Smartphone ticketing: pagar el transporte público con el móvil

Esta práctica puede consolidarse de manera definitiva gracias a la popularización de los teléfonos inteligentes
Por Jordi Sabaté 5 de febrero de 2015
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Imagen: RFID Global

Los pagos de transporte público a través del móvil, “smartphone ticketing”, existen casi desde los inicios de este tipo de telefonía, bien como idea teórica, bien como realidad. En el caso de Japón y Corea, desde 2004 hay sistemas en funcionamiento que han ido evolucionando desde el pago con SMS a los chips RFID. En Occidente, en cambio, la adopción de estas prácticas está siendo más progresiva y muy ligada a la popularización de los smartphones, que permiten la coexistencia de diversos sistemas de pago con el móvil, además del uso de aplicaciones específicas de cada ciudad o país para la adquisición de billetes. En este artículo se explica cómo funciona el “smartphone ticketing” y cuáles son sus principales ventajas.

Cómo funciona

Los sistemas para el «smartphone ticketing» están pensados para funcionar con la descarga de una aplicación al móvil

El «smartphone ticketing» es la adquisición y validación de billetes de transporte público mediante el uso de smartphones. Este sistema ya se ha implantado en diversas ciudades de Estados Unidos, como Nueva York, Chicago, Boston o San Francisco, así como en los trenes lanzadera que conectan el aeropuerto de Heathrow con Londres. La última población en la que se ha puesto en marcha ha sido Atenas, aunque en este caso por motivos turísticos; es decir, porque a los turistas les resulta más sencillo descargarse una aplicación en su idioma y comprar los billetes on line, que lidiar con el alfabeto cirílico de los carteles de las taquillas.

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Imagen: Thomas Duesing

Por el momento, estos sistemas están pensados para funcionar con la descarga de una aplicación al móvil desde la que adquirir uno o varios billetes, así como paquetes de un día, semanales o mensuales, que se pagarán por métodos como PayPal o mediante transacción bancaria a una tarjeta de crédito previamente establecida. Estas apps son desarrolladas por las entidades de transporte de cada ciudad y dispuestas para su descarga al smartphone, de modo que, a partir de su compra ya sea posible utilizarlas una vez configurados los datos de usuario y cuenta.

Por descontado, el «smartphone ticketing» implica no tener que pasar por la taquilla o la máquina expendedora de billetes para adquirirlos, sino que se compran en cualquier lugar y momento. Ahora bien, la validación del billete siempre se deberá realizar frente a un lector y usando el teléfono mediante varios sistemas.

Para validar el billete, el sistema envía un enlace a una página web que se abre con el navegador del móvil y contiene un código bidimensional

Uno de los más extendidos es el envío de los billetes o bonos por tiempo determinado al móvil, ya sea a través de un SMS o un correo electrónico. En ambos casos lo que se envía es un enlace a una página web que se abre con el navegador del teléfono y contiene un código bidimensional que se muestra frente a la máquina de validación de billetes, que es un lector de códigos QR. En España este mismo sistema lo emplean algunas compañías aéreas, además de Renfe (son los pocos casos de «smartphone tricketing» de nuestro país). Si se es propietario de un iPhone, se cuenta con la ventaja adicional de utilizar la función Passbook, que permite almacenar y gestionar los billetes de código QR.

Pagos con NFC

El «smartphone ticketing» implica no tener que pasar por la taquilla o la máquina expendedora de billetes para adquirirlos

Otro sistema consiste en el envío de los billetes en un formato electrónico y sin aspecto gráfico -son señales de radio- que se almacenan en los chips NFC del smartphone, en caso de que cuente con uno de ellos. El chip recibe la información del billete o bono desde la aplicación que con anterioridad el usuario se instala y, después, la muestra a un lector que valida el billete en el autobús, metro o tren.

Este sistema cuenta con el inconveniente de que los chips NFC no están muy extendidos. Muchos iPhone no lo tienen, mientras que los que sí -los iPhone 6 y 6 Plus– no pueden de momento utilizarlo para tales fines, ya que Apple los tiene bloqueados para usos que no sean los propios de la compañía.

Otra modalidad funciona con el envío de un SMS Premium a la compañía de transportes como método de pago. Este sistema cuenta con la ventaja de que no hay que poseer un smartphone y, por lo tanto, es muy viable en países con poca penetración tecnológica o poco poder adquisitivo, como es el caso de muchas zonas en desarrollo. Sin embargo, tiene el inconveniente de que requiere de una verificación del abono por parte de un revisor o bien de la confianza en la honradez del usuario.

Principales ventajas

El «smartphone ticketing» es un sistema que ahora comienza a mostrar señales de consolidación en los países occidentales del primer mundo. Pero todavía es residual por la inversión económica que supone la adaptación de los equipos de validación y la amortización de unas máquinas expendedoras que en muchos casos son de reciente compra. Ahora bien, la fuerte penetración de los smartphones en nuestra sociedad hace pensar que en el futuro será el sistema por defecto.

Estos sistemas simplifican en sobremanera la vida de los turistas sin ser a la vez una gran carga de sobre costes de roaming

De todos modos, es muy posible que en las ciudades y zonas con un fuerte empuje turístico se implante con más rapidez que en otras. El motivo es que estos sistemas simplifican en sobremanera la vida de los turistas, sin ser a la vez una gran carga de sobrecostes de roaming. Ante la dificultad de leer un cartel tarifario en un idioma que se desconoce o de tener que entenderse con un funcionario que quizá no tenga la paciencia de intentar escucharnos, la alternativa de una aplicación traducida, con explicaciones claras y sencilla de utilizar, es un gran alivio.

Por otro lado, la compra desde la aplicación evita tener que desplazarse a los centros de compra de billetes, sobre todo en el caso de los autobuses cuyas paradas la mayor parte de las veces carecen de ellos.

Además, estos sistemas podrían contemplar tarifas variables en función de la franja horaria en que se toma el transporte. Por ejemplo, es más barato en las horas de menos colapso y más caro en las punta.

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