La seguridad de las materias primas

La gestión de las materias primas debe seguir requisitos específicos de recepción y almacenamiento para evitar que se alteren y contaminen
Por Natàlia Gimferrer Morató 7 de marzo de 2011
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Imagen: luis rock

Elegir una materia prima adecuada es esencial para la posterior seguridad de los alimentos. En la mayoría de los casos, se parte de la base de que todas estas materias llegan en buen estado, tanto en el domicilio como en las industrias. Pero, ¿qué significa esto? ¿Cómo puede conocerse si es segura? Se sabe cómo se pueden contaminar los alimentos o cómo se deben conservar para evitar que se contaminen, pero no se debe olvidar que la materia prima en buen estado y sin restos de patógenos representa la eliminación de un peligro significativo en todo el proceso de elaboración posterior.

Imagen: luis rock

El primer paso es elegir los proveedores de la materia prima y definir los parámetros de calidad que se desean para los alimentos. Durante esta fase se define una mayor o menor calidad del producto final. Para esta selección el criterio se basa en el marco legal actual, es decir, las condiciones que dicta la ley, además de los aspectos organolépticos que se deseen. Una correcta elección de la materia prima significa un menor riesgo de intoxicación alimentaria, una mayor contaminaciones cruzadas y, un aspecto muy importante, deben separarse los crudos de los cocinados. El almacenamiento es, por tanto, una de las fases más críticas, puesto que los alimentos tienen una tendencia natural a alterarse. Con el almacenamiento se pretende minimizar la multiplicación de patógenos para preservar la calidad del alimento y su vida útil. Un mal almacenamiento impacta de forma directa tanto en los costes de la empresa como en la calidad final y en la seguridad y salud del consumidor.

EL LUGAR ADECUADO

Son necesarios unos criterios de base para lograr un correcto almacenamiento de las materias primas:

  • Lugar limpio y desinfectado.
  • Bien iluminado para evitar confusiones.
  • Con una buena circulación de aire frío o seco, según las exigencias de los alimentos.
  • Libres de plagas animales.
  • Con estanterías de acero inoxidable y separadas de la pared y del suelo.
  • Los alimentos deberán estar rotulados con su nombre y la fecha de vencimiento.
  • Se debe revisar cada día la materia prima para rechazar los alimentos viejos o en mal estado.
  • La materia nueva se coloca detrás de la más antigua para que salga antes la primera en entrar.
  • No deben sobrecargarse las estanterías para permitir que circule el aire.
  • No almacenar los alimentos cocidos encima de los crudos para evitar posibles contaminaciones cruzadas.
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