiciones que el resto de personas y la interacción con estas se da en igualdad.
Recomendaciones para un ocio inclusivo
La campaña, compuesta de folletos informativos y un vídeo explicativo, difunde una serie de pautas básicas, dirigidas a entidades y personas responsables de diseñar, organizar y coordinar actividades y servicios de ocio.
Las recomendaciones son las siguientes:
- Entorno accesible: el espacio donde se desarrolla la actividad debe ser accesible para todas las personas y no presentar barreras arquitectónicas, cognitivas y/o sensoriales.
- Medidas de apoyo y orientación: las personas deben contar con herramientas o medidas de apoyo que faciliten su participación. Además, las personas responsables de la dinamización, organización o atención al público deben estar disponibles y contar con las herramientas necesarias para ofrecer orientación y apoyo a las personas con discapacidad.
- Información sobre la accesibilidad: la información recogida en folletos, web, carteles, apps, servicios de atención telefónica, etc. sobre la actividad debe incluir datos sobre su accesibilidad.
- Material explicativo accesible: las páginas web y documentos informativos sobre la actividad o el material necesario para llevarla a cabo deben ser accesibles y facilitar la comprensión a todas las personas (lectura fácil, lengua de signos, pictogramas…).
- Acceso gratuito: las personas de apoyo, como por ejemplo asistentes personales, deben tener derecho a acceder de forma gratuita a las actividades de ocio, pues su presencia es fundamental para las personas con discapacidad.
- Acceso preferente y reserva de plazas: las personas con discapacidad deben tener acceso preferente en las actividades que requieran tiempos de espera y contar con la reserva de ocupación de las plazas que sean más accesibles.
- Profesionales de apoyo: la entidad o institución responsable de la actividad debe contar con profesionales de apoyo para las personas con discapacidad. En caso de que no sea posible, tendrán en cuenta la posibilidad de contactar con las asociaciones de referencia para conocer las necesidades de estas personas.
- Grupos reducidos: es recomendable realizar en grupos reducidos (10-15 personas) las actividades que demanden la participación activa de las personas asistentes.
- Margen horario: los tiempos muy marcados son un impedimento de acceso para muchas personas, por lo que es necesario guardar un margen horario para garantizar que quienes puedan participar a su ritmo, respetando sus tiempos de movimiento, desplazamiento o comunicación.
- Transporte adaptado: es necesario transporte adaptado y gratuito (o de bajo coste) para las personas con discapacidad con el fin de facilitar su asistencia a actividades de ocio.