Cinco acciones contra la obesidad (y un reto)

Implantar un impuesto de, al menos, el 20% a las bebidas azucaradas y regular la publicidad de productos no saludables dirigida a los menores son algunas medidas para afrontar la obesidad
Por Mónica Timón 31 de enero de 2020
Impuesto a bebidas azucaradas para combatir obesidad
Imagen: bridgesward

La lucha contra el sobrepeso y la obesidad, auténticas epidemias en España, se libra desde las administraciones públicas a través de la Estrategia NAOS. Enmarcada en esta Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad, ha surgido otra iniciativa que implica a unas 400 empresas de la industria alimentaria. En las siguientes líneas abordamos la idea acordada con el Ministerio de Sanidad y que ya han puesto en marcha, pero antes expondremos otro plan que han propuesto quince reputados investigadores españoles en salud pública para combatir la incidencia del exceso de peso y sus enfermedades asociadas.

Para promover una alimentación saludable y prevenir la obesidad, 15 investigadores de diferentes instituciones de salud pública españolas han diseñado un plan compuesto por cinco medidas. Lo han publicado en ‘Gaceta Sanitaria‘ bajo el título ‘Políticas alimentarias para prevenir la obesidad y las principales enfermedades no transmisibles en España: querer es poder’. Estas son sus propuestas:

  • 1. Publicidad. Regulación de la publicidad de alimentos y bebidas no saludables dirigida a menores por todos los medios y prohibición de patrocinios de congresos o eventos deportivos y avales de asociaciones científicas o profesionales de la salud.Contra publicidad de pizzas que contribuye obesidadImagen: marckbass8
  • 2. Oferta. Promoción de una oferta 100 % saludable en máquinas expendedoras de centros educativos, sanitarios y deportivos.
  • 3. Demanda. Implantación de un impuesto, al menos del 20%, a las bebidas azucaradas, acompañado de subvenciones o bajadas de impuestos a alimentos saludables y disponibilidad de agua potable a coste cero en todos los centros y espacios públicos.
  • 4. Etiquetado. Aplicación efectiva del Nutri-Score mediante el uso de incentivos, regulación y mecanismos de contratación pública.
  • 5. Reformulación. Replantear los acuerdos con la industria con objetivos más ambiciosos y de obligado cumplimiento.

Un reto: mejorar la composición de los alimentos procesados

El Ministerio de Sanidad y casi 400 empresas de la industria alimentaria han acordado un plan para mejorar la composición de los alimentos que afecta a más de 3.500 artículos. Su objetivo es reducir los azúcares añadidos, la sal y las grasas saturadas de los productos procesados. Este plan constituye un importante primer paso para mejorar nutricionalmente estos alimentos.

Helados favorecen la obesidadImagen: RitaE

Para observar lo que esta iniciativa enmarcada dentro de la Estrategia NAOS supone en la práctica, estos son algunos ejemplos:

  • Platos preparados

Porcentaje de reducción:  10 % de sal y 10 % de grasas saturadas. En la práctica: una lasaña pasaría de 0,89 g de sal a 0,80 g; y de 2,5 g de grasas saturadas a 2,25 g.

  • Aperitivos salados

Porcentaje de reducción: hasta 13,8 % de sal y 10 % de grasas saturadas. En la práctica: patatas fritas, de 1,3 g de sal a 1,12 g; y de 3 g de grasas saturadas a 2,7 g.

  • Bebidas refrescantes de lima-limón

Porcentaje de reducción: 10 % de azúcares añadidos. En la práctica: un refresco de lima-limón con 7,3 g de azúcar se quedaría en 6,6 g.

  • Helados

Porcentaje de reducción: 5 % de azúcares añadidos. En la práctica: un polo pasa de 25 g a 23,75 g de azúcar.

  • Galletas

Porcentaje de reducción: 5 % de azúcares añadidos y 5 % de grasas saturadas En la práctica: unas galletas rellenas, de 31 g a 29,5 g de azúcar; y de 5,7 a 5,4 g de grasas saturadas.

  • Productos lácteos

Porcentaje de reducción: hasta 10 % de azúcares añadidos. En la práctica: unas natillas pasarían de 18 g de azúcar a 16,2 g, mientras un arroz con leche de 15,8 g se quedaría con 14,2 g de azúcar.

  • Salsas

Porcentaje de reducción: hasta 18 % de azúcares añadidos y hasta 16% de sal. En la práctica: un bote de kétchup, que contiene 23,7 g de azúcar por cada 100 g, se quedaría en 19,4 g y de 1,2 g de sal pasaría a 1 g.

  • Derivados cárnicos

Porcentaje de reducción: 10 % de azúcares añadidos, 5 % de grasa total y hasta 16 % de sal. En la práctica: unas salchichas pasarían de 2 g a 1,8 g de azúcar; de 7,7 a 7,31 g de grasa saturada; y de 2 g a 1,7 g de sal.

Magdalenas que favorecen la obesidadImagen: StockSnap

  • Bollería y pastelería

Porcentaje de reducción: 5 % de azúcares añadidos y 5 % de grasas saturadas. En la práctica: unas magdalenas pasarían de 32 g a 30,4 g de azúcar; y de 2,9 a 2,76 g de grasas saturadas.

  • Cereales de desayuno infantil

Porcentaje de reducción: 10 % de azúcares añadidos. En la práctica: una caja de cereales con 28,8 g de azúcar por 100 g se quedaría con 25,92 g.

  • Néctares de frutas

Porcentaje de reducción: 10 % de azúcares añadidos En la práctica: un néctar con 11,8 g de azúcar por cada 100 g tendría con esta reducción 10,62 g.

  • Pan especial envasado

Porcentaje de reducción: 5 % de azúcares añadidos. En la práctica: un pan de molde blanco con 3,8 g de azúcar se quedaría con 3,61 g.

  • Cremas

Porcentaje de reducción: 6,7 % de sal. En la práctica: una crema de verduras con 1 g de sal por 100 g pasaría a tener 0,93 g.

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