Las compañías tecnológicas se han vestido de moda en los últimos años. En un mercado en el que casi todas las empresas venden productos de similares características, muchas han decidido lanzar colecciones especiales de móviles y ordenadores portátiles para añadirles la marca y el prestigio de los diseñadores de ropa. Este toque selecto logra aparatos más exclusivos, aunque a unos precios muy superiores a los de los modelos estándar y sin presentar realmente ninguna otra característica diferente.
Móviles ‘pret-a-porter’
A pesar de que empresas tecnológicas como Apple siempre han cuidado el diseño de sus productos, hasta el punto de que este factor siempre ha constituido uno de sus puntos fuertes, en los últimos años el diseño como elemento diferenciador se ha extendido entre otras marcas del sector de la tecnología de consumo.
Así, se han creado modelos que se distinguen de los habituales por los colores, los adornos o la forma y, al mismo tiempo, varias marcas han invitado a diseñadores de renombre en el mundo de la moda a participar en aventuras conjuntas, con el fin de que personalicen un determinado modelo.
Se trata en realidad de una estrategia para diferenciarse de cara a un público abrumado en ciertos casos por decenas de ofertas similares en cuanto a prestaciones. Un ejemplo claro se encuentra en el mercado de la telefonía móvil, caracterizado por su masificación, sobre todo en países como España donde se ha superado el 100% de tasa de penetración.
Los nuevos móviles ofrecen servicios parecidos: ya es habitual encontrase con cámaras fotográficas, de vídeo, conexiones Bluetooth, reproductor MP3, memoria interna o capacidad para navegar con soltura a través de redes de tercera generación.
¿Cómo escoger, si los precios también son parecidos y están subvencionados por las operadoras? La respuesta que han encontrado los fabricantes es el diseño, en un síntoma inequívoco de cómo la moda y la imagen han invadido nuestra sociedad.
De esta manera, el valor añadido de la imagen se conjuga con el intento de crear un aura de exclusividad, porque estos modelos se fabrican en ediciones limitadas, en algunos casos incluso numeradas.
Por supuesto todos estos añadidos provocan que los precios sean bastante elevados, aunque tengan las mismas características prácticas que sus primos de diseño estándar. Quizás también por influencia de la moda, los móviles se diseñan con la mente puesta en diferentes segmentos de público como, por ejemplo, las mujeres.
Esta tendencia ha calado tan fuerte en los fabricantes tecnológicos que incluso se han creado divisiones específicamente dedicadas a productos de lujo, como ha hecho Nokia con Vertu, que fabrica terminales en los que no hay rastro del plástico habitual en las demás marcas y que se distribuyen en joyerías, con un coste muy superior a los móviles de gama alta tradicionales.
La informática también desfila
Los fabricantes de ordenadores portátiles han recogido el guante del mundo del móvil y sus compradores también pueden adquirir exquisiteces ‘delicatessen’. Sin embargo, en este sector no es tan fácil la experimentación, dados los costes de un portátil frente a los de un teléfono móvil. En el mundo de la informática la diferenciación se ha buscado siempre de una manera menos frívola, de modo que prime la garantía de calidad por encima de la moda pura y dura.
No obstante, tal vez sea el primero de los mercados donde las compañías han querido hacer una comparación de sus productos con marcas de prestigio. Así, Apple, sin duda la pionera en la diferenciación a partir de factores tan intangibles como ‘experiencia de usuario’, ‘sensación de calidad’ o ‘armonía sensorial’, siempre ha gustado de compararse con automóviles de categoría.
Es legendaria la conectores para el iPod.
También se dice que BMW ya está pensando en un ‘manos libres’ para el iPhone. Incluso en algún momento se llegó a rumorear que ambas compañías preparaban un ordenador mixto de serie limitada, cosa nunca confirmada.
Tecléalo con diamantes
Pero más allá de las ‘particularidades’ de Apple, la competencia es feroz, y por tanto los fabricantes se entregan a la experimentación con tal de darse a conocer entre los segmentos de mercado con mayor poder adquisitivo. Es el caso del ordenador portátil con cristales de Swarovsky, obra de MSI.
Este aparato se hace particularmente atractivo por el negro brillante y estilizado de su carcasa, con reflejos plateados y recubierta de un material especial contra las ‘rayaduras’. El aparato, que por lo demás no difiere de otros portátiles de sus mismas características técnicas, está rematado en su centro por una corona circular de cristales de apariencia diamantina, que rodea a las inciales del fabricante (MSI), envolviendo así a la marca con glamour y lentejuelas.
Otro ejemplo, más extendido y por lo tanto no tan ‘exclusivo’, son los Acer asociados a la famosa marca de automóviles deportivos Ferrari. De nuevo se juega con colores elegantes como el rojo y conceptos como potencia, elegancia, eficiencia y poder adquisitivo. En el aparato, el legendario caballo de la escudería italiana es prácticamente omnipresente.
Asimismo, el exitoso iPod, un producto cuyo diseño ha sido ampliamente elogiado, ha tenido una versión especial en homenaje a U2, firmada por el grupo de música, y de color negro y ruleta roja. En este caso se ha buscado más la complicidad con los consumidores, mayoritariamente jóvenes, para los que el grupo irlandés es un referente tanto emocional como ético.
