Conforme avanza la edad de las personas, las preferencias hacia los alimentos y las facultades sensoriales van alterándose de forma que tienen que ir adaptándose a nuevas necesidades nutritivas. Científicos del Colegio Universitario de Irlanda auguran un aumento de esta tendencia para el próximo centenario.
Los científicos se dedican actualmente a examinar los factores que determinan los cambios alimentarios y la aceptación, por parte de los mayores, de nuevas ofertas nutricionales. Tres son los objetivos que persiguen con ello los expertos, dirigidos por Conor Delahunty. Uno de estos es obtener datos científicos sobre la relación entre psicología sensorial y preferencias alimentarias.
El mismo estudio pretende dar respuesta a cómo las funciones sensoriales se deterioran con la edad y, por último, determinar cómo estas preferencias alimentarias en las personas mayores afectan a su actitud y comportamiento. Los responsables del estudio han utilizado tests que miden las habilidades de las personas y su capacidad para detectar las propiedades de los alimentos, como por ejemplo la textura, el olor y el gusto.
Tras aplicar distintas muestras a personas de diferentes edades y culturas, los expertos han podido determinar que las habilidades sensoriales se debilitan con la edad. Sin embargo, esta disminución sensorial no es homogénea en todos sus sentidos, aseguran los expertos, que tienen previsto presentar los resultados definitivos del estudio para que puedan utilizarlos la comunidad científica, los productores y la industria alimentaria, así como las organizaciones de consumidores.
