Salud Pública del Gobierno de Aragón ha descartado el botulismo como causa de la intoxicación alimentaria que ha afectado a 28 jóvenes madrileños acampados en Montalbán (Teruel), de los que ocho permanecen ingresados en hospitales de la comunidad aragonesa, aunque evolucionan favorablemente.
De estos ocho jóvenes, siete se encuentran en el Hospital Obispo Polanco de Teruel, mientras que una chica de 14 años fue trasladada en una UVI-móvil al Miguel Servet de Zaragoza, debido a la mayor gravedad de la afección.
Esta joven presentaba síntomas compatibles con el botulismo, por lo que los responsables sanitarios pensaron, en un principio, que esta era la causa de la intoxicación, pero se ha descartado tras comprobar la evolución favorable de la paciente, informó la subdirectora provincial de Salud Pública en Teruel, María Victoria Cañada.
Durante la pasada noche se evacuó el campamento de la Asociación Scout Madrid M.S.C. y otros 20 jóvenes, con edades entre los 7 y 23 años, fueron atendidos en diversos centros hospitalarios de Aragón, con síntomas más leves de intoxicación y sin que fuera necesario su ingreso.
Excursiones
Todos los afectados en alguna medida por el brote, excepto cuatro de ellos, participaron durante los días 18 y 19 en excursiones en las que consumieron alimentos envasados y al acabárseles el agua cogieron del río -«que en principio no es potable»-, aunque utilizaron pastillas de cloración, lo que «fue un elemento de riesgo», apuntó Cañada.
En el campamento de la Asociación Scout Madrid, que se inició el 15 de julio en un terreno particular junto al río Martín en el paraje de Peñasrroyas, pedanía de Montalbán, y cuya finalización estaba prevista para el día 30 de este mes, hubo 50 personas expuestas a la intoxicación, 15 monitores y 35 jóvenes de edades comprendidas entre los 7 y 17 años.
Técnicos de Sanidad han recogido muestras de agua de bidones, así como de la fuente de la que se surtían los jóvenes. También se han inmovilizado todos los alimentos, entre los que se encuentran embutidos, algunos envasados al vacío y otros sin protección. Estos alimentos, añadió Cañada, son perecederos y deberían haber sido comprados y consumidos en el día o bien guardados en frío, pero el campamento carecía de cualquier tipo de refrigerador.
Salud Pública de Aragón centra la línea de investigación en determinar el origen de la intoxicación alimentaria, para lo que se ha iniciado también la encuesta epidemiológica de los afectados.
