Un chubasquero hecho de patata y otras formas de aprovechar este tubérculo

La patata no solo es versátil en la cocina, ya que también sirve para hacer ropa, bolsas y hasta para crear energía limpia
Por Eva San Martín 30 de marzo de 2018

Img chubasquero patataImagen: Equilicuá

De la patata se dice que es saciante, versátil en la cocina -capaz de transformarse en tortillas, chips y pasteles- y que su harina es muy rica en hierro e hidratos de carbono. Pero más allá de estas cualidades gastronómicas, la mayoría de los mortales desconoce sus virtudes más ecológicas. ¿Sabía que la patata puede transformarse en un chubasquero de “usar y plantar”? ¿O que sirve para hacer bolsas biodegradables y hasta para producir una batería doméstica de energía limpia y barata? Todas estas ideas se explican a continuación.

Más del 25 % de las hortalizas frescas que consumimos al año son patatas, según el ‘Informe del Consumo Alimentario de España’ elaborado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. Sin embargo, es un alimento que no se conoce demasiado. Y es que este tubérculo tiene mucha vida más allá de sus propiedades culinarias.

Chubasquero de patata: ropa de usar y plantar

Este modesto y versátil tubérculo forma parte de los alimentos -como el maíz, el trigo o las cáscaras de mejillón- con los que se puede fabricar bioplástico. Y esta opción fue la que convenció a Maite Cantón para crear un chubasquero de patata, una prenda que puede usarse durante seis meses y, después, plantar.

«Hacer productos biodegradables es a lo mínimo que deberíamos aspirar. ¡Hasta el ser humano es biodegradable! Esta es la máxima que nos sirvió de inspiración para fabricar nuestro chubasquero», dice Cantón, de Equilicuá, una compañía de productos ecológicos que tiene como lema «hacernos pensar» y convertir a todos en consumidores más respetuosos con el entorno.Img chubasquero patata art

Este tipo de prenda habitualmente se hace con PVC y otros materiales plásticos no biodegradables, con el consecuente impacto sobre el medio ambiente, no solo durante su fabricación sino también al final de su vida como residuo. Según un informe de Greenpeace, entre 4,12 y 12,7 millones de toneladas de plástico terminan en los océanos cada año.

En cambio, este chubasquero biodegradable está hecho con fibras de patata y maíz y cosido con hilo de algodón natural. Los bioplásticos creados con fécula de patata, al estar hechos de materia orgánica, tienen la facultad de descomponerse y mineralizarse para crear compost o abono. Además, es una prenda «de usar y plantar». Este chubasquero contiene semillas autóctonas, por lo que si, por casualidad, acabara tirado en el campo, nacerá una nueva planta.Img patatas tejidos biodegradables artImagen: 5PH

Bolsas de patata que también son compost

«La batería de patatas genera una energía hasta 50 veces más barata que las baterías disponibles en el mercado», asegura Yaacov Michlin, científico de la Universidad Hebrea de Jerusalén

Cada año en España, cerca de 8.000 millones de bolsas de plástico acaban en la basura, y hasta en el mar, según la Fundación Vida Sostenible. Frente al despilfarro de bolsas de plástico -una de cada dos bolsas termina en el vertedero, y solo el 7% se recicla- cualquier iniciativa que ayude a la protección del medio ambiente es buena. El reto es encontrar fibras que puedan sustituir al plástico y derivados del petróleo. ¡Y ahí está de nuevo el famoso tubérculo!

Las bolsas hechas de almidón de patata son una alternativa al consumo de las de plástico y una de las pioneras ha sido la bolsa de fécula de patata creada por la empresa Sphere, de Zaragoza. Estas bolsas son «100% biodegradables y compostables», dicen sus creadores. ¿En otras palabras? Su vida, lejos de acabar cuando se rompen y dejar de ser útiles para ir a hacer la compra, puede prolongarse durante décadas. Para ello hay que mezclarlas con abono en una maceta y usarlas para hacer compost con las que sembrar plantas. Una sola patata bastaría para fabricar hasta diez bolsas de fécula.

¿Patatas que cargan móviles?

Es uno de los problemas frecuentes: ¿cómo crear energía limpia y, además, barata? Quizá ese tubérculo tenga parte de la respuesta. Según la Universidad Hebrea de Jerusalén (Israel), una batería eléctrica hecha con patatas hervidas podría proporcionar una fuente de energía de bajo coste.

La batería de patatas genera una energía hasta 50 veces más barata que las baterías disponibles en el mercado, señalan estos investigadores. «La posibilidad de generar electricidad con alimentos tan sencillos y naturales como una patata podría beneficiar a millones de personas, llevando luz a zonas que carecen de infraestructura eléctrica», concluye Yaacov Michlin, coordinador de este estudio publicado en Journal of Renewable and Sustainable Energy.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube