Dieta y diabetes: el placer de saber comer

Los talleres de alimentación para las personas con diabetes permiten conocer las cualidades de los alimentos, mejorar la dieta y cuidar la salud sin perder el gusto de las comidas
Por Sandra De Miguel, Federación Española de Diabetes (FEDE) 17 de febrero de 2016
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Imagen: photographee.eu

¡En este país nos gusta comer! Ya no es solo que toda reunión familiar o de trabajo, cita social que se precie o celebración de cualquier tipo tenga lugar en torno a una mesa. Es que, además, se disfruta del placer de comer. Por este motivo es tan necesario que las personas que tienen diagnosticada diabetes aprendan todo sobre cómo llevar una alimentación saludable, puesto que de ello depende en gran medida lograr una óptima gestión de la patología. Pero “alimentación saludable” no tiene por qué asociarse a privaciones, ni está reñido con deleitarse con una buena comida. En el siguiente artículo se ofrecen algunas claves para comer rico y bien cuando se tiene diabetes.

Pautas para una buena alimentación

Como norma general, se considera que una persona lleva una dieta equilibrada cuando los alimentos que ingiere combinan un 55%-60% de carbohidratos, un 15%-20% de proteínas y un 20%-30% de grasas. Por supuesto, hay que tener en cuenta determinados factores al gestionar estos porcentajes, como la edad, el sexo, el peso, la estatura, el grado de actividad, el clima en que se habita e incluso el momento biológico en el que la persona se encuentra. Además, hay muchas maneras de poder planificar las comidas, aunque las dos formas más comunes entre las personas con diabetes son el «método del plato» y «la cuenta de carbohidratos«. En ambos casos es recomendable establecer los siguientes criterios:

  • Plan de alimentación individualizado, variado y equilibrado.
  • Alimentación fraccionada en cinco o seis tomas al día (menor volumen de alimento por toma, mejor control).
  • Este fraccionamiento debe ir en concordancia con el tratamiento con insulina o con la toma de antidiabéticos orales y con la práctica de ejercicio físico.
  • La dieta debe ser rica en fibra (verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales y fruta, en las cantidades adecuadas a cada caso).
  • Una alimentación escasa en grasas saturadas y colesterol (moderar el consumo de lácteos completos y los muy grasos, carnes grasas, huevos y sus derivados, charcutería, etc.).
  • Tener en cuenta que el alcohol es hipoglucemiante (bajada de azúcar en sangre). En caso de tomarlo, incluirlo en las principales comidas y nunca en ayunas.

Además, y como señala la ‘Guía sobre la Diabetes Tipo 2’ elaborada por la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE), es importante comer cada tres o cuatro horas, ya que de esta forma se evita, por ejemplo, una posible hipoglucemia. También se debe mantener un horario establecido de cara a las comidas, ya que facilita un mejor equilibrio metabólico.

Conocer los alimentos

Todos los nutrientes son necesarios para la persona con diabetes aunque, en especial, debe conocer a fondo los hidratos de carbono, ya que son imprescindibles, pero también elevan los niveles de glucosa en sangre. Por ello es fundamental dominar los alimentos y saber qué aporta cada uno:

  • Porciones de almidón/pan: son la principal fuente de carbohidratos entre las que se incluyen pan, cereales, arroz, pasta y verduras amiláceas.
  • Porciones de vegetales: fuente secundaria de carbohidratos; son bajos en calorías y tienen abundante fibra.
  • Porciones de lácteos y derivados: una buena fuente de carbohidratos y proteínas. La leche desnatada tiene poca grasa y calorías, mientras el yogur aporta calcio.
  • Carne y derivados: fuente de proteínas de mayor calidad. La grasa y las calorías varían según el tipo de carne y la pieza. Incluye pescado, aves, huevos o queso. Una porción es igual a unos 30 gramos.
  • Porciones de frutas: fuente rápida de carbohidratos. La mejor forma de tomarla es fresca. El tamaño de la pieza es importante. Una porción media equivale a medio tazón.
  • Porciones de grasa: aceites, margarinas, aliños de ensaladas, mayonesa, semillas y frutos secos. A menudo son una de las principales fuentes del exceso de calorías. Una porción es igual a una cucharilla de postre.

Como señala la Fundación de la Universidad de Nacional de Educación a Distancia (UNED) en su ‘Guía de Alimentación y Salud‘, el principal objetivo de la dieta diaria, en el caso de las personas con diabetes, es controlar el nivel de la glucosa en sangre, pero también mantener un peso adecuado y que cada comida aporte una cantidad apropiada de nutrientes.

Las recomendaciones generales de los profesionales médicos o la simple entrega de una tabla de las porciones/calorías que se deben ingerir de cada alimento no son suficientes para aprender a comer de forma adecuada. Ante esto, una buena alternativa pueden ser los talleres organizados por las asociaciones de pacientes en los que se enseña a gestionar una buena alimentación. Probablemente, otros de los más populares son los que ofrece la Fundación Alicia, los cuales son una propuesta de investigación científica y gastronómica, abierta a todos los públicos, con un carácter social y con la intención de promover la buena alimentación. 

Todo lo aquí expuesto son propuestas generales. Lo fundamental es contar con el médico y el dietista-nutricionista para establecer un plan de alimentación adecuado. Además, y a modo de conclusión, se puede decir que no existe el alimento perfecto y que la persona con diabetes puede comer de todo, siempre en su justa medida, dando prioridad a los alimentos ricos en vitaminas, minerales y fibra, frente a los procesados.

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