El «alimento vacuna» se acerca cada vez más

Por Mar Mediavilla 30 de julio de 2002

Las investigaciones en el campo de la biotecnología para desarrollar “alimentos vacuna” continúan ofreciendo resultados esperanzadores. Los últimos estudios, con difusión, corresponden a dos equipos australianos.

Determinados alimentos, como la patata, la lechuga o el plátano, podrían convertirse en un futuro próximo en la dosis de vacuna necesaria para combatir enfermedades. como el sarampión, causante de unas 800.000 muertes en África, sobre todo entre la población infantil. El virólogo Steve Wessenlingh, del Instituto Macfarlane para la investigación Médica y Salud Pública en Melbourne (Australia), apunta que, desde el punto de vista de la logística, la vacuna oral es una propuesta a través de la cual se podría conseguir vacunar de sarampión al 90% de la población en África.

Así, la dosis suministrada podría servir como suplementaria de un agente inmunizador para incrementar el efecto de la vacuna, sobre todo si se tiene en cuenta, de cara a su posible aplicación de futuro, que administrándolo en forma de alimento se conseguiría un medicamento más accesible, sin necesidad de refrigeración permanente o un equipo médico para suministrarla.

Resultados esperanzadores

Los expertos aseguran que todavía es demasiado pronto para realizar valoraciones, si bien coinciden en señalar que es un buen principio. También insisten en señalar que los ensayos clínicos están en fase inicial, con ratones, y que hasta llegar a las personas deberán esperarse los resultados. De ser positivos y llegar a una verdadera vacuna comestible existe la posibilidad de expresar la proteína en lechuga o arroz, que podrían suministrarse en cereales para los niños.

Pero los resultados no sólo se presentan como esperanzadores para la vacunación en países en vías de desarrollo. Estas vacunas comestibles también podrían ser de gran utilidad para todas aquellas personas que sufren enfermedades que requieren una medicación prolongada.

Plátanos vacuna

Esta opción es la que presentan el grupo de investigación formado por alumnos de la Universidad de Tecnología de Queensland, también en Australia. Según los autores, se trata de un descubrimiento que todavía no está a la venta y para el habrá que esperar como mínimo cinco años hasta llegar a su comercialización. En este caso, los científicos, a través de la biotecnología y tras ensayos previos, acaban diseñando una nueva estructura de cromosomas en una planta especial que producirá en el plazo de dos años los plátanos-vacuna.

De funcionar serán plátanos que tendrán, además del papel de alimento nutricional, el de vacuna. Esto podría abrir, en un futuro, una amplia expectativa para los agricultores dedicados a la fruta.

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