Dificultad para masticar alimentos

Es un problema muy frecuente entre personas con enfermedades degenerativas y que exige modificar la textura de los alimentos
Por EROSKI Consumer 22 de septiembre de 2007
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Uno de los problemas frecuentes entre personas con enfermedades degenerativas de las funciones motoras como el Alzheimer, el Parkinson o los trastornos craneoencefálicos es la dificultad en la masticación. La dieta indicada en este caso, y mediante la cual se modifica la textura de los alimentos, se denomina dieta blanda mecánica o de fácil masticación. Asimismo, es una dieta también indicada para quienes tienen alguna dificultad mecánica para masticar los alimentos debido a la falta de coordinación muscular o piezas dentales o por prótesis inadecuadas.

En dicha dieta, se modifica la textura de los alimentos considerados duros como puede ser el pan (por su corteza dura), la carne, las verduras, las frutas que se comen crudas, los quesos duros más curados y los frutos secos. Habrá otros muchos alimentos que presentan dificultad para masticar, por lo que también habrá que adaptar su textura y su consistencia.

Modificaciones en la textura de alimentos

Pan: si no se puede masticar el pan convencional, se puede optar por el pan de molde.

Carnes: se presentarán picadas en forma de hamburguesas, albóndigas o como ingredientes de empanadillas y croquetas. Los guisos son otro método de cocina que puede resultar adecuado ya que, al ir acompañados de caldo, resultan más jugosos.

Hortalizas y verduras: en las dietas blandas, se presentarán siempre cocidas y, si cuesta masticar los trozos grandes, se servirán chafadas o en puré. El tipo de presentación de las verduras dependerá de la capacidad individual para masticarlas y tragarlas. Conviene probar las distintas formas, con el fin de no hacer la dieta monótona en textura por servir todos los alimentos triturados. Es más difícil que las personas afectadas por este malestar puedan masticar las ensaladas. Por tanto, si se quiere aprovechar las virtudes de los vegetales crudos, se pueden servir en forma de gazpachos y zumos como el de tomate, preparado siempre sin la piel.

Frutas: es más probable acertar con las frutas más maduras. Existen muchas alternativas para obtener todos los nutrientes que éstas aportan si se ofrecen chafadas, en forma de batido, en macedonia, en compota o al horno. No conviene ofrecer frutos secos como las nueces o las almendras, así como frutas desecadas como las ciruelas o las uvas pasas, ya que por su dureza pueden provocar atragantamiento.

Quesos: dentro de la gran variedad de quesos que hay, es fácil identificar cuáles son los más duros y que pueden provocar más dificultad de masticación, como es el caso de los quesos semicurados, los curados y los de pasta dura, típicos quesos empleados para rallar.

El resto de alimentos se pueden incluir con la textura habitual, pero teniendo en cuenta la tolerancia individual.

Alimentos permitidos

Bebidas: agua, zumos, infusiones, refrescos con gas, batidos lácteos.

Sopas: sopa de pasta, de sémola, de tapioca, de arroz, de verdura cocida (con pan).

Dulces: sorbetes, gelatina de frutas, repostería blanda (bollo suizo, bizcocho, magdalenas) y postres comerciales o caseros suaves (natillas, flan, cuajada, yogur, arroz con leche, helado).

Condimentos: sal, con moderación y si no existe contraindicación, azúcar, mermelada, miel, especias suaves y hierbas aromáticas.

Lácteos: leche y yogur, queso fresco, quesos cremosos (gallego, de nata), requesón, cuajada, arroz con leche.

Alimentos ricos en proteínas: huevo, carne magra picada o guisada, pescado blanco o azul, jamón york y fiambres (de pollo o pavo).

Cereales: pan de molde y pan tostado o galletas (si están ablandados y remojados en la leche), arroz, pastas alimenticias, patatas, sémola y tapioca.

Legumbres: lentejas, garbanzos, guisantes o alubias, enteras o en puré, en función de la capacidad para masticar de cada persona.

Verduras: cocidas enteras o en puré. En caso que se coman crudas, deben ser en forma de gazpacho. El tomate maduro puede tomarse sin piel en ensalada.

Frutas: crudas, batidas o enteras muy maduras. Si son cocidas, asadas al horno, en compota, batidas y en almíbar.

Grasas de condimentación: aceite, mantequilla o margarina.

El menú de un día

Desayuno: descafeinado o café con leche, pan de molde con mantequilla y mermelada. Zumo.

Comida: crema de legumbre. Pescado en salsa verde. Yogur y pan de molde.

Merienda: cuajada y compota de pera.

Cena: sopa de arroz. Tortilla variada. Macedonia y pan de molde.

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