Preparar un viaje largo por carretera

Poner a punto el coche, informarse del estado de las carreteras y descansar bien en la víspera son pasos clave para minimizar los riesgos de viajar en Semana Santa
Por Laura Caorsi 7 de abril de 2011
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Imagen: irene

Revisar el estado del vehículo, descansar bien la noche anterior y verificar la situación de las carreteras son tareas ineludibles antes de sentarse al volante y emprender un trayecto largo. Pero no son las únicas claves. Tan importante como planificar la ruta y estudiar los mapas con anticipación es atender al pronóstico del tiempo, hacer el equipaje adecuado, cargar la batería del móvil y llevar medicinas, alimento y bebida. También hay que prever una parada cada dos horas, para descansar la vista y estirar las piernas. ¿Demasiados deberes? No. Aunque el viaje sea un plan de ocio, conducir durante muchas horas supone un desgaste físico importante, en especial, cuando hay un solo conductor. Por ello -y porque durante los fines de semana y las vacaciones se registran picos de actividad, siniestros y atascos- es de vital importancia tomarse las precauciones en serio.

La planificación del viaje, fundamental

El coche es el medio de transporte favorito para el turismo en familia, sobre todo, si el destino elegido se localiza en España o en los países vecinos. Cada año hay un millón de nuevos conductores y, según datos de la DGT, el parque automovilístico español supera ya los 31 millones de unidades. En nuestro país hay un marcado gusto por conducir y quienes usan su coche a diario lo saben: algunos momentos del año son especialmente sensibles. Semana Santa, el inicio del verano, las vacaciones de Navidad y los puentes son fechas señaladas, con millones de desplazamientos en pocas horas. Por esa razón, la planificación del viaje y del momento idóneo para emprenderlo es fundamental.

  • Lo primero es elegir el destino, decidir sobre un mapa de carreteras el camino que mejor se adapte a las necesidades y trazar un itinerario principal (sin dejar de contemplar, al menos, una alternativa). Las personas que disponen de un navegador GPS lo tienen más fácil, ya que el propio dispositivo propone diversas opciones. No obstante, siempre es conveniente llevar un mapa tradicional, por si la tecnología falla o la información del navegador está desactualizada.
  • Lo siguiente es comprobar que la vía esté en buenas condiciones. Para ello, la Dirección General de Tráfico ofrece en su página web un mapa de incidencias en tiempo real. Éste alerta a los conductores sobre incidencias climáticas, accidentes, retenciones, desvíos operativos, obras en curso, desprendimientos e inundaciones, entre otros problemas. Conviene consultarlo minutos antes de iniciar la travesía para saber si es necesario trazar un «plan B» o, incluso, cancelar el viaje.
  • Una vez escogida la carretera, si el recorrido es muy largo conviene dividirlo en etapas. Establecer de antemano varias paradas de descanso y prever qué se necesitará en cada una de ellas hará que el viaje sea más ameno y, sobre todo, ayudará a evitar sorpresas. En este aspecto, es fundamental pensar en la comida, en la bebida y calcular la cantidad de combustible que se necesitará entre un punto y el siguiente para saber dónde repostar. Del mismo modo, hay que tener en cuenta la variación del clima para contar con la vestimenta y los complementos adecuados. Un consejo: las gafas de sol nunca sobran, ni siquiera cuando está nublado. En momentos de gran luminosidad y resplandor, mejoran la visión y descansan la vista.
  • En cuanto a las fechas, iniciar el viaje en un día de diario y que no coincida con principios o finales de mes, de puente o temporada es un punto a favor para evitar caravanas y densidad de tráfico. Cuando esto no sea posible, el mejor consejo es armarse de paciencia y no estar pendiente del reloj. Sí hay que prestar atención al acelerador y respetar las indicaciones del tráfico y los nuevos topes de velocidad, aunque sean temporales. Lo importante es llegar a destino, no hacerlo en un tiempo récord.

El descanso, obligatorio

A menudo, se resta importancia al descanso porque parece imposible que alguien pueda dormirse al volante, ni tan siquiera cabecear. Sin embargo, la fatiga y la falta de sueño son responsables de casi la mitad de los accidentes de tráfico en el mundo. En España, tres de cada diez accidentes se registran por cansancio, una cifra que convierte a la somnolencia en la cuarta causa de mortalidad en las carreteras.

En España, tres de cada diez accidentes se registran por cansancio

El descanso es un aspecto que se debe cuidar tanto antes como durante el viaje. Como señala la DGT, la fatiga aumenta el tiempo de reacción al volante en un 86%, pero los conductores siguen sin ser conscientes del riesgo que supone, por lo que no detectan sus síntomas a tiempo y no toman las medidas preventivas adecuadas. El «Estudio de Fatiga y Conducción 2008», realizado por el Real Automóvil Club de España (RACE) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Bebidas Refrescantes Analcohólicas (ANFABRA), revela que el 34% de los conductores ha iniciado un viaje tras una jornada laboral, lo que aumenta el riesgo de fatiga.

  • El momento. Quien vaya a afrontar varias horas de conducción al volante deberá dormir lo suficiente la noche anterior e iniciar el trayecto a primera hora del día. Desde la DGT desaconsejan conducir de noche porque la conducción nocturna causa fatiga y sueño, a pesar de que algunas personas lo prefieren por la ausencia de caravanas y la tranquilidad de viajar en silencio, sobre todo, si el viaje se realiza con niños y estos se quedan dormidos.
  • La comida. Si el plan es viajar por la tarde, hay que evitar las comidas copiosas -ya que provocan digestiones pesadas y somnolencia- y no consumir bebidas alcohólicas, aunque sean de baja graduación, puesto que reducen el campo visual, disminuyen los reflejos y estimulan la agresividad, entre otros efectos. Ante un viaje largo, siempre es preferible ingerir una comida frugal, beber agua, gaseosas o zumos y llevar algo de fruta para el camino. Menos es más.
  • La vestimenta. Viajar relajado mejora la conducción, aporta más movilidad y ayuda a contrarrestar el cansancio. Por ello hay que vestirse con ropa y calzado cómodos, tener a mano los objetos personales que se pudieran necesitar durante el trayecto y evitar prendas demasiado ceñidas. Una advertencia: en cuestión de calzado, conviene recordar que no todo lo que es cómodo para caminar es práctico o seguro para conducir. Es el caso de las chanclas, que pueden engancharse a los pedales y provocar accidentes.
  • Las paradas. Además del descanso previo, es indispensable relajarse durante el viaje con paradas intermedias. La DGT recomienda hacerlo cada dos horas o cada 200 kilómetros para airearse, caminar un poco y realizar algunos estiramientos. El estudio realizado por RACE y ANFABRA se transformó en una campaña de divulgación con su propia página web. En ella recomiendan no solo parar cada dos horas, sino ingerir algún tipo de refresco. ¿La razón? Su contenido en azúcares y/o cafeína ayuda a mantener la atención y la concentración durante la conducción. En una prueba piloto al respecto, la Universidad de Zaragoza demostró que el tiempo de respuesta ante un obstáculo es un 26% más rápido en los conductores que paran de manera regular e ingieren este tipo de bebida.

Una visita al taller

Aunque las cifras de siniestralidad se han reducido de manera notable en los últimos años, los accidentes con víctimas mortales y heridos graves aún se cuentan por miles. Solo en 2010 fallecieron 1.730 personas y hubo 7.956 heridos de gravedad. Por esta razón, la seguridad y la prevención deben cuidarse en extremo. Antes de hacer las maletas, desplegar los mapas y prepararse para disfrutar, es indispensable revisar el estado del coche. La primera visita del viaje es, sin duda, al taller. Se debe verificar:

  • Nivel de aceite, líquido de frenos, líquido limpiaparabrisas, agua y líquido de la dirección.
  • Alumbrado y altura de los faros.
  • Estado de los frenos, la dirección, las bujías, la presión y el dibujo de rodadura de los neumáticos, las escobillas del limpiaparabrisas, los manguitos del motor y sus abrazaderas a partes fijas.
  • Posición correcta de los asientos y sus anclajes, así como de los espejos retrovisores, sin ángulos muertos.

En el vehículo tampoco deben faltar los recambios necesarios, como las ruedas de repuesto, el elevador manual del vehículo (gato), la correa del ventilador y un juego de luces en buen estado, además de las herramientas para su instalación. Las luces son una parte crucial del vehículo, puesto que es imprescindible que faciliten una buena visibilidad en la carretera y que el coche sea visto por el resto de conductores. Por ello, los focos deben estar siempre limpios y bien regulados para no deslumbrar a los demás.

Antes de hacer las maletas, desplegar los mapas y prepararse para disfrutar, es indispensable revisar el estado del coche

Respecto al motor, hay que revisar todas sus piezas antes de iniciar el viaje, así como los amortiguadores, la dirección y los frenos. Tampoco deben faltar en el maletero dos triángulos homologados de señalización de peligro y un chaleco reflectante.

Sobre las lunas, éstas deben estar siempre limpias, sin impactos ni rayadas y perfectamente encajadas para evitar situaciones de riesgo. No hay que dejar que durante el viaje acumulen polvo y mosquitos, y hay que cambiar las escobillas cuando estén cuarteadas.

Niños, seguridad y consejos

Viajar con niños no siempre es fácil. A menudo, los desplazamientos les resultan más aburridos que a un adulto y es habitual que pregunten con regularidad si «queda mucho para llegar». De este modo, cuando en el coche viajan niños es necesario preparar un «equipaje de juegos», una serie de recursos para mantenerles entretenidos durante el tiempo que dure el trayecto. La diversión es su prioridad, aunque para los adultos debe serlo que viajen seguros. Por ello, conviene recordar que:

  • Pese al aburrimiento y el interés por viajar en los asientos delanteros, los menores siempre deben ocupar las plazas traseras y, además, deben utilizar un sistema de retención homologado, que variará en función de su peso y su talla, no de su edad. Para saber qué silla infantil hay que escoger, la DGT dispone de una guía interactiva detallada.
  • Los sistemas de retención infantil (SRI) en los vehículos puede evitar tres de cada cuatro muertes de niños en las carreteras y nueve de cada diez lesiones, lo que representa una efectividad muy superior a la que proporcionan los cinturones de seguridad de los adultos.
  • Estas sillas para pequeños permiten la sujeción adecuada del niño durante el viaje y evitan que, en caso de colisión, pueda salir despedido. En un choque, el comportamiento de un niño es diferente al de un adulto y las lesiones pueden ser más graves.
  • Aunque el cuerpo del pequeño responde bien a las fracturas porque su configuración esquelética es más flexible, tiene más posibilidades de padecer hemorragias internas, puesto que los órganos vitales se pueden desprender con más facilidad.
  • Además, la posibilidad de que un niño padezca lesiones medulares es mayor que en un adulto porque las vértebras que sujetan la cabeza son poco sólidas hasta los 3 o 4 años. De igual modo, su cabeza tiene una desproporción de peso en relación con el cuerpo y lo que para una persona mayor puede suponer un «latigazo cervical», en un pequeño puede representar una tetraplejia.
  • Para estas sillas, Tráfico aconseja elegir el dispositivo según el peso y el tamaño del niño, recordar que es preferible el arnés de cinco puntos de ajuste que el de cuatro y colocar a los menores de cuatro años en un sistema «espaldas hacia delante» (en sentido contrario a la marcha). Como norma general, nunca se debe llevar a los bebés en brazos (ya que en caso de accidente, la energía cinética transforma a un niño de 25 kg en una masa de 1 tonelada) y es imprescindible predicar con el ejemplo, y colocarse el cinturón de seguridad.
La Dirección General de Tráfico aconseja seguir las siguientes recomendaciones
  • Si durante el trayecto se registra una caravana, se debe reducir la velocidad y aumentar la distancia de seguridad, sobre todo, cuando llueva o haya hielo en la carretera. Hay que extremar las precauciones si el atasco tiene lugar en núcleos urbanos y sacar el vehículo de la calzada al arcén cuando se precise detenerlo.
  • En autopistas y autovías hay que circular siempre por el carril de la derecha y no cambiar de carril excepto para realizar un adelantamiento, una maniobra que tendrá que comenzarse con más antelación que en las carreteras ordinarias y cumplir la regla de seguridad: retrovisor, señal, maniobra.
  • Si se opta por conducir de noche, hay que programar de manera minuciosa el itinerario nocturno, tener el vehículo en condiciones y preparado, en especial, respecto al funcionamiento de las luces e intermitentes. Conviene llevar limpios los cristales parabrisas, ventanillas y luneta posterior, y haber descansado lo suficiente antes de una cena, que debe ser ligera.
  • Por el contrario, durante la conducción diurna con sol, hay que utilizar el parasol inclinado para proteger los ojos del conductor, o bien usar gafas de sol, con especial cuidado ante las entradas y salidas de túneles o al atravesar zonas de sombra. Cuando además hace calor, el aire acondicionado será el mejor aliado, junto con las bebidas frescas. Habrá que vigilar también la temperatura del motor.
  • En caso de dudas o de necesitar información más específica, lo idóneo es consultar el apartado de consejos de seguridad vial.
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