La ingesta moderada cerveza puede mejorar la capacidad de reacción del organismo frente a agentes externos, incidiendo en el aumento de leucocitos y linfocitos, especialmente en las mujeres. Así lo pone de manifiesto el estudio «Consumo moderado de cerveza. Estudio nutricional e inmunológico en humanos y en animales de experimentación», realizado por el Grupo de Inmunonutrición del Departamento de Metabolismo y Nutrición del Instituto del Frío del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La investigación se realizó en 57 voluntarios sanos (hombres y mujeres) que durante un mes estuvieron sin consumir ninguna bebida alcohólica y durante el siguiente mes consumieron de forma moderada cerveza, el equivalente a lo que se define como consumo moderado de alcohol (10 g para mujeres y 20 g para hombres).
Si bien es sabido que el consumo de alcohol excesivo deprime el sistema inmune, del estudio se desprende que la cerveza, consumida de forma moderada por adultos sanos, puede mejorar la respuesta inmune contra patógenos externos, es decir, los agentes responsables de desarrollar enfermedades infecciosas. Además, se observó un aumento de los leucocitos (glóbulos blancos) y linfocitos, así como una tendencia generalizada al incremento de los valores de las subpoblaciones de los linfocitos T.
Los linfocitos T son unas células inmunológicas que ayudan a destruir microorganismos invasores, protegen al cuerpo de bacterias específicas, destruyen virus, responden a tejidos extraños como los trasplantes y además actúan como reguladores del sistema inmunológico.
Según Ascensión Marcos, directora de la investigación, «tras un consumo moderado de cerveza se observa un aumento de linfocitos T con respecto a la fase inicial y a la fase de abstinencia, por lo que el consumo moderado de esta bebida, siempre que se trate de adultos sanos, puede mejorar la respuesta inmune de nuestro organismo».
Los investigadores del CSIC también observaron una mejora significativa de los parámetros de la serie roja (hematíes, hemoglobina y hematocrito) tras el consumo moderado de cerveza, en comparación con la situación de partida, «este hecho se aprecia con mayor relevancia en el grupo de mujeres que en el de hombres», apunta Marcos. «La falta de estos parámetros ocasionaría en nuestro organismo anemia, es decir, falta de hierro y vitaminas del grupo B, un componente que también está presente de forma muy significativa en la cerveza», añade la experta.