Zumos para personas diabéticas

A pesar de que los jugos sin azúcar añadido son un alimento saludable para los afectados, hay matices que conviene recordar
Por EROSKI Consumer 14 de septiembre de 2006
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Imagen: edward w

Muchas personas que padecen diabetes desconocen si pueden tomar zumo en sustitución de la fruta. La duda más común se refiere al efecto de su consumo sobre el nivel de glucosa sanguínea (glucemia). Por este motivo, a menudo lo excluyen de su dieta o limitan la ingesta. ¿Están justificadas estas decisiones? ¿Pueden tomar zumos de frutas las personas con diabetes?

El zumo de fruta, al igual que las piezas enteras, debe su sabor dulce, en mayor medida, a un carbohidrato simple denominado fructosa. Ésta se asemeja a la sacarosa -azúcar de mesa- en su aporte calórico: 4 kilocalorías por gramo. Pero ambas tienen diferencias en cuanto a metabolismo y modo de asimilación en el organismo. La absorción de la fructosa es rápida, no provoca cambios bruscos en los niveles de glucosa sanguíneos y tampoco estimula la secreción de insulina.

Esto explica que las personas diabéticas toleren mejor los alimentos con fructosa en su composición, tanto de forma natural (frutas y zumos), como añadida (ciertas galletas, mermeladas, turrones y otros dulces). La clave está en el consumo moderado de estos alimentos, en seguir una dieta equilibrada.

Respuesta glucémica

El zumo provoca una subida de glucosa más pronunciada y rápida que la fruta, pero menor que otros alimentos con azúcares añadidos

Cuando se ingiere un alimento rico en carbohidratos, como un zumo o una pieza de fruta, se ponen en marcha en el organismo una serie de mecanismos para aprovechar estos nutrientes. Este proceso fisiológico se conoce como respuesta glucémica y hace referencia a la cantidad de azúcar que se incrementa en la sangre en un periodo de dos o tres horas después de haber comido. Se ha constatado que esta respuesta es mayor en el zumo que en la fruta.

El jugo provoca una subida de glucosa en sangre más pronunciada y más rápida, pero menor que otros alimentos dulces con azúcares añadidos, como chocolates, chucherías, productos de pastelería y repostería, incluido el propio azúcar que se emplea para endulzar. No obstante, cabe considerar que no todos los individuos tienen la misma respuesta y que ésta también varía si el zumo se toma solo o acompañado.

Cuando el zumo se consume junto con alimentos proteicos (leche y derivados, cárnicos, pescados, huevos) o grasos (frutos secos, aceites o grasas de untar como mantequilla o margarina), el aumento de la glucemia es menor, ya que el índice glucémico en este último caso es más bajo. La digestión de la mezcla de componentes de los alimentos es más compleja, por lo que los azúcares no se absorben de manera tan inmediata.

Tomar el zumo solo o en ayunas favorece que la absorción sea muy rápida, ya que no interfieren otros nutrientes en su digestión. Esto explica la práctica de tomar un azucarillo, un caramelo o un zumo en caso de hipoglucemia (niveles bajos de glucosa en sangre), con el fin de recuperarse del malestar cuanto antes.

Zumos que se pueden elegir

Los zumos adecuados para las personas con diabetes deben carecer de azúcar añadido, en el conjunto de una dieta controlada en hidratos de carbono. Es imprescindible leer el etiquetado y la lista de ingredientes, ya que la oferta en el mercado es extensa y la industria alimentaria amplía y modifica de forma constante las características de sus productos.

Desde hace unos años se comercializa una nueva versión de zumos: el néctar de frutas «sin azúcar añadido», que es apto para personas con diabetes. También hay zumos «edulcorados», que sustituyen el azúcar por sacarina u otros edulcorantes artificiales que confieren a los zumos un sabor dulce, pero que no interfieren en la glucosa sanguínea. Estos también serían válidos en caso de diabetes.

ETIQUETADO MUY CLARO

Los fabricantes deben informar con claridad en la etiqueta de la composición de azúcares en sus productos. En atención al Reglamento 1924/2006, sobre las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos, deben diferenciar las siguientes denominaciones:

  • Sin azúcar: sólo podrá declararse que un alimento no contiene azúcar, así como efectuar cualquier otra declaración que pueda tener el mismo significado para el consumidor, si el producto no contiene más de 0,5 g de azúcar por 100 g o 100 mililitros.
  • Sin azúcares añadidos: podrá destacarse esta declaración en los alimentos que carezcan de monosacáridos (glucosa, fructosa), disacáridos (lactosa, sacarosa) y alimentos utilizados por sus propiedades edulcorantes. Si los productos tienen azúcares de manera natural, en el etiquetado debe constar que contienen “azúcares naturalmente presentes”.
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