Hasta ahora, la utilización de la telefonía móvil dentro del avión estaba prohibida por riesgos de interferencia con los sistemas electrónicos de la nave, sobre todo en las operaciones de despegue y aterrizaje, las más críticas. Esto obligaba a apagar el celular cuando se entraba en la cabina y a no volver a encenderlo hasta que el avión estuviera parado. En el futuro, las cosas cambiarán.
Experiencias anteriores, como el servicio «Connexion by Boeing» ofrecido por el fabricante Boeing en algunas de sus rutas, fueron un fracaso debido a los altos precios y la escasa demanda de los pasajeros. Ahora, en cambio, debido a la necesidad de muchos profesionales de tener conexión móvil en cualquier sitio, se cuenta con la suficiente masa crítica para que el servicio sea rentable para las aerolíneas.
El problema de la altura
La telefonía móvil utiliza el sistema de comunicación GSM, que consiste en una red de estaciones base que emiten en todas direcciones desde la Tierra. Pero a una altura considerable del suelo, como la que utilizan para volar los aviones, estas ondas no llegan, ya que estas estaciones no emiten en vertical. En estas condiciones, la única forma de conectar telefónicamente con la superficie terrestre es mediante la utilización de teléfonos por satélite.
A la altura que utilizan para volar los aviones las ondas GSM no llegan, ya que las estaciones no emiten en vertical
Durante los últimos años, diferentes empresas han estado investigando los peligros de la telefonía móvil en los aviones, así como la mejor manera de poder utilizarlos. La solución pasa por dotar a la nave de una pequeña estación base de telefonía que, a modo de antena, permite a los usuarios conectar con la red GSM y, mediante el servicio de roaming, poder realizar llamadas de voz y conectarse a Internet en el avión.
El sistema, además de una estación base, integra una microantena, llamada «picocell», que envía los datos, a través de diversos satélites, a las antenas de la Tierra. De esta manera, se redireccionan las ondas que emiten los móviles en su búsqueda incesante de una estación base y se evitan las interferencias con los sistemas del avión.
La empresa OnAir, una compañía creada por la Sociedad Internacional de Telecomunicaciones Aeronáuticas (SITA) y el fabricante de aviones Airbus, es la responsable de la implementación de los sistemas en los aviones de la marca europea, con un coste situado entorno a los 300.000 euros. Tanto Boeing como Airbus cuentan con los permisos y certificados exigidos por las diferentes agencias de seguridad aérea para la fabricación e instalación de estos sistemas en algunos de los modelos más demandados por las aerolíneas.
Tener un vuelo tranquilo
Compañías de todo el mundo como American Airlines, Air France, AirAsia, British Midland, Dubai Emirates, Qantas, Rynair, Shenzhen Airlines, TAP y la brasileña TAM cuentan ya con este servicio en algunos de sus aviones por un precio entre 1,5 y tres euros por minuto, aunque en un principio sólo se ofrecen servicios de envío de mensajes SMS y correos electrónicos. Respecto a España, no se tiene noticia de que ninguna aerolínea nacional vaya a incorporarlo a sus aviones.
La escucha de las conversaciones privadas y los tonos y melodías de las llamadas son algunas de las razones en contra del uso de los móviles en el avión
Otras compañías como Lufthansa y Air Berlin han declinado (por ahora) permitir el uso de los teléfonos móviles dentro de sus aparatos. Según encuestas realizadas por estas aerolíneas, la mayoría de sus clientes no quieren disponer de este servicio a bordo del avión, debido a que prefieren tener un vuelo tranquilo.
La escucha de las conversaciones privadas, los tonos y melodías de las llamadas entrantes en un espacio tan reducido y querer conservar el único momento donde los pasajeros pueden desconectar durante un rato son las principales argumentaciones. Otra de estas compañías, Qatar Airways, también ha manifestado su intención de no permitir el uso de móvil a bordo. Sin embargo, ya está ofreciendo un servicio de envío de mensajes SMS y la conexión a Internet en algunas de sus rutas comerciales utilizando la misma tecnología.
Una vez superadas las barreras tecnológicas, las sociales son las que mayor quebradero de cabeza están dando a reguladores y aerolíneas. Para ello, se están estudiando algunas limitaciones, como no permitir el uso del móvil durante las horas destinadas a dormir en los vuelos transoceánicos y las turbulencias, o limitar la cantidad de llamadas que se pueden hacer de forma simultánea dentro del avión, así como fomentar un uso razonable bajo la supervisión de cada tripulación.
Estos servicios necesitan el visto bueno de los organismos reguladores de cada país o Estado. En Europa, la Comisión Europea permitió el pasado mes de abril la utilización de los teléfonos móviles para enviar mensajes de texto y disponer de conexión a Internet. Según el texto aprobado, se obliga a la desconexión de la estación base durante las maniobras de despegue y aterrizaje, y no podrá activarse hasta que se alcancen los 3.000 metros de altura.
El sistema utilizará una frecuencia común GSM (1.800 megahercios) dentro de los países miembros de la Unión Europea. Desde la Comisión Europea, se ha pedido a los operadores que ofrezcan una política de precios en sintonía con la demanda, ya que unas tarifas abusivas podrían llevar al traste esta iniciativa.