Según una investigación de Robert M. Douglas, de la Universidad Nacional de Australia, y Harri Hemila, de la Universidad de Helsinki, la toma de dosis complementarias de vitamina C no protege de forma significativa contra los resfriados comunes, salvo en personas con una alta actividad física. Esta afirmación podría poner fin a una creencia que había generado controversia durante los últimos sesenta años.
Este estudio representa el trabajo científico más importante realizado hasta la fecha sobre el tema, con el análisis de 55 trabajos efectuados en los últimos 65 años. El criterio de los estudios fue dividir a los participantes en dos grupos. A unos se les suministró un placebo para prevenir y tratar resfriados comunes, mientras que a los otros se les dieron dosis complementarias de 200 miligramos de vitamina C al día.
La investigación -que ha sido publicada por la revista médica estadounidense «PLoS Medicine»- señala que soldados, esquiadores o maratonianos serían los subgrupos que más se benefician de la ingesta de dosis complementarias de vitamina C, «pero no se puede decir que proteja de la misma manera a las personas con una actividad física normal», asegura Robert Douglas.
En personas con una gran actividad la vitamina redujo la incidencia de los resfriados hasta un 50%, pero «para la gente normal se puede pensar que no hay mucha diferencia. No reduce el riesgo, aunque la duración puede ser ligeramente más corta». En concreto, en siete estudios los pacientes que tomaron dosis de 8 g al día de vitamina C tuvieron síntomas y procesos más cortos que aquellos a los que se les suministró la sustancia placebo.
No obstante, parece existir una falta de efectos sobre la población normal que arroja dudas sobre la utilidad de una sustancia, la vitamina C, que se utiliza de forma habitual para tratar o prevenir resfriados.