Discapacidad: adaptaciones en el aprendizaje y examen de idiomas

La tecnología, los avances pedagógicos o la eliminación de barreras físicas han permitido adaptaciones en el aprendizaje y exámenes de lenguas extranjeras
Por Azucena García 5 de mayo de 2015
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Las personas con discapacidad física, auditiva, visual o dificultades de aprendizaje reivindican adaptaciones para el aprendizaje de idiomas extranjeros, así como en el momento de examinarse. El hecho de carecer de ellas conlleva que, en ocasiones, no puedan examinarse de determinadas pruebas y, por lo tanto, su certificación tenga una validez inferior que la del resto. Para evitarlo ya se han puesto algunas medidas en marcha, pero ni se han tomado todas ni se han aplicado en todos los centros. En este artículo se explican las dificultades de las personas con discapacidad para aprender idiomas, las adaptaciones que requieren los exámenes y cuáles serían las condiciones idóneas en ambos casos.

Personas con discapacidad: dificultades para aprender idiomas

El pasado mes de marzo se celebró en Alicante el «I Seminario: Universidad y alumnado sordo». En él, una de las principales reivindicaciones del alumnado sordo fue garantizar su derecho a contar con adaptaciones y recursos para facilitarles el aprendizaje de lenguas extranjeras. Las necesidades no se ajustan a los recursos y no quisieron dejar pasar la oportunidad de ponerlo de manifiesto.

El alumnado sordo reclama intérpretes de lengua de signos para seguir las clases y ayudas técnicas

Entre otras cuestiones, estos estudiantes reclaman intérpretes de lengua de signos para poder seguir las clases. En la actualidad, los centros no tienen esta obligación, puesto que el aprendizaje de idiomas no se considera formación reglada. A este respecto, Pilar Escabias, profesora del Centro Superior de Idiomas de la Universidad de Alicante, manifestó su preocupación ante la posibilidad de que, al no contar con los apoyos suficientes, el alumnado sordo abandone el estudio de otras lenguas, «algo fundamental no solo para obtener un grado universitario, sino también para estudiar en países extranjeros, encontrar un trabajo o promocionar en él». Es el caso de las becas Erasmus, que no siempre están al alcance de las personas con discapacidad.

Otras necesidades comunes son la importancia de contar con ayudas técnicas o adaptaciones de los temarios, que no siempre contemplan las capacidades diferentes de las personas. Asimismo, una reclamación histórica es la eliminación de barreras arquitectónicas y la necesidad de acondicionar los edificios para garantizar el acceso de todas las personas.

Algunos de estos inconvenientes son los que intenta resolver el proyecto europeo «Diseño accesible para el aprendizaje de lenguas en la Red». Coordinado por la Universidad de Granada, impulsa el diseño accesible de Internet para el aprendizaje de inglés, ruso y español a personas ciegas y con deficiencia visual severa. Este proyecto se basa en una herramienta multilingüe en Internet para aprender idiomas de manera autónoma.

Exámenes de idiomas, es necesario adaptarlos

Las quejas no solo atañen al aprendizaje de lenguas extranjeras, sino también a los exámenes. En el seminario de Alicante, los asistentes sordos lamentaron la falta de uniformidad en los criterios que aplican los centros. En concreto, se refirieron a las pruebas de inglés. «En algunos casos se nos exime de las pruebas de listening y speaking, mientras que en otros se nos obliga a realizarlas», subrayaron.

En su opinión, a las personas sordas no se les debería exigir que cumplieran ambas competencias, del mismo modo que su titulación «no debería carecer del mismo valor que la del resto». Esto sucede porque cuando un candidato no puede examinarse con los mismos criterios que el resto, queda exento de hacer ciertas pruebas y se hace constar en la certificación correspondiente.

Para evitar que esto suceda, ante la creciente importancia de la certificación lingüística y con la intención de dar a todas las personas la posibilidad de obtener los títulos de idiomas en igualdad de condiciones, Cambridge English Language Assessment, el departamento de evaluación lingüística de la Universidad de Cambridge, ha puesto en marcha una iniciativa para que las personas con discapacidad sean evaluadas «en las mismas dimensiones y con los mismos criterios aplicables a cualquier otro candidato», indica Ramón Parrondo, Head of Network Services para España y Portugal.

Esta propuesta ha contado con la colaboración de la ONCE (Organización Nacional de Ciegos Españoles), que ha ayudado a adaptar las pruebas de inglés a personas con problemas de visión, auditivos, del habla o de aprendizaje. De esta manera, todas las personas realizarán el mismo examen y, por lo tanto, «con la misma dificultad y la misma validez». «Obtener los certificados de inglés no solo es fundamental, sino que es un derecho que deben tener todas las personas con deficiencias. Sin ello vetamos su futuro y sus posibilidades de estudio y trabajo», advierte Andrés Sánchez, técnico de la ONCE.

Así se garantiza un examen de idiomas adaptado

Algunas medidas que se han tomado para adaptar las pruebas de inglés a las personas con discapacidad requieren asistencia externa o ayudas tecnológicas que no siempre están al alcance de todas las personas. Sin embargo, si no todas, sí es posible adquirir ciertas pautas que faciliten su realización:

  • Dar un tiempo extra a las personas ciegas y/o con dificultades de aprendizaje. Con frecuencia, necesitan más tiempo para leer las cuestiones o escribir las respuestas, por lo que el tiempo extra «se fija en un 25% de la duración total del examen», precisan desde el Cambridge English Language Assessment. No conviene aumentar este tiempo, aunque se puede solicitar, porque supondría más fatiga para quienes hacen la prueba. Para las personas con dificultades de atención en el aprendizaje, están previstos descansos supervisados en una habitación distinta a aquella donde se realiza el examen.
  • Adaptar los materiales. Para las personas ciegas o con discapacidad visual, es posible solicitar la prueba en braille, mientras que para completar las respuestas hay dos opciones: quien se examina puede usar su ordenador para responder y que la entidad examinante imprima luego en papel sus contestaciones o bien puede portar su máquina de escribir en braille y contar con un técnico de la ONCE que las transcriba.
  • Hacer el examen en un centro sin barreras físicas. Puesto que la eliminación de barreras arquitectónicas no es aún una realidad en todos los edificios, las personas con discapacidad física, en especial, pueden consultar con anterioridad a la prueba las condiciones del centro y, en su caso, solicitar su realización en un centro accesible o bien consultar con las organizaciones correspondientes la ubicación de este tipo de instalaciones.
  • Ayuda tecnológica. Las personas con discapacidad visual deben contar con la tecnología necesaria para hacer más grande la pantalla, teclados mecánicos o electrónicos en braille, ordenadores y procesadores de texto, «recursos también muy utilizados por candidatos con dificultades de aprendizaje, como dislexia o déficit de atención». Para las personas con dificultades auditivas y del habla, se reclama el uso de audífonos o auriculares que emplean en su día a día e, incluso, un equipo de amplificación en una sala aparte, que el centro examinador deberá proveer o, en su caso, buscar una alternativa.
  • Contar con un asistente. Esta figura se requiere solo en determinados casos. Está pensada para que las personas ciegas le dicten las respuestas y esta las transcriba; para que las personas sordas empleen la técnica de lectura de labios -«Lo que no está permitido es utilizar el lenguaje de signos ya que, en general, las lenguas de signos son independientes del lenguaje oral», explica el Cambridge English Language Assessment-; y para que las personas con dificultades de aprendizaje y trastornos severos de escritura tengan asistencia para reproducir el examen.

En cualquier caso, siempre se recomienda que las personas con discapacidad informen de ello al centro donde se examinarán para que puedan tomar las medidas oportunas. La finalidad no es que estas medidas les den ventaja, sino que aseguren que realizan la prueba en igualdad de condiciones.

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