La cocina australiana posee influencias tanto orientales como mediterráneas, por lo que resulta inevitable que sus platos aporten un toque ligeramente exótico, a pesar de que sus raíces se encuentran en la cocina clásica, donde la frescura de los alimentos y la sencillez en su elaboración juegan un papel fundamental.
Sorprendentes platos típicos
Para comenzar a disfrutar de una comida o cena típicamente australiana nada mejor que degustar un pastel de carne regado con salsa oscura o salsa «gravy». Se puede tomar solo o acompañado de una ensalada en la que se incluyen gran variedad de hortalizas.
Otro de los platos más tradicionales es el clásico pollito de grano, conformado por un pollo marinado con piña y vino que posteriormente se asa.
Pero no cabe duda que hablar de la gastronomía australiana es hacerlo de la carne de canguro, un mamífero que sólo habita en esta isla. Se degusta en sopa, en forma de «kangaroo tail soup» elaborada principalmente con cola de canguro, o bien como «kangaroo filet in szechwan crust», un exquisito solomillo de canguro en costra. Si el turista se anima puede vivir la experiencia, seguramente novata, de probar el cocodrilo, el búfalo, el camello o el emú. Si por el contrario prefiere decantarse por recetas más sencillas, también es posible elegir entre diferentes platos a base de carne de vaca o cordero, igualmente sabrosos.
Conviene no olvidar que las aguas de Australia poseen excelentes ejemplares de pescado como el «barramundi», un pescado de agua dulce, y exquisitos mariscos entre los que destacan los cangrejos, las langostas, los centollos, las gambas y los «mud crabs», nombre con el que se denomina a los pequeños crustáceos.
El postre tradicional por excelencia es la tarta Pavlova, elaborada con merengue y servida con un delicioso acompañamiento de nata y frutas frescas como mango, piña o papaya.
Espléndidos vinos
La cerveza juega un papel muy importante dentro de la gastronomía australiana. Es suave y dorada. Sin embargo, el vino es sin duda la bebida protagonista. El vino australiano tiene fama mundial gracias principalmente al buen clima de alguna de sus zonas, similar al de los países mediterráneos. Uno de estos lugares es el Hunter Valley, donde se producen vinos desde las uvas Cabernet Sauvignon y Chardonnay, catalogadas algunas añadas como excelentes. Una curiosidad: es posible que en algunos locales el turista encuentre un cartel con la palabra «byo», lo que indica que en ese establecimiento no está permitido servir bebidas alcohólicas, si bien los clientes pueden entrar con su propia botella de vino o cerveza.
