Cómo conservar el queso e incluirlo en un menú saludable

La forma de conservación depende del tipo de queso. Y sus usos culinarios, también. Te contamos cómo conservarlo de manera adecuada y emplearlo en los menús de manera saludable
Por Miguel Ángel Lurueña Martínez 31 de octubre de 2025
cómo conservar bien el queso
El queso es un alimento con un aporte elevado de proteínas de alto valor biológico. Además, es fuente de otros nutrientes, como calcio y vitamina B12. Aun así, también puede contener una cantidad importante de grasas, sobre todo saturadas, un alto aporte energético y una cantidad considerable de sal. Por ello, todavía el queso despierta dudas. En las siguientes líneas te contamos cómo incluirlo en un menú saludable y qué se recomienda para conservarlo en buenas condiciones de seguridad alimentaria, textura y sabor.

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🧀 Cómo conservar el queso

La forma de conservación depende del tipo de queso.

  • El queso fresco conviene guardarlo en un envase hermético para que evitar que pierda humedad y se seque. Además, es preferible colocarlo en la parte más fría del frigorífico y dura hasta cinco días.
  • Para el de pasta dura (curado o semicurado) se recomienda envolverlo en papel encerado, como los que dan en la charcutería. Así se reduce la pérdida de humedad para evitar que se seque demasiado.
  • El queso semicurado dura en la nevera entre dos y tres semanas y el curado, entre tres y cuatro.
  • Tanto el queso blando tipo brie como el azul se conservan mejor en un papel encerado y dentro de un envase. También están mejor en la parte más fría del frigorífico para que duren entre una y dos semanas.
  • Si hemos rallado queso, es recomendable guardarlo en un envase hermético, como un tarro o una bolsa tipo zip.

🤔 ¿Se puede congelar el queso? Se recomienda no congelar los quesos frescos o poco curados, ya que la textura puede quedar granulosa y gomosa. En quesos curados esto también ocurre, pero en menor medida. La congelación también puede afectar al sabor, por eso se recomienda envolverlo con papel de film, y consumirlo antes de dos o tres meses.

🧀 La calidad garantizada del queso

Muchas variedades de queso están acogidas a marcas de calidad diferenciada, lo que ofrece ciertas garantías al consumidor. Son las siguientes:

  • Denominación de Origen Protegida (DOP). Garantiza que todo el proceso de producción del queso se desarrolla en un lugar geográfico y cumpliendo unos requisitos concretos, definidos por el correspondiente consejo regulador. En España hay 27 quesos que gozan de DOP, entre ellos, el manchego, zamorano, Roncal, San Simón da Costa o Afuega’l Pitu.
  • Indicación Geográfica Protegida (IGP). Significa que, al menos, una de las fases de la fabricación del queso (producción, transformación o elaboración) está ligada a un emplazamiento geográfico. Además, deben cumplir unos determinados requisitos definidos por el consejo regulador. En España hay tres: queso de Valdeón, Los Beyos y queso castellano.
  • Especialidad Tradicional Garantizada (ETG). Protege un método tradicional de producción. En España no hay quesos que gocen de esta marca, pero sí en Italia con la mozzarella.

🧀 Cómo incluir el queso en un menú saludable

tosta queso de cabra y tomate
Imagen: amiraxgelcola

Hay recetas donde el queso es protagonista, como ocurre, por ejemplo, en una pizza cuatro quesos. Pero en otros platos a veces se utiliza por inercia, de forma excesiva o para intentar camuflar ingredientes que no nos gustan, como ocurre cuando nos empeñamos en añadir queso a todos los platos de verduras u hortalizas. En estos casos se desvirtúa el sabor del plato y, además, obtenemos un aporte extra de grasas, sal y calorías que podríamos ahorrarnos.

En definitiva, convendría usar el queso de forma más consciente y teniendo en cuenta cada caso, ya sea para darle protagonismo o como acompañante, para potenciar las características organolépticas de otros elementos del plato, pero no para camuflarlos o desvirtuarlos.

🥗 En ensaladas

Podemos emplear dados de distintas variedades suaves, como fresco, feta, mozzarella… Si queremos un sabor más intenso podemos optar por queso manchego o Cabrales. Estos últimos hay que añadirlos en menor cantidad para no robar protagonismo al resto de ingredientes.

Conviene tener en cuenta el tipo de queso y la variedad que vamos a utilizar a la hora de complementar con otros ingredientes: por ejemplo, si el queso es muy salado, podemos ahorrarnos la sal en el aliño.

💡 Recomendación: ensalada de espinacas frescas, nueces, pasas y queso de cabra, con un poco de aceite y vinagre balsámico.

🍲 Con verduras u hortalizas al horno

Podemos optar por añadir simplemente un poco de queso rallado o en polvo para dar un ligero toque de sabor al plato.

💡 Recomendación: trozos de coliflor al horno o en freidora de aire, añadiendo un poco de aceite de oliva por encima y con un poco de queso parmesano rallado. Podemos ahorrarnos la sal.

☕ En el desayuno

Podemos hacer tostadas con pan (si priorizamos el integral, mejor), y añadir un poco de aceite de oliva virgen o virgen extra, un trozo de queso fresco, unos trozos de tomate cherry y un poco de orégano.

🍳 En platos con huevo

Podemos dorar unos espárragos trigueros en la sartén, añadir unos huevos para hacer un revuelto y terminar con un poco de queso en polvo para dar un toque de sabor.

🍝 En platos de pasta

El queso se suele utilizar para gratinar y cubrir todo el plato, pero, en lugar de eso, podemos emplearlo como un complemento que acompañe al resto de los ingredientes.

💡 Recomendación: cocer unas espirales y acompañarlas con un poco de brócoli al dente, unos dados de queso manchego, un chorro de aceite de oliva y un toque de pimienta.

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