Mejorar el cultivo de mango

Expertos españoles analizan diminutos patógenos que atacan los cultivos de mango con el fin de adoptar estrategias de erradicación
Por Natàlia Gimferrer Morató 13 de julio de 2009

El mango es un fruto carnoso, sabroso y refrescante. Conocido también como “melocotón de los trópicos”, es el miembro más importante de la familia de las anacardiáceas. Su principal característica nutritiva es la gran cantidad de agua que contiene, además de un elevado aporte en hidratos de carbono, magnesio y provitamina A y C. Junto con el aguacate y el chirimoyo, son los cultivos tropicales más extendidos en España, concretamente en la zona de Andalucía. Por este motivo, investigadores de la Universidad de Málaga, la Universidad Pública de Navarra y la Estación de La Mayora (CSIC) han iniciado un estudio integral de este fruto para aportar soluciones a dos de sus enfermedades más importantes: la necrosis apical y la malformación del mango.

La bacteria «Pseudomonas syringae» es la principal causante de la necrosis apical en el mango. Averiguar cómo infecta a la planta, caracterizarla biológicamente y determinar los niveles de resistencia que puede desarrollar a ciertos fitosanitarios es el objetivo del estudio iniciado por los expertos andaluces, dirigidos por Antonio de Vicente Moreno, que se engloba en el marco del proyecto «Patologías emergentes del cultivo del mango en Andalucía: de la investigación básica a la transferencia tecnológica».

La necrosis apical es una enfermedad asociada a climas como el mediterráneo, con inviernos húmedos y frescos. La sintomatología en la planta de mango enferma se manifiesta entre los meses de octubre y marzo, que coincide precisamente con la época más húmeda. Afecta a las yemas apicales, con lo que disminuye el rendimiento del árbol. La malformación del mango es otro de los objetivos del grupo de investigación, es decir, hallar el mejor tratamiento para evitarlo. Junto con la necrosis apical, es una de las enfermedades más graves del fruto. La malformación, sin embargo, está provocada por el hongo del género «Fusarium» y afecta a las plantas de vivero. Según los expertos, el principal mecanismo de contagio se produce a través de las púas de injerto y también del aire.

En la comunidad andaluza, dado el ritmo de plantación de árboles, sería de gran importancia contener la posible expansión de esta enfermedad y aproximar estrategias de erradicación del patógeno.

Un fruto al alza

Según Vicente Moreno, el estudio pretende combinar la investigación de aspectos básicos del fruto con la innovación y el desarrollo de aspectos aplicados directamente al sector y, de esta manera, mejorar y consolidar el cultivo de mango en el litoral andaluz, cuyo valor económico y perspectivas de futuro son excelentes. El cultivo de mango es uno de los más extendidos en el mundo: se producen más de 10 millones de toneladas al año, con lo que se sitúa al nivel de frutas como los cítricos, plátanos o manzanas.

El cultivo de mango es uno de los más extendidos en todo el mundo

Andalucía se ha consolidado como una de las regiones con mayores posibilidades de éxito en el cultivo de este fruto. Cuenta con más de 2.000 hectáreas cultivadas, principalmente en la zona de Málaga, el 70% del total y el resto en Granada y Huelva. Actualmente en España se cultivan 3.000 toneladas al año de mango, aunque las perspectivas prevén que esta cifra se duplique hasta alcanzar niveles entre 6.000 y 7.000 toneladas al año, cantidad que podría cubrir más del 10% del mercado europeo.

La importancia creciente del cultivo del mango en nuestra comunidad se debe a varios factores: es un fruto tropical de alto valor económico en el mercado; al impacto positivo de esta planta sobre el paisaje, permaneciendo siempre verde durante todo el año; sus reducidos requerimientos hídricos menores comparados con otros cultivos de interés, como el aguacate o la chirimoya y, por último, el hecho de que el cultivo del mango puede favorecer la regeneración de suelos y ayudar a disminuir su salinidad..

Diminutos patógenos

Las excelentes perspectivas del cultivo de mango pueden verse alteradas por la presencia de diminutos patógenos capaces de destrozar cosechas enteras como la «Pseudomona syringae», un patógeno vegetal que puede infectar un amplio rango de especies de plantas, existiendo más de 50 variantes diferentes de la bacteria, y «P. syringae», cuya presencia se ve favorecida bajo condiciones de humedad y con una temperatura comprendida entre 12ºC y 25ºC, auque esto puede variar dependiendo del tipo de patógeno que esté infectando. Las bacterias suelen estar en las semillas y se dispersan entre las plantas a través de la lluvia. Algunas razas saprófitas de «P. Syringae», es decir, que se alimentan de residuos procedentes de otros organismos, tales como hojas muertas, cadáveres o excrementos, se usan como agentes de biocontrol contra la putrefacción.

Erradicar esta bacteria pasa por el uso de bactericidas antes de los meses favorables a su crecimiento. El género «Fusarium» es un extenso género de hongos filamentosos distribuido en el suelo y generalmente se hallan en asociación con plantas. La mayoría de las especies son saprofitas y su presencia es más habitual en cereales. Sin embargo, durante los meses más lluviosos y con una humedad más elevada su crecimiento se ve favorecido en vegetales y árboles como el mango. También es necesario el uso de fungicidas para su erradicación.

UN FRUTO COMPLETO

El cultivo del mango es una práctica milenaria, sus orígenes datan de los tiempos prehistóricos. Originario del noroeste de la India y el norte de Burma, hoy día se cultiva en la India, Indonesia, Florida, Hawai o México, entre otros. Hay una gran variedad de tipos de mango entre los que destacan el llamado Indios Su, con un sabor a trementina muy marcado y muy dulce, los Indochinos y Filipinos, también muy dulces pero sin fibra ni sabor a trementina o la variedad Haden, cuya piel es de color rojo y alta resistencia, lo que resulta muy importante para su transporte.

El mango se puede adquirir durante todo el año ya que los diferentes países productores producen cosechas en épocas distintas. Sin embargo, su exportación no se lleva a cabo a gran escala, ya que se trata de una fruta muy delicada que no soporta bien las condiciones de transporte.

La recolección del mango se realiza de manera manual y, tras la cosecha, debe mantenerse en lugares frescos, pero no a temperaturas demasiado bajas, aproximadamente de 5ºC. Su conservación mejora si los frutos se someten a un pretratamiento mediante calor, a 38ºC, antes de aplicar bajas temperaturas. Un excesivo almacenamiento perjudica también la calidad del fruto ya que disminuye su contenido de azúcar y ácidos. Para su comercialización se empaquetan en capas delgadas de cartón especial o de madera con el fin de que no sufran ningún golpe y evitar así su deterioro. Los problemas de calidad son evidentes tras el transporte de la fruta por barco, ya que el tiempo transcurrido entre la recogida y el consumo puede llegar o superar los 35 días.

ESCOGER EL MEJOR
  • Debe ser flexible al tacto.
  • Debe desprender buen aroma. Si se compran muy verdes, la fruta no madurará bien.
  • El mango que aún está verde puede refrigerarse para retrasar su maduración; se mantiene en óptimas condiciones hasta 27 días si se somete a temperaturas de 8ºC.
  • Si se desea que madure debe dejarse a temperatura ambiente para que alcance su punto máximo de dulzor. No obstante, debe consumirse antes de los cinco días.
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