Una guía informa sobre los alimentos funcionales

Por EROSKI Consumer 7 de enero de 2004

La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) y el Instituto Omega 3 de la Fundación Puleva han puesto en marcha una campaña informativa acerca de los alimentos funcionales a través de la publicación de una guía con las preguntas más frecuentes sobre este tipo de alimentos enriquecidos.

Entre la información que contiene la guía, destaca la definición de comida funcional, su aporte de nutrientes propios de su naturaleza y su potencial para incidir de forma beneficiosa en una o varias funciones del organismo. Actualmente, los fabricantes de estos alimentos enriquecen productos de productos de consumo habitual con elementos que no se encuentran en su composición normal para conseguir dichos efectos beneficiosos, como ácidos grasos esenciales, aceites de pescado, ácido fólico, esteroles vegetales, bacterias lácticas o vitaminas.

A pesar de que este tipo de alimentos están regulados como cualquier otro alimento, la Unión Europea está trabajando en la elaboración de una normativa específica sobre las alegaciones sanitarias dirigidas a los consumidores. El etiquetado de estos alimentos, por ejemplo, debe especificar el tipo de nutriente que contiene el producto y la cantidad con el fin de que no exceda de las recomendaciones diarias. La norma en preparación pretende ofrecer información rigurosa sobre las propiedades beneficiosas, que deberán ser verificables científicamente.

Pese a todo, los expertos advierten que una dieta equilibrada debe introducir alimentos como el pescado o frutas. En este sentido, Javier Aranceta, coordinador de la guía y secretario general de la SENC, asegura que los alimentos funcionales «no son la panacea», pero sí pueden ser especialmente beneficiosos para algunos colectivos de consumidores, como lactantes, alérgicos o intolerantes a algunos alimentos, según informa El Mundo.

Actualmente en España están disponibles en el mercado unos 200 productos de este tipo, sobre todo pan, cereales, leche y derivados. También pueden encontrarse margarinas, zumos, huevos y sal. Sin embargo, la introducción de este tipo de alimentos en el mercado no ha estado exenta de confusión entre los consumidores.

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