Comprar un piso supone un gran desembolso. Pero no sólo requiere pagar la hipoteca mes a mes. Poner en marcha la aventura de la adquisición de una vivienda obliga a hacer frente a una serie de ‘papeleos’ iniciales que en total representan un coste extra de hasta un 10% del valor de la casa. Son las gastos de la escritura, el registro y los impuestos y para un piso de 120.000 euros obligan a disponer de un ‘colchón’ en efectivo de 12.020 euros.
Trámites
La compra de un piso constituye para la mayoría de los ciudadanos la inversión más importante de su vida. En buena parte de los casos supone endeudarse por veinte o treinta años, por lo que a la hora de realizar el desembolso hay que tener en cuenta muchos factores. Primero hay que calibrar las posibilidades monetarias de que dispone cada uno y en función de esta valoración se elegirá la vivienda. Una vez que se tiene claro a qué tipo de casa se puede hacer frente y, por tanto, cuánto se puede gastar uno, se debe estudiar cómo se paga la vivienda. El crédito hipotecario es la opción más generalizada, pero también la que exige un mayor estudio y atención por parte del comprador.
Pero aquí no se acaban los problemas, en el momento de la compra hay una serie de costes, que no están incluidos en el precio final de la vivienda, y que sin embargo hay que tener previstos si uno no quiere llevarse una sorpresa desagradable. El coste de estos trámites depende del precio de la vivienda, pero vienen a suponer de forma aproximada un 10% del importe de la misma.
Además, hay que añadir que la mayoría de estos pagos se hacen en efectivo, por lo que se hace imprescindible tener liquidez. En cualquier caso, la Federación de Usuarios y Consumidores Independientes, FUCI, recomienda como paso previo a la compra de la vivienda y al pago de estos costes ‘extras’ acudir al Registro para comprobar si la vivienda está gravada con alguna carga o gravamen (hipotecas, embargo o carga urbanística), así como cotejar con el presidente de la comunidad de vecinos el estado de la cuotas de comunidad; que no haya nada pendiente.
Impuestos
En el caso de que se haya adquirido una vivienda de segunda mano, hay que hacer frente al pago de varias tasas. En primer lugar, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que ronda el 4%, 6% y el 7% del precio del piso, según que casos y zonas (para el centro de Madrid, por ejemplo es del 4%). Si por el contrario nos hemos decidido por comprar una casa nueva, deberemos abonar un 7% del IVA, además de un 0,5% en concepto de Actos Jurídicos Documentados. Para las viviendas de protección oficial y para las viviendas de promoción pública el IVA que se abonará será del 4%. Para evitar apuros, hay que saber que el IVA se paga en el momento de la compra, en tanto que los demás impuestos se desembolsan al escriturar.
También existe el Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, conocido como de plusvalía. Su importe varía en función del aumento del valor del suelo donde se ubica la casa. El vendedor suele hacer frente a este pago -excepto en Navarra, que lo paga el comprador-, aunque en ocasiones los gastos se reparten.
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Notaría y gestoría
El notario, por el que es de obligado cumplimiento pasar después de comprar el piso, se encarga de escriturar la vivienda y el préstamo (si lo hubiere). En tanto que su labor es doble, la factura también lo es, además del coste de hacer copias de la escritura para la compraventa y para el crédito, pagar el papel timbrado y la mano de obra. Las tarifas de los notarios están reguladas oficialmente y dependen del coste total de la vivienda. Así, está establecido que cuando el piso no supera los 30.000 euros hay que abonar al notario en concepto de escrituras 90 euros; si cuesta entre 30.000 y 60.000 se le añade un 1,5 por mil; por uno de hasta 150.000 euros se pagará un 1 por mil más y para uno de 150.000 a 601.000 un 0,5 por mil más. Es decir, que los tramos se van sumando. Aunque el comprador tiene derecho a elegir su propio notario, normalmente se acude al que proponga la entidad financiera.
Gestoría
Una vez que el notario, el comprador y el vendedor han hecho las escrituras deben depositarlas en la oficina de Hacienda, junto con las copias y los impuestos, además de inscribirlas en el Registro de la Propiedad. Si en el caso del notario su intervención es obligada, la del gestor no lo es, y estos trámites los puede hacer el comprador mismo. Teniendo en cuenta que la mayoría de los compradores no están familiarizados con este tipo de ‘papeleos’, o prefieren no marearse más con trámites a veces engorrosos, la mayoría opta por contratar los servicios del gestor, que además, suele ser propuesto por la entidad bancaria con la que se ha contratado el préstamo. Sus honorarios varían en función del valor de la casa o de si se ha contratado un crédito. A partir de estos mínimos la tarifa es libre, pero la factura de un gestor suele suponer entre 180 y 240 euros. La inscripción de la vivienda en el Registro también tiene un coste, que depende del precio que aparece en la escritura.
Pero aquí no se acaban los pagos ni los papeleos. Ya que la mayoría de la gente paga el piso con un crédito, el banco exige un certificado de dominio y cargas, documento en el que el registrador firma que el piso no tiene cargas. Asimismo, la entidad financiera tasa la vivienda, por lo que cobra unos 150 euros, además de la comisión de apertura del préstamo. Por último, para obtener un crédito, los bancos y cajas suelen pedir que se domicilie la nómina, pueden exigir la contratación de un seguro del hogar (el de incendios es obligatorio) y un seguro de vida para cubrir la amortización del préstamo si fallece el comprador titular.
Teniendo en cuenta todos estos gastos, Consumer ha elaborado un ejemplo práctico, en el que para un piso de segunda mano de 180.000 euros y para el que se ha solicitado un crédito de 120.000 sale como resultado que habría que abonar aproximadamente unos 13.174 euros en concepto de costes de tramitación. El mayor pago viene por los impuestos, por los que habría que abonar (según este ejemplo concreto) 2.162 euros. La siguiente partida es para la notaría, que se llevaría 340 euros. La gestoría supondría 240 euros, en tanto que el registro costaría 203 euros, la tasación 150 y el seguro otro tanto.
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