Estaciones de carga rápida para coches eléctricos

Los sistemas de recarga rápida pueden contribuir a generalizar el vehículo eléctrico y sus ventajas económicas y ambientales
Por Alex Fernández Muerza 18 de septiembre de 2014
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Imagen: Michael Hicks

Los coches eléctricos son más ecológicos que los de gasolina, pero tardan más tiempo en recargarse. El desarrollo de los sistemas de carga rápida contribuirá a disminuir este inconveniente y a generalizar por tanto estos vehículos. Este artículo explica las estaciones de carga rápida, su implantación en Europa y España y sus desafíos.

Estaciones de carga rápida

Los vehículos eléctricos están llamados en unos años a sustituir a los convencionales de gasolina por sus ventajas económicas o ambientales. Recargar un coche eléctrico es mucho más barato que uno de combustible, y no produce las emisiones contaminantes ni los gases de efecto invernadero causantes del cambio climático. Pero para ello, sus fabricantes todavía tienen que mejorar aspectos como su tiempo de recarga o sus kilómetros de autonomía en carretera antes de repostar de nuevo.

Las estaciones de carga rápida pretenden solventar algunos de los inconvenientes de los coches eléctricos
Las estaciones de carga rápida pretenden solventar estos inconvenientes. Diversos fabricantes prueban en la actualidad sistemas de recarga que les acerquen en prestaciones a las gasolineras convencionales. Entre los más avanzados destaca el de la empresa estadounidense Tesla Motors, al combinar con las mejores prestaciones posibles su vehículo Tesla Model S y su estación de recarga «Supercharger».

Estas estaciones de «supercarga» son 16 veces más rápidas que la mayoría de las estaciones de carga públicas convencionales, según sus creadores. En unos 20 minutos el Tesla Model S consigue una recarga corta que le proporciona una autonomía de unos 250 kilómetros. La recarga completa, que permite cubrir distancias de más de 500 kilómetros, necesita un tiempo de unos 75 minutos. Para lograr estas cifras, estos coches llevan unas de las baterías de mayor capacidad del mercado.

El fabricante ofrece también otra ventaja para contribuir a la generalización de estos vehículos y sistemas de carga eléctricos: los modelos con batería de 85 kWh, la de más capacidad, pueden recargarse de forma gratuita en la red de estaciones que Tesla está extendiendo por todo el mundo en lugares estratégicos, como restaurantes de carretera o centros comerciales.

Hoy en día, según este fabricante, su red consta de 112 estaciones de recarga rápida en Estados Unidos (EE.UU.), 62 en Europa y 17 en Asia. Su objetivo es seguir aumentando el número de puntos para lograr que en 2015 se pueda viajar de costa a costa de EE.UU. y partes de Canadá.

Estaciones de carga rápida en Europa y España

En Europa, las estaciones de «supercarga» se han implantado en varios países, en especial en los que más han apostado por los coches eléctricos, como Reino Unido, Alemania, Francia, Noruega o Suecia.

En España todavía no hay ninguna, pero sus responsables señalaban en fechas recientes que entre invierno de 2014 y 2015 se colocarán 12 estaciones en diversos lugares de la península ibérica. La compañía ofrece un mapa con las ubicaciones presentes y futuras de sus instalaciones. De esta forma, para el año que viene se pretende conseguir que los usuarios de estos vehículos puedan recorrer de una punta a la otra de la Unión Europea (UE).

Desafíos de la carga rápida y los coches eléctricos

La generalización de la carga rápida y de los vehículos eléctricos se enfrenta a varios desafíos:

  • Precios todavía elevados. El Tesla Model S cuesta unos 75.000 euros, si bien se puede considerar un coche de gama alta y en EE.UU. se comercializa con diferentes ayudas que lo hacen algo más asequible. En España el Plan PIMA Aire 3 subvenciona a quienes quieran adquirir vehículos eléctricos e híbridos.
  • Necesidad de una buena infraestructura eléctrica. Las altas potencias requeridas por estos sistemas pueden poner en problemas a la red de suministro, o dañar la batería si no están en las debidas condiciones. Una forma de obtener energía complementaria y no saturar la red sería mediante el uso de energías renovables en las estaciones de carga, como placas solares fotovoltaicas, como en las fotolineras, o la energía del frenado de los trenes, como en las ferrolineras.
  • Recalentamiento de las baterías. Recargar a una potencia tan alta hace que las baterías se calienten mucho. Por ello se requieren sistemas de refrigeración para no dañarlas, que suponen un coste adicional.
  • Lucha entre estándares de conexión y recarga. Al igual que en otras tecnologías, los fabricantes de sistemas y estaciones de carga rápida proponen diversos sistemas que pugnan por alcanzar mayor cuota de mercado y convertirse en el estándar para todos los usuarios. En el caso de los sistemas de recarga rápida se pueden encontrar en la actualidad varios conectores. Los más populares son el japonés CHAdeMO y el internacional CCS. El primero se ha extendido en Europa gracias en gran parte al fabricante Nissan, que ha suministrado gratis 400 estaciones de carga rápida. Sin embargo, este sistema podría desaparecer de la UE a favor del CCS en 2018.

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