Aumenta el consumo de alimentos ecológicos en Cataluña

Por EROSKI Consumer 1 de julio de 2003

El consumo de productos biológicos mantiene la tendencia al alza entrel os consumidores catalanes. Desde hace tres años, las ventas han aumentado un 25%, y Cataluña se ha convertido, después de Andalucía, en una de las zonas de mayor consumo a nivel nacional.

«Alrededor de un tercio del consumo español de estos productos está en Cataluña», asegura Tomás Redondo, de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores de Productos Biológicos. Actualmente en Cataluña existen medio centenar de tiendas especializadas, un tercio del total español y hay registrados casi 800 operadores en el sector, según datos del Consejo Catalán de Producción Agraria Ecológica.

Los responsables catalanes tienen previsto pasar del actual 3% del a producción agraria catalana al 10% en cinco años. La meta parece perfectamente asumible si se tiene en cuenta que, entre 1999 y 2002, la superficie dedicada a los cultivos ecológicos en Cataluña ha aumentado un 446%. Buena parte de la explicación de esta tendencia se encuentra en la opción que han tomado algunos grupos de distribución y tiendas especializadas, que han optado por lanzarse a vender productos ecológicos.

Algunas cadenas de distribución reconocen el cambio de actitud de los consumidores, que se decantan cada vez más hacia los alimentos ecológicos. Estos consumidores cuentan no sólo con algunas secciones especializadas en grandes superficies sino con tiendas especializadas en comida «sólo bio», cuya presencia en Barcelona está empezando a notarse.

Sin embargo, y a pesar de que la demanda de productos biológicos empieza a tener respuesta, el acceso a este tipo de productos es todavía caro. Una de las explicaciones a este elevado coste se debe a que «la distribución es pequeña y la producción reducida ya que lo que se busca es la calidad y no la calidad», según la Asociación Vida Sana. Desde la Asociación de Fabricantes y Distribuidores de Productos Biológicos aseguran sin embargo que en algunos casos la diferencia con los productos convencionales es sólo del 5%, según informa El País.

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