La aplicación de la biotecnología en el sector alimentario se mantiene como una de las principales soluciones para luchar contra la pobreza y el hambre en los países en vías de desarrollo. Así lo han confirmado un grupo de expertos, entre ellos Philippe Busquin, comisario europeo de Investigación.
«Europa tiene una obligación hacia los países en vías de desarrollo para ayudarlos a combatir el hambre y las enfermedades», asegura Busquin, que propone recurrir a la biotecnología para luchar contra estos dos grandes males que azotan a la población de los países en vías de desarrollo.
El Grupo Europeo de Ciencias de la Vida (EGLS, en sus siglas inglesas) ha analizado el impacto de la biotecnología en la agricultura de los países más desfavorecidos. «Existe un grave problema de abastecimiento de alimentos en muchas partes del mundo», insiste Busquin. Por ello, continúa el experto, se hace necesario intentar conocer los efectos de la «biotecnología para asegurar el abastecimiento agrícola».
Expertos como Florence Wambugu, director ejecutivo de la Fundación Internacional de Biotecnología y el mismo Busquin coinciden en la necesidad de incrementar la producción alimentaria en los países más pobres a través del incremento biológico de los campos de cultivo.
Aplicar prácticas biotecnológicas en zonas agrícolas de África se convertiría, aseguran los expertos, en una de las principales vías de lucha contra la pobreza. Esta técnica permitiría crear plantas más resistentes a la aparición de plagas y, en consecuencia, una reducción del uso de pesticidas o herbicidas, asegura Busquin.
La alteración genéticas de las plantas facilitaría además la maduración de los cultivos, que crecerían de forma más rápida, consiguiendo así una reducción de las pérdidas post-cosechas y un aumento de la calidad nutricional de los productos, según los expertos. Hoy por hoy, la aplicación de técnicas genéticas, que los investigadores presentan como una de las soluciones al problema de la hambruna mundial, aún no cuenta con la aprobación del público general.
Por ello, Wambugu ha instado a aprobar el fin de la moratoria que afecta a los productos modificados genéticamente en Europa. Esta moratoria impediría, afirma el experto, que los países en vías de desarrollo que usan las técnicas genéticas no podrían exportar sus productos a Europa, lo que provocaría una pérdidas económicas importantes.
