Las enfermedades virales en la importación de moluscos

Por Jesús L. Romalde, Universidad de Santiago de Compostela 3 de septiembre de 2002

La importación de productos animales destinados al consumo humano presenta, como uno de los riesgos más frecuentes, la entrada al país de destino de enfermedades endémicas de la zona de origen. Este riesgo es más destacable, si cabe, en el caso de los moluscos.

Las enfermedades virales en la importación de moluscos

En los últimos años se han obtenido numerosas evidencias de la importancia de las operaciones comerciales internacionales (incluyendo importaciones-exportaciones de diferentes productos naturales, movimientos de animales y vegetales, etc) en la transmisión de una gran variedad de enfermedades, principalmente aquellas relacionadas con productos alimentarios.

Un caso particular son los brotes de enfermedades producidas por el consumo de moluscos contaminados con diferentes virus, principalmente los causantes de gastroenteritis vírica y hepatitis A, que constituyen un peligro importante para la salud pública a nivel mundial. Los controles sanitarios exigidos para las importaciones de moluscos bivalvos por la normativa vigente en la Unión Europea se basan en el número de coliformes fecales, a pesar de haber sido demostrado que este grupo bacteriano es un mal indicador de contaminación viral. Se hace, por tanto, necesario el incluir un criterio virológico en el control sanitario de moluscos importados de terceros países.

La importancia creciente de los moluscos bivalvos como proteína de consumo, junto con la estabilización de la producción pesquera mundial, ha llevado a un desarrollo importante de este campo de la Acuicultura. Así, en los últimos años, tanto el número de explotaciones de cultivo de moluscos como su volumen de producción se han incrementado notablemente en todo el mundo. Además, debido al amplio mercado de este producto en Europa, el volumen de las importaciones, principalmente con origen en países suramericanos, ha experimentado un crecimiento muy importante siendo una estimable fuente de divisas para esos países.

Problemas sanitariosSin embargo, este incremento en las importaciones conlleva un problema sanitario asociado, ya que muchas de las áreas geográficas origen de las importaciones, son endémicas para enfermedades que pueden ser transmitidas por moluscos contaminados y cuya incidencia en España y otros países europeos es muy baja o prácticamente nula.

Un buen ejemplo de la implicación de estas operaciones en la aparición de brotes epidémicos es el caso de la pandemia producida por Salmonella typhimurium tipo DT 104 a finales de los años 90, cuya transmisión fue debida al movimiento entre países de ganado bovino contaminado. Esta pandemia mostró una distribución mundial, librándose de la misma solamente Australia y Nueva Zelanda, probablemente debido a los rigurosos controles de cuarentena animal que exigen estos países.

En esos mismos años se registró en Europa, Japón y Norteamérica una pandemia de Yersinia enterocolitica, en la que el ganado porcino actuó como reservorio, y que se pudo relacionar con el movimiento de animales entre los países afectados.

Otro ejemplo de la implicación de las actividades comerciales en la aparición de episodios epidémicos fue el brote de Vibrio parahaemolyticus ocurrido en Estados Unidos asociado al consumo de ostras. La particularidad de este caso es que la variedad de Vibrio causante del brote era típica del sudeste asiático y nunca se había detectado en Norteamérica. La investigación epidemiológica demostró que la diseminación de la bacteria desde Japón a Estados Unidos se produjo como consecuencia de las actividades de los buques petroleros, que utilizan agua de mar como lastre en los tanques y por tanto transportan grandes cantidades de agua entre puertos situados en diferentes áreas del mundo.

En relación con los moluscos bivalvos, en nuestro país hemos sufrido en los últimos años un importante brote de hepatitis A que ha podido asociarse al consumo de almejas coquinas (Donax sp.) importadas de Perú, que es una zona endémica para esta enfermedad. Los primeros casos del brote se registraron en septiembre de 1999 y se dio por finalizado a finales del mismo año. El número de personas afectadas fue de 188, todas en la Comunidad Valenciana, en las que se observaron varios casos de gastroenteritis, vómitos, dolores abdominales y fiebre. Los análisis virológicos realizados mediante métodos moleculares a partir de tejidos de las almejas implicadas demostraron la presencia del virus de la hepatitis A en el 75% de las muestras. Con estas evidencias, las autoridades sanitarias autonómicas y estatales procedieron a la inmovilización de 176.544 Kg de coquinas en la Comunidad Valenciana y de 12.544 Kg en el resto de España.

La contaminación viral en importaciones de moluscos

A partir del brote de hepatitis A ocurrido en la Comunidad Valenciana, y pese a no existir legislación al respecto, las autoridades sanitarias españolas adoptaron como medida preventiva el análisis sistemático de las importaciones de moluscos, principalmente almejas (Donax sp. y Tapes sp.) y vieiras (Argopecten sp.), para la detección del virus de la hepatitis A. Nuestro laboratorio en la Universidad de Santiago realizó entre noviembre de 1999 y mayo de 2001 el análisis virológico específico para el virus de la hepatitis A de un total de 16 importaciones de moluscos bivalvos procedentes de Sudamérica llegadas a distintas comunidades autónomas españolas. Estas importaciones incluían 6 envíos de almeja fina (Tapes sp.), 6 de coquinas, así como 5 de vieira, que tomadas en conjunto implicaban un volumen de importación de 300 toneladas de moluscos. Además, se analizaron las muestras inmovilizadas en la Comunidad Valenciana asociadas con el brote de hepatitis A ocurrido en septiembre de 1999.

De las 16 importaciones analizadas, en 3 de ellas se demostró la presencia del virus de la hepatitis A mediante la técnica de RT-PCR (amplificación del ácido nucleico viral extraído de tejidos de molusco) combinada con hibridación de los productos de amplificación con sondas específicas para el virus. De estas importaciones, dos se correspondieron con lotes de almeja fina mientras que la tercera consistía en un envío de vieira.

Por otro lado, el análisis de las muestras pertenecientes a las partidas de almeja inmovilizadas asociadas con el brote epidémico de Valencia reveló que el 50% de las mismas estaban contaminadas con el virus de la hepatitis A, lo que constituye una nueva evidencia de que el origen del brote fueron, efectivamente, estas almejas importadas.

En todos los casos se hicieron análisis confirmativos con distintas submuestras de las mismas importaciones, obteniéndose los mismos resultados que en los análisis iniciales.

Es importante mencionar que todas estas importaciones consistían en moluscos congelados, proceso de conservación que en principio podría eliminar algunos microorganismos. Sin embargo, en el caso de los virus entéricos de los que hablamos, y concretamente del virus de la hepatitis A, este proceso prácticamente no presenta ningún efecto debido a la elevada resistencia a la congelación (las partículas virales permanecen estables dentro de los tejidos del molusco).

Detección del virus de hepatitis A en moluscos importados a España

20020903aHAV, virus de la hepatitis A.bEsta muestra se corresponde con las coquinas asociadas al brote de hepatitis A de la Comunidad Valencia de septiembre de 1999, que habían sido inmovilizadas por las autoridades sanitarias.

Control sanitario

La normativa en vigor sobre control sanitario de moluscos destinados a consumo se basa en la determinación de los niveles de coliformes fecales y Escherichia coli presentes en carne y líquido intervalvar de los moluscos.

Sin embargo, diversos trabajos científicos han demostrado que no existe una buena correlación entre la presencia viral y bacteriana, siendo la persistencia viral mucho más elevada que la bacteriana, tanto en moluscos, como en el medio ambiente. Por tanto, el uso de coliformes fecales como indicadores de presencia viral no es fiable. Esta fiabilidad es todavía menor en el caso de productos congelados, ya que la supervivencia de las bacterias a las condiciones de congelación es muy baja, mientras que la viral, como ya hemos mencionado, es bastante elevada.

Teniendo en cuenta estas evidencias y la demostración de la implicación de las coquinas importadas de Perú en el brote de hepatitis en la Comunidad Valenciana, las autoridades europeas prohibieron las importaciones de almejas de este país sudamericano como medida preventiva de nuevos brotes.

Todo lo mencionado anteriormente, junto con lo expuesto en el artículo publicado en esta misma página el 27 de Junio de 2002 (Implicaciones de la contaminación virtal de moluscos para la salud pública) sobre los nuevos métodos de detección viral disponibles hoy en día, apoya lo acertado de la decisión del Consejo de la Unión Europea sobre inclusión de controles de contaminación viral (1999/313/CE), no sólo para los moluscos cultivados en los países de la Unión Europea, sino también para las importaciones procedentes de terceros países. El establecimiento de una nueva normativa referente a moluscos destinados a consumo que contemple este tipo de contaminación viral será la mejor garantía para el consumidor sobre la calidad sanitaria de un producto tan ampliamente utilizado.

Transmisión minimizableLa transmisión de virus entéricos al hombre puede ser minimizada si se establece y estandariza un control virológico de los moluscos destinados a consumo, tanto en lo que se refiere a las áreas de crecimiento como en la etapa de puesta en el mercado.

Especial atención merece el control de las importaciones de este tipo de producto, sobre todo cuando procedan de áreas endémicas para enfermedades cuya incidencia en el país de destino es muy baja o prácticamente nula y por tanto, la población no está inmunizada frente a las mismas.

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