Contaminantes en bebidas

Las autoridades sanitarias estadounidenses y británicas evalúan la presencia de benceno en bebidas
Por Marta Chavarrías 24 de agosto de 2006

En abril de 2006, la Agencia de Calidad de Alimentos británica alertaba de la presencia de niveles de benceno en bebidas suaves (sin cafeína) por encima de los que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) como seguras, durante un sondeo de 150 bebidas suaves que se comercializan en el Reino Unido. En EEUU, la misma alerta aparecía en noviembre de 2005, cuando la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA, en sus siglas inglesas) recibía los resultados de los análisis realizados en un pequeño número de este tipo de bebidas. La presencia de esta sustancia parece haber puesto en entredicho los controles aplicados hasta ahora para la detección de esta sustancia.

La agencia estadounidense no tenía, a finales de 2005, ninguna regulación que estableciera límites sobre el contenido seguro de benceno en bebidas, exceptuando el caso del agua embotellada, para la que se utiliza el nivel máximo establecido por la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EEUU (EPA) en 5 partes de benceno por millón de partes de aire (ppb), como estándar de calidad. Desde la confirmación de la alerta en EEUU, y hasta abril de 2006, la FDA ha realizado análisis en muestras de bebidas recogidas en establecimientos de Maryland, Virginia y Michigan. Sólo cuatro de las muestras analizadas contenían niveles de benceno superiores a los considerados seguros.

A principios de agosto, varios estados de India prohibían la comercialización de bebidas de las multinacionales Pepsi y Coca-Cola tras considerar que contenían niveles altos de pesticidas. A pesar de que las dos empresas han asegurado que sus bebidas son seguras, algunos medios de comunicación chinos publicaban informaciones sobre la posible presencia de niveles excesivos de benceno en dos marcas de estas dos compañías (Fanta de Coca-Cola y Mirinda de Pepsi).

El problema de la presencia de bencenos en bebidas se identificó por primera vez en 1990, y ahora algunos expertos estadounidenses denuncian que todavía no se ha hecho nada, o prácticamente nada, para solucionar el problema o, al menos, para establecer contenidos máximos seguros en todas las bebidas. Lo que sí se ha podido determinar hasta ahora son los factores que contribuyen a la formación de benceno. Según recientes investigaciones, la temperatura y la luz elevadas estimulan la formación de la sustancia en presencia de sales del benzoato y del ácido ascórbico (vitamina C), que suelen añadirse a las bebidas para inhibir el crecimiento de bacterias. Las sales de benzoato están también presentes de forma natural en frutas y sus zumos como el arándano. La FDA tiene previsto continuar recogiendo muestras y trabajar con la industria para entender mejor cómo actúan las fuentes que propician la formación de benceno en bebidas.

Exposición al benceno

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer determina que el benceno es carcinógeno en seres humanos

El benceno, o benzol, es un líquido incoloro de olor dulce que se evapora al aire rápidamente y es sólo soluble en agua. Según datos de la Agencia de Protección del Medio Ambiente estadounidense, una persona puede empezar a detectar el olor del benceno en el aire en concentraciones de 1.5 a 4.7 partes de benceno por millón de partes de aire (ppm) y en el agua en concentraciones de 2 ppm. Producido a partir de alquitrán en el siglo XIX, la mayoría de benceno se produce actualmente a partir del petróleo, y es una de las 20 sustancias químicas más producidas en EEUU.

La exposición al benceno a través de alimentos es menor que la exposición a través del aire. En este sentido, el agua potable contiene menos de 0.1 ppb de benceno, y también se ha detectado la presencia en bebidas alcohólicas y agua embotellada. Esta contaminación puede producirse a consecuencia de la fuga de gasolina desde tanques subterráneos o desde vertederos que contienen benceno y que puede contaminar el agua. Cuando la exposición al benceno se produce a través de alimentos, la mayor parte de la sustancia pasa a través del tubo digestivo a la sangre.

Los síntomas se traducen en vómitos, irritación del estómago, mareo, somnolencia o convulsiones, entre otros. Coincidiendo con la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU (DHHS) determina que el benceno es un carcinógeno reconocido. No se conocen aún los efectos del consumo de alimentos o líquidos con bajos niveles de benceno. En humanos, y tal y como reconoce la EPA, aún no se conocen los efectos que podría causar la exposición prolongada a alimentos o agua contaminada con benceno. En animales sí se ha demostrado que la exposición a través de alimentos contaminados puede alterar elementos de la sangre y el sistema inmunitario y además puede producir cáncer.

Estudio de la dieta total

Como consecuencia de todo ello, la FDA iniciaba un Estudio de la Dieta Total (TDS) para determinar los niveles de varios contaminantes en una amplia variedad de alimentos. Los procedimientos utilizados en este programa se diseñan para detectar residuos múltiples de pesticidas, productos químicos industriales y elementos tóxicos, incluido el benceno en bebidas. En este sentido, los expertos de la FDA aseguran que «es fácil evitar el problema del benceno». Para Glen Lawrence, experto que ha aportado asesoramiento a la FDA, se trata de de evitar el uso de sales del benzoato y del ácido ascórbico a la vez, considerados los responsables de la formación de benceno en bebidas en condiciones específicas.

La constante evolución del sector de las bebidas, que exhibe cada vez más nuevas aportaciones, implica una adecuación constante por parte de las industrias a los riesgos que van apareciendo. «Si hace 15 años el problema del benceno estaba bajo control, la incorporación de nuevas marcas obliga a actualizar las medidas de control», reconoce Kevin Keane, de la Asociación Americana de las Bebidas (ABA).

PROYECTO REACH

Img aguas1La legislación europea ha dado recientemente un paso importante para ponerse al lado de la protección del medio ambiente y de la salud. El pasado 17 de noviembre de 2005, el Parlamento Europeo aprobaba el Proyecto REACH (Registro, Evaluación y Autorización de Sustancias Químicas), que obliga a las industrias químicas a la eliminación de sustancias nocivas. Actualmente, se calcula que unas 100.000 sustancias circulan por la Unión Europea sin que se conozcan los riesgos que tienen sobre la salud humana.

Un estudio realizado en 2003 por la Real Comisión Ambiental del Reino Unido, productos como el DDT y pesticidas organoclorados como las dioxinas o los furanos son algunos de los que más vulneran la protección de la salud humana y el medio ambiente. Sobre un estudio realizado en más de 30.000 productos utilizados en ámbitos como la agricultura, la ganadería o en la fabricación de productos de droguería, los expertos exponían que el problema está sobre todo en la capacidad de estas sustancias de acumularse en los organismos de los seres vivos a través de la dieta.

El proyecto REACH sustituye unas 40 leyes existentes en la UE, y se ha convertido en legislación armonizada y común para todos los estados miembros europeos. Según datos de la Comisión Europea, las sustancias existentes representan más del 99% de la cantidad total de sustancias comercializadas y no están sujetas a los mismos requisitos de ensayo. En 1981, las sustancias declaradas existentes ascendían a 100.106 y se calcula que el número de sustancias existentes que se comercializan en volúmenes a partir de una tonelada asciende actualmente a las 30.000.

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