Preparación previa: lavado y secado del perejil
Antes de incorporarlo a cualquier receta, es fundamental realizar una correcta preparación. Para ello, se deben lavar bien las hojas bajo un chorro suave de agua fría, con el fin de eliminar restos de tierra, polvo o posibles impurezas. Después del lavado, es importante secarlo cuidadosamente, preferiblemente con papel absorbente o un paño limpio, para evitar que la humedad afecte su textura y sabor en el momento de picarlo o añadirlo a los alimentos. Un perejil bien limpio y seco garantiza un mejor aprovechamiento de su aroma y frescura en la preparación final.

Métodos para congelar el perejil
Congelar perejil es eficaz para prolongar su vida útil mientras mantiene sus características nutricionales y de sabor. Hay varios métodos, cada uno adecuado según el uso posterior del perejil:
- Un método sencillo es congelar los ramilletes frescos y enteros, permitiendo que las hojas se desmenucen fácilmente al descongelarlas, ideal para añadir pequeñas dosis a diversas preparaciones.
- Otra opción práctica es picar o trocear el perejil antes de congelarlo, lo que ahorra tiempo en la preparación de platos.
- También se pueden usar cubiteras para congelar perejil con aceite de oliva, formando cubos que añaden sabor y grasa saludable a los platos.
- Este repertorio de técnicas se adapta a cualquier necesidad culinaria.
Embalaje y almacenamiento adecuado
El éxito de la congelación del perejil depende también del tipo de envase o embalaje para su almacenamiento:
- Una opción efectiva es usar papel de aluminio para envolver ramilletes o porciones picadas, protegiéndolos del aire y la humedad.
- Las bolsas de congelación son también prácticas y permiten dividir el perejil en porciones individuales para facilitar su uso diario en la cocina. El perejil se puede guardar en el congelador en paquetes individuales con la cantidad justa que se vaya a emplear cada día.
- Es importante colocar una etiqueta al envase que indique la fecha de congelación y el nombre del producto. El perejil congelado se mantiene en buen estado durante medio año, por lo que conviene utilizar antes los paquetes que lleven más tiempo en el congelador.

Ideas para utilizar el perejil congelado en recetas
El perejil congelado es un complemento versátil en la cocina, permitiendo realzar platos con su sabor distintivo. Se puede usar en varias recetas, aportando aroma y valor nutricional. Por ejemplo, en judías verdes salteadas con limón y perejil, añade frescura. Otro uso es en patatas al horno, combinado con ajo para un sabor robusto.
También es ideal en recetas de pasta, como cintas con salsa de nueces y albahaca, donde el perejil equilibra los ingredientes y aporta color. Y es un eficaz complemento además, en platos con proteína, como el hígado de cordero, contrastando su riqueza.
Estas ideas demuestran la versatilidad del perejil congelado, empleándolo creativamente en la cocina diaria. Conviene recordar además, que la Federación Española de la Nutrición (FEN) reconoce sus propiedades respecto al aporte de proteínas, fibra, calcio, hierro, potasio y vitamina A, entre otros nutrientes.
Esta planta se utiliza en muchos platos para mejorar el sabor de los ingredientes principales. Si se abusa de él, puede incluso ocultar el sabor de algunos ingredientes, por lo que conviene añadirlo con moderación.
Estas son algunas recetas que incluyen perejil en su elaboración: