Pasos a seguir
Se pelan y cortan las manzanas en rodajas, eliminando las pepitas, y se mezclan con una cucharada de zumo de limón para que no se oxiden y de esta manera queden blancas. Se ponen en una cazuela con un poco de agua que no las llegue a cubrir para que así se cocinen al vapor. Se tapa la cazuela y se deja cocinar a fuego moderado por espacio de 20 minutos. De vez en cuando, durante su cocción, se destapa la cazuela para comprobar que no se ha evaporado el agua. Si fuese necesario se añade un poco más de agua. Justo en el último momento se destapa la cazuela para que se evapore todo el agua de cocción pero vigilando que no se quemen las manzanas. Una vez cocidas y evaporado el liquido de cocción, se colocan en un pasapurés y se tamizan para de quede un puré de consistencia cremosa. Una vez conseguido dicho puré, se coloca en un cazuela a fuego suave y se le da el toque deseado (más dulce, un ligero toque salado, mezclado con jugo de carne, etc,..)
Para preparar un puré que posteriormente va a servir de guarnición o acompañamiento de otro plato, se debe pasar por un pasapurés para que quede suave y sin grumos, pero sin olvidar que cuanto más pequeña sea la rejilla por la que se tamice, más suave quedará el puré. Se puede pensar que utilizando una batidora quedará un puré mas suave. En parte esto es cierto, pero lo que se quiere conseguir con su tamizado por un pasapurés es que quede espeso y pueda mantener una forma, un cuerpo y una consistencia que permitan utilizar dicho puré como elemento decorativo del plato.
