Síntomas de la endometriosis por los que consultar al médico y consejos dietéticos para reducirlos

La endometriosis es una enfermedad crónica, benigna, inflamatoria y dependiente de estrógenos, que afecta a las mujeres a lo largo de toda su vida fértil. Se produce cuando el tejido endometrial (parte de la pared del útero que se descama cuando el óvulo no es fecundado y que se expulsa en la menstruación) se implanta en otras partes del organismo. En el 95 % de las ocasiones lo hace en el útero, los ovarios, las
trompas de Falopio, la vejiga o los intestinos. Esto puede provocar una serie de síntomas. Consulta con tu médico de familia si sufres:

• Evacuaciones dolorosas o dolor al orinar durante la menstruación.
• Dolor intestinal y retortijones.
• Menstruaciones muy abundantes o muy irregulares.
• Dolor durante o después de tener relaciones sexuales o un orgasmo.
• Dolores con la regla muy fuertes, que no se van con analgésicos y te impiden hacer vida normal.
• Náuseas, vómitos y dificultad para comer o digerir durante la menstruación.
• Sensación grande de cansancio o falta de energía durante la regla.

La endometriosis produce una respuesta inflamatoria que puede terminar desencadenando un estrés oxidativo en el organismo. Por ello, entre las recomendaciones dietéticas que los ginecólogos especializados en esta patología dan a las pacientes para disminuir o controlar los síntomas está la de seguir una dieta antioxidante y antiinflamatoria, si bien aún no hay evidencia científica que lo vincule.

Hay que seguir una dieta en la que se combinen todos estos alimentos y no se centre en un determinado nutriente. Por mucho que la vitamina C sea antioxidante, una dieta basada solo en naranjas no funcionará.

Son las responsables de la inflamación y, en gran medida, también de los dolores menstruales. Conviene evitar los ácidos grasos omega 6, como el aceite de girasol o maíz, tanto los que utilizamos para aliñar, como los que están en la composición de los productos procesados.

El salmón, los pescados pequeños, las semillas de chía, lino o cáñamo molidas, nueces de macadamia, aceites de pescado y aceite de oliva. Al contrario de los omega 6, estos ácidos omega 3 son precursores de las prostaglandinas “buenas”, que son antiinflamatorias.

Es decir, bollería, repostería, panes blancos, margarinas y, en general, los productos procesados.

Mirar bien las etiquetas y ver que el azúcar no se esconde tras otros nombres: sacarosa, dextrosa, fructosa, jarabe de glucosa, maíz o maltodextrosa…

Cuando una mujer tiene endometriosis, tiene un exceso de estrógenos. Por ello hay que priorizar alimentos capaces de controlar una actividad excesiva de la aromatasa, una enzima que ayuda al organismo a producir estas hormonas.

Son fundamentalmente los antioxidantes, como los frutos rojos, las coles (brócoli, coliflor), la cebolla y la uva negra. También el té verde y todos los alimentos ricos en vitaminas C, E y A, que igualmente son nutrientes antioxidantes. En general, se recomienda consumir frutas y verduras de temporada, legumbres, cereales (siempre integrales), frutos secos crudos, sin tostar ni pelar. Igualmente hay que apostar por vegetales crudos o cocidos al dente.

Evitar las vísceras, los embutidos y los platos precocinados o preparados.

Agravan la inflamación considerablemente, ya que aumentan la resistencia a la insulina y el páncreas tiene que trabajar más y, en consecuencia, se puede producir una inflamación. También pueden aumentar los niveles de estrógeno y, por lo tanto, la inflamación y el dolor.

La vitamina D reduce las respuestas inflamatorias. Por ello hay que exponerse al sol como mínimo tres veces a la semana. Siempre durante 10-15 minutos, suficiente para adquirir vitamina D.