Atención al paciente con PDA e Internet

La telemedicina permite el seguimiento continuo de pacientes con enfermedades crónicas, como EPOC, insuficiencia cardiaca y anorexia
Por Clara Bassi 27 de noviembre de 2011
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Imagen: David N

Nuevas tecnologías como la PDA e Internet permiten a los pacientes crónicos tener un contacto continuado con sus equipos médicos de referencia en el hospital o en la atención primaria, lo cual les ayuda a un mejor control de su enfermedad. El Hospital de Galdakao-Usansolo (Bizkaia), uno de los centros pioneros en estos programas, ha constatado que gracias a ellos los enfermos están más satisfechos, sufren menos agudizaciones, acuden un menor número de veces a urgencias y, cuando ingresan en el hospital, están menos tiempo. Razones suficientes para que este modelo asistencial sea la norma y no la excepción en el futuro.

¿Quién iba a decir que una PDA fuera el nexo de unión con el equipo médico responsable o que se pudiera asistir a una terapia grupal por Internet? La atención a distancia al paciente, posible gracias a las nuevas tecnologías, se implanta poco a poco en los hospitales españoles. Uno de los centros pioneros en este campo es el Hospital de Galdakao-Usansolo, en Bizkaia, que ha impulsado varios programas de teleatención a pacientes crónicos afectados por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma, insuficiencia cardiaca crónica y trastornos de la alimentación crónica, como la anorexia.

La filosofía de la mayoría de estos programas es compartida. De forma tradicional, los hospitales se han organizado para atender a los pacientes con una patología aguda, que era la predominante. Sin embargo, este modelo ha quedado obsoleto porque en los últimos años los avances en medicina han aumentado la esperanza de vida de la población y, con ello, el envejecimiento poblacional y la proporción de personas afectadas por enfermedades crónicas, una realidad a la que todavía no se han adaptado estos centros sanitarios.

Hasta ahora, cuando sufrían una agudización (o empeoramiento) de su enfermedad acudían al hospital, por norma general a través de urgencias, donde se les ingresaba, se les estabilizaba y se les daba de nuevo el alta. Después «perdíamos toda relación con ellos hasta la siguiente agudización, mientras que ahora mantenemos una colaboración con la atención primaria para realizar una supervisión continuada de los pacientes, a fin de evitar que su patología se agudice o que, en caso contrario, acudan de forma precoz al centro hospitalario», explica Santiago Rabanal, gerente del Hospital de Galdakao-Usansolo.

Pacientes con PDA

Según las encuestas realizadas, más del 90% de los pacientes incluidos en este programa de asistencia sanitaria a distancia están satisfechos

Para formar parte de un programa asistencial a distancia, tanto el paciente como su acompañante asisten primero a una charla. Se les informa de las características de su enfermedad y de las herramientas que se les facilitarán, como un miniorganizador digital, para mantener el contacto continuado con su equipo sanitario. En este pequeño ordenador, el paciente debe registrar a diario una serie de constantes que le llegan al médico (de atención primaria o del hospital, que trabajan de forma estrecha y coordinada), para que este pueda saber si está descompensado o no, gracias al encendido de unas alarmas verdes, naranjas o rojas.

En la actualidad, se controla por este sistema a unos 80 pacientes con EPOC y a unas pocas decenas más de personas asmáticas o afectadas por insuficiencia cardiaca. A pesar de que al principio se cree que no sabrán desenvolverse con las nuevas tecnologías, por su edad avanzada, sucede lo contrario: «El 94% dice que es fácil o nada complicado el manejo de la PDA. De hecho, este sistema es muy sencillo. Solo hay que aprender tres o cuatro funciones y, si bien se piensa que puede ser una barrera para implantar estos modelos asistenciales a domicilio, en la práctica no es difícil de usar», declara Rabanal.

Mejor control de los pacientes

Gracias a esta atención más continuada de los pacientes, los resultados clínicos mejoran de manera notable. Rabanal afirma que, por ahora, se ha detectado que estos pacientes «ingresan menos veces, acuden menos a urgencias y, cuando tienen que ingresar, permanecen menos días en el hospital». Junto con estos buenos resultados clínicos, también hay otros factores que mejoran. Según las encuestas realizadas, más del 90% de los pacientes adheridos manifiestan estar satisfechos y muchos aprecian una mayor calidad de los servicios que reciben.

Otro resultado destacable es que, gracias a la telemedicina, los pacientes crónicos -que a menudo se cansan de su tratamiento y en ocasiones olvidan alguna toma o dejan de tomarlo- se responsabilizan más de su enfermedad (lo que se conoce como empoderamiento de los pacientes) y cumplen mejor sus tratamientos (adherencia terapéutica), informa Rabanal.

A raíz de los resultados, poco a poco, se prevé implantar este modelo asistencial a distancia en todas las áreas de la medicina donde haya pacientes crónicos. Según Rabanal, son «el germen del futuro», aunque por ahora, los programas impulsados son una muy pequeñísima parte de toda la actividad hospitalaria (el centro citado presta cobertura a una población cercana a los 300.000 habitantes y en estos programas hay incluidos unos 150 pacientes).

TERAPIAS PARA LA ANOREXIA POR INTERNET

Otro programa muy novedoso, impulsado por el Hospital de Galdakao-Usansolo, atiende a las pacientes con trastornos alimentarios, en concreto, con anorexia. Tiene la singularidad de que, a través de Internet, un psiquiatra participa en directo con sus pacientes y modera las terapias grupales. “Al ser terapias a través de la Red, en vez de presenciales, se consigue una mayor adherencia de las enfermas a los tratamientos. Hay que tener en cuenta que suelen ser personas jóvenes, con una vida social y laboral muy activa, y la asistencia al hospital interfiere con su quehacer diario”, expone Santiago Rabanal.

La Red no solo permite al psiquiatra dirigir estas terapias de grupo, sino que se presten apoyo entre ellas, puesto que también pueden celebrar reuniones bilaterales entre el psiquiatra y una paciente o dos pacientes pueden chatear entre ellas separadas del resto. Todas estas opciones cuentan con las medidas necesarias de control para garantizar la confidencialidad. Esta iniciativa ha recibido el Premio Mundo Sanitario Barea al mejor proyecto de Internet.

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