Brasil, cómo ha afectado el Mundial de fútbol a los pueblos indígenas

Algunos estadios de fútbol en los que se ha jugado el Mundial ocupan tierras indígenas arrebatadas a estas tribus, obligadas a desplazarse hasta la frontera
Por Azucena García 15 de julio de 2014
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El Mundial de fútbol de Brasil ha sido mucho más que espectáculo y pasión. Ha supuesto una oportunidad para echar una mirada a este país sudamericano, más allá de sus tasas de crecimiento, y saber qué hay detrás de los triunfos deportivos y económicos. Varias ONG han puesto de manifiesto la situación de exclusión, injusticia y pobreza en la que viven millones de personas en el país y han subrayado el acoso a los pueblos indígenas, algunas de las personas más vulnerables del planeta. Este articulo explica su situación.

El lado oscuro de Brasil

Brasil es un país que evoca alegría, sol, playa, diversión y, en las últimas semanas, fútbol. Sin embargo, detrás de esta imagen idílica se esconden muchas otras que afectan a cientos de personas y no se deben ocultar. Survival ha puesto en marca la campaña «El lado oscuro de Brasil» para relatar «lo que no cuenta la popular imagen que proyecta el país», en referencia al trato que reciben los pueblos indígenas.

Las tierras que estos grupos han habitado y poblado durante cientos de años están ahora ocupadas por estadios de fútbol en los que se han desarrollado los encuentros de las últimas semanas. Pero además, se pretenden arrebatar aún más tierras. En cinco siglos, la población indígena ha pasado de 10 millones a 100.000, un mínimo histórico que lleva a preguntarse por los motivos de este drástico descenso.

La reconstrucción del estadio de Maracaná ha expulsado a 70 indígenas de una mansión que alberga ahora un aparcamiento y un museo del fútbol

Survival recuerda que algunas tribus viven a solo 50 kilómetros de Río de Janeiro. El estadio de esta ciudad, junto con el de Sao Paulo, Porto Alegre y Curitiba, tienen una capacidad superior a la población de las tribus más numerosas, pero además, se localizan en estados «con algunos de los conflictos territoriales más acuciantes», recuerda la organización.

El estadio de Manaus, con forma de cesta indígena, se ubica en una zona enriquecida gracias a la esclavitud de las poblaciones indígenas que no lograron huir hasta las cabeceras de los afluentes del Amazonas, donde todavía hoy permanecen sus descendientes. La reconstrucción del estadio de Maracaná para el Mundial ha supuesto la expulsión de 70 indígenas de 17 tribus que ocupaban una mansión abandonada del siglo XIX y que ahora alberga un aparcamiento y un museo del fútbol.

La campaña en marcha señala que incluso en la página web de la FIFA se destaca al portugués Pedro Álvares Cabral como descubridor de Brasil, si bien los pueblos indígenas habitaban el país antes de la llegada del luso y de quienes le siguieron. La ausencia de menciones a los pueblos indígenas es una constante al citar a Brasil. No se les tiene en cuenta al remarcar el carácter de la selva como lugar de recursos naturales y hogar de tribus indígenas, ni al referirse a las lenguas que estas hablan.

A todo lo anterior se suman las reivindicaciones indígenas en las semanas previas al Mundial, cuando los guaraníes denunciaban la pérdida de su tierra por la expansión de haciendas ganaderas y plantaciones de caña de azúcar, empleadas por una marca patrocinadora del evento deportivo. Las protestas coincidieron con un nuevo estudio que recogía cómo los guaraníes registran la mayor tasa de fallecimientos entre jóvenes de 15 a 30 años debido a las circunstancias mencionadas.

Indígenas aislados en Brasil

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Imagen: © Gleison Miranda/FUNAI

La situación anterior se da en buena parte debido al aislamiento de los pueblos indígenas. «En Brasil viven más pueblos indígenas aislados que en cualquier otro lugar del planeta», advierte Survival, que se refiere a ellos como «las personas más vulnerables del país», ya que carecen de inmunidad frente a enfermedades comunes como la gripe y el sarampión.

Esta circunstancia ha llevado a alertar del riesgo de «muerte inminente» de indígenas no contactados, puesto que las obras llevadas a cabo con motivo del Mundial, así como otra serie de acontecimientos relacionados con la tala, la ganadería, las megapresas, las carreteras o las exploraciones de hidrocarburos, les han empujado a desplazarse por la selva amazónica, junto al borde fronterizo con Perú.

Survival describe este hecho como «una de las mayores crisis humanitarias de nuestro tiempo», ya que no solo preocupan los contagios por enfermedad, sino posibles enfrentamientos violentos entre diferentes grupos. La situación es preocupante. El Departamento de Asuntos Indígenas del Gobierno brasileño (FUNAI) ha alertado de que «algo muy grave debe de haber ocurrido» para que un grupo tan importante de indígenas se haya desplazado. Podrían ser «madereros ilegales que invaden y destruyen su territorio», explica Survival.

Si no se protegen las tierras que ocupan los pueblos indígenas, no tendrán dónde ir, pero sobre todo, dónde sobrevivir. La campaña de Survival pide a los gobiernos de Perú y Brasil que protejan la tierra de las tribus no contactadas. Incluso se anima a los ciudadanos a escribir una carta con esta petición. Para ello se propone un modelo de carta y se explica cómo enviarla por correo postal.

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