Autocaravanas: viajar con la casa a cuestas

La conducción de una de estas casas rodantes no requiere de ningún permiso automovilístico específico, basta con el 'tipo B'
Por June Fernández 24 de marzo de 2007

Una autocaravana proporciona dos de los elementos imprescindibles para hacer turismo: medio de transporte y alojamiento. Por ello, quienes deciden viajar en ella destacan la gran libertad que da a la hora de conocer otros lugares. Al igual que la caravana, la autocaravana, también conocida como ‘casa rodante’, dispone de camas, cocina con nevera, baño con ducha y una pequeña sala de estar. Diferentes tipos y estructuras se adaptan a las necesidades de cada usuario pero, habitualmente, estos vehículos están habilitados para alojar de 4 a 8 personas.

En países como Alemania, Francia o Estados Unidos hay un fuerte movimiento asociacionista, los ayuntamientos habilitan lugares específicos para pernoctar en autocaravana y en Francia incluso se puso en marcha en 2004 una iniciativa por la que ganaderos y granjeros permitían a sus usuarios acampar en sus terrenos gratis, tal y como se refleja en Viaja Libre. A pesar de que más de 20.000 familias han adquirido una autocaravana, según datos de la página web especializada en autoraravanismo, Viaja Libre– en España no existen todas estas facilidades. Al menos, varias páginas web facilitan consejos técnicos y prácticos, enlaces a asociaciones y a empresas fabricantes y todo tipo de recursos útiles para quienes estén interesados por esta forma diferente de hacer turismo. Dos de ellas sonViaja Librey Viajar en autocaravana.

Información legal y técnica:

La gran ventaja de la autocaravana frente a la caravana es que es un automóvil, no un remolque: la Dirección General de Tráfico (DGT) las denomina ‘vehículo-vivienda’. Por ello, la ley permite estacionar en la vía pública para dormir en ella siempre que no se desplieguen elementos de acampada. Esto supone no tener que buscar necesariamente un camping u otro recinto habilitado para acampar. Además, el permiso de conducir tipo B, el que permite ponerse al volante en turismos, es suficiente para conducir todo vehículo cuya masa máxima autorizada no exceda de 3.500 kilos y no cuenten con más de nueve plazas. La mayoría de autocaravanas cumplen ambas condiciones, por lo que no es necesario obtener un permiso especial.

Debido a su gran envergadura, conducir una casa rodante requiere adoptar una actitud especialmente atenta y precavida. Aunque el peso y la resistencia al viento sean mayores, las autocaravanas pueden alcanzar los 120 km/h gracias a los materiales ligeros con los que están fabricadas.Aunque el peso y la resistencia al viento sean mayores, las autocaravanas pueden alcanzar los 120 km/h gracias a los materiales ligeros con los que están fabricadas Sin embargo, las velocidades máximas genéricas establecidas para las autocaravanas son 90 km/h en autopista, 80 km/h en carreteras convencionales y 70 km/h en aquellas que tienen un solo carril para cada sentido y un arcén pavimentado de menos de metro y medio de ancho.

Un buen consejo es colocar una pegatina dentro de la cabina con las medidas de la autocaravana. Cuesta acostumbrarse a la altura, y el conductor puede entrar en túneles o pasar por puentes bajos sin advertir el peligro que puede suponer. El gran tamaño aumenta también los ángulos muertos de visión, por lo que es imprescindible guardar una separación con el resto de vehículos mayor a la habitual. Se entiende que una conducción es buena siempre que sea suave, sin acelerar ni frenar de manera brusca, y trazando las curvas porque cuanto más grande y pesado es un vehículo más tiende a salirse de la calzada.

Otra consecuencia directa de la gran altura de las autocaravanas es su elevado consumo.Otra consecuencia directa de la gran altura de las autocaravanas es su elevado consumo Sin embargo, estos vehículos son diésel por lo que requieren de menos combustible que algunos coches de gasolina. El consumo medio es de unos 10 litros de gasoil por cada 100 kilómetros. En cuanto al precio del vehículo se puede encontrar por 24000 euros una autocaravana sencilla; las de gama alta superan los 45.000 euros. En el mercado de segunda mano hay vehículos desde 6.000 euros y hay que tener en cuenta que las marcas de automoción más demandadas, como Ford, Mercedes o Peugeot, comercializan también autocaravanas. A esas cifras hay que sumar los gastos propios de cualquier vehículo: seguro, mantenimiento y parking.

En cuanto a las normas relativas a la circulación y el estacionamiento, éstas varían de unos países a otros. Normalmente está permitido circular con personas dentro del habitáculo siempre que lleven abrochado el cinturón de seguridad, así como estacionar y pernoctar siempre que no se extiendan elementos de acampada como sillas, mesas o ropa tendida. Algunas ciudades turísticas como París disponen de zonas de aparcamientos reservadas a estos vehículos, una práctica con la que no cuenta España. En el país galo se puede recurrir también a las áreas de servicio, más agradables y mejor acondicionadas que las españolas, así como en otros países europeos como Noruega y Alemania.

 

Un modelo para cada necesidad
  • Capuchina: Es el tipo más frecuente de autocaravana y la imagen que viene a la cabeza al pensar en un vehículo así. El habitáculo se prolonga hasta ser una especie de ático sobre la cabina de conducción, que se suele aprovechar para poder poner otra cama. Este tipo de autocaravana es apropiada para familias o grupos de amigos de siete personas. Además, a los niños la estructura les resulta muy divertida.
  • Profileé: Significa ‘perfiladas’ y se distingue de las capuchinas en que la pequeña buhardilla sobre la cabina es menos alta y se utiliza para albergar un armario en vez de una cama. Esos centímetros menos de altura permiten que el vehículo sea más aerodinámico lo que conlleva un menor consumo de combustible. En ellas pueden dormir hasta cuatro personas, por lo que esta opción la suelen elegir parejas sin hijos que viajan habitualmente solas.
  • Integral: Su nombre se debe a que su estructura es más integrada, de manera que se aprovecha el espacio eliminando la separación entre la pequeña sala de estar y la cabina, cuyos asientos se pueden girar. El habitáculo es más espacioso y toda la estructura se construye a medida. Por ello se pueden encontrar modelos de dos a seis plazas y estos vehículos son los más caros. Su aspecto exterior es también más lujoso, atractivo y aerodinámico. Este tipo es en el que se alojan los pilotos de automovilismo durante las carreras.
  • Cámper: Una Cámper no es más que una furgoneta acondicionada para poder ser habitada. El modelo más típico es el mítico Volkswagen tan de moda entre el movimiento hippie. Su gran ventaja es que resulta más discreta porque su aspecto exterior es el de una furgoneta normal. Su menor peso y envergadura permite una conducción más cómoda y sencilla. Aunque hay Cámper fabricados de esa manera, siguen siendo muchos los aficionados que reforman por sí mismos su furgoneta. En Estados Unidos se estila también acondicionar camiones como autocaravanas. El espacio en las Cámpers es reducido pero bien aprovechado ofrece tantos servicios como el resto de las autocaravanas. Algunas incluso cuentan con un techo que se eleva, permitiéndose así habilitar más camas.
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