5 trucos para elegir una buena lasaña

Revisar la lista de ingredientes y la información nutricional, optar por las versiones vegetales y escoger raciones más pequeñas son algunas claves para llevarnos a casa las mejores lasañas
Por EROSKI Consumer 15 de julio de 2018
lasagna seca masa tomate
Imagen: repinanatoly

Elegir la mejor lasaña no es fácil. No todos tenemos los mismos gustos, ni la misma situación económica o de salud. Ni siquiera nos imponemos las mismas exigencias nutricionales. El nutricionista Ramón de Cangas establece una ración de consumo razonable para una persona sana: «Entre 200 y 250 gramos, pero por tradición o por consumo habitual». Porque «si nos referimos al valor calórico, también dependerá de la persona (su estado fisiológico, su actividad física, sus patologías, el resto de alimentos ingeridos) y, si hablamos de sus ingredientes, habrá que tener en cuenta el resto de comidas del día», sostiene. Así, entre las diversas opciones que existen, proponemos los siguientes cinco consejos.

1. La ración… más pequeña

Reduce la ración. Tomar 250 gramos de lasaña (lo tradicional) supone una ingesta de energía, grasa, grasas saturadas, azúcares y sal por encima de lo recomendado en una comida (2.000 kcal, 70 g de grasa, 20 g de grasa saturada, 90 g de azúcares y 5 g de sal). Por tanto, conviene reducir la ración a 100 gramos. De hecho, las marcas comerciales suelen establecer su información nutricional tomando como referencia 100 gramos de producto, tal y como marca el reglamento europeo 1169/2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor.

2. Vigile los ingredientes

Elija lasañas elaboradas con ingredientes que permitan cuidar su perfil nutricional: leche desnatada, pasta integral y verduras. Así se asegura unos valores de energía, grasa, grasa saturada y azúcares más saludables. En este sentido, hay que vigilar la sal, un nutriente que es intrínseco a los platos preparados y que los convierte en una opción ocasional.

3. Mejor de verduras

Entre las diferentes opciones, las lasañas de carne presentan valores más elevados de algunos ingredientes, en especial de sal. De ahí que las lasañas de verduras sean una mejor opción nutricional.

4. ¿Es preferible congelada o refrigerada?

La diferencia no es relevante. El proceso de congelación apenas afecta al contenido nutricional de los alimentos, pero conviene recordar que siempre hay riesgo de alterar alguna de sus cualidades, al igual que sucede con los alimentos frescos: la pérdida de nutrientes que pueden experimentar desde que se recolectan y se preparan hasta su consumo puede ser igual o mayor a las alteraciones durante la congelación. Así pues, los alimentos congelados de manera segura y adecuada no tienen nada que envidiar a los frescos.

5. Más caro no siempre es mejor

El coste depende de la marca. No importa que el relleno sea de carne o de verduras; lo que de verdad influye en el precio es la marca. Teniendo en cuenta una ración de 100 gramos y las opciones refrigeradas, las alternativas más caras duplican el importe de las más económicas. Mientras, en las congeladas, los precios se acercan más entre marcas y, de media, las más onerosas tienen un coste un 50 % más elevado.

Las lasañas más y menos saludables, según el semáforo nutricional

Comparamos 18 variedades de lasañas precocinadas y las ordenamos de más a menos saludables de acuerdo a los datos del semáforo nutricional. Este es el resultado:

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