Del 6 al 14 de Julio, ¡Fiestas de San Fermín!

El 6 de julio a las 12 del mediodía comienzan las fiestas con el lanzamiento del chupinazo
Por EROSKI Consumer 6 de julio de 2006

La ciudad de Pamplona es conocida en todo el mundo gracias a las fiestas de San Fermín, en parte gracias a Ernest Hemingway que participó en ellas durante años y se encargó de difundirlas. Los Sanfermines se celebran entre el 6 y el 14 de julio y es concretamente el 7 el día grande de las fiestas.

Con el chupinazo ¡Estalla la fiesta!

El chupinazo es el 6 de julio y no el 7 como mucha gente piensa y consiste en un pequeño cohete anunciador de las fiestas que se lanza desde el balcón principal del Ayuntamiento de Pamplona. Minutos antes de las 12 del mediodía, la plaza consistorial concentra a miles y miles de personas que esperan ansiosos ver el lanzamiento del cohete.

El 7 de julio, San Fermín, es el primer día completo de actividades y el día grande de las fiestas. Todo el que se anime a ir a Pamplona ese día podrá elegir entre numerosos actos y tradiciones.

Un reconfortante «caldico»

Es muy típico hacia las 6 de la mañana empezar el día o terminar la noche con un «caldico» que ofrecen muchos bares y cafeterías. Es ideal para entonar el cuerpo. A las 6:45 horas comienza el primer acto del día, las dianas. Son una actuación musical a cargo de la banda municipal La Pamplonesa por las calles del casco antiguo hasta llegar a la plaza de toros. Todo el que se anima camina con la banda coreando las canciones más populares de la fiesta.

El primer encierro de las fiestas

El Encierro es una experiencia irrepetible para el espectador y sobre todo para quienes corren delante de los toros. El Encierro consiste en correr delante de los toros un tramo de calle, y tiene como fin trasladar a los astados desde los corrales hasta los de la Plaza de Toros donde, por la tarde, serán lidiados. Todos los días, del 7 al 14 de julio, se repite esta breve e intensa carrera que, en apenas tres minutos, cubre los 825 metros de distancia del recorrido. Uno de los momentos más emotivos se produce pocos minutos antes del comienzo, cuando los corredores se encomiendan a San Fermín cantando tres veces ante una pequeña imagen del Santo. Después del encierro viene el desayuno: un delicioso chocolate muy espeso acompañado de churros. Sin embargo, para quienes prefieran lo salado tienen el almuerzo, un plato contundente de variadas especialidades, entre las que destacan las magras -jamón- con tomate, los huevos fritos o las sopas de ajo. Todo ello acompañado de vino tinto o clarete fresco.

Los gigantes bailan al son del txistu

Todas las mañanas y para diversión de los niños, hay un desfile de gigantes y cabezudos por el centro de la ciudad bajo la música del txistu y los tambores. La Comparsa de Gigantes, cabezudos, kilikis y zaldikos recorre las calles Pamplona para animar a niños y adultos creando un ambiente festivo lleno de color, música y espectáculo. Los Gigantes son cuatro parejas que representan cuatro partes del mundo: América, África, Europa y Asia.

El momento más emotivo de las fiestas

El 7 de julio, a las 10:00 horas, la imagen del Santo recorre en procesión las calles del Casco Antiguo de la ciudad, para recibir el homenaje de miles de personas vestidas de blanco inmaculado. En el recorrido se vitorea y se cantan jotas al Santo, bajo las emotivas lágrimas de pamplonesas y pamplonesas. Las jotas, unos cánticos populares, no faltan en ningún momento. Algunas tan conocidas como «No te vayas de Navarra» se dan cita todos los días a las 12 del mediodía recitadas por diferentes grupos joteros de toda Navarra.

El apartado

Cada mediodía, a la una de la tarde, la plaza de Toros se convierte en un desfile de políticos, artistas, profesionales, además de por decenas de aficionados al mundo taurino. El apartado consiste en separar cada uno de los toros para la corrida de la tarde. Previamente se sortean entre los matadores para ver qué toro le toca a cada uno de ellos. En él se pueden saborear las excelentes criadillas de toro o la chistorra acompañadas por un buen vino navarro o un fresco fino andaluz.

Saborear la gastronomía en fiestas

Deliciosos pinchos y banderillas: Una de las buenas costumbres de Pamplona es salir a comer «de pinchos». Los hay para todos los gustos y preferencias, desde los clásicos de chistorra o tortilla de patata, hasta las presentaciones más sofisticadas, en cuya composición interviene el foie, el surimi o el caviar, pasando por las cazuelitas de anchoas al ajillo, de riñones al jerez o de alcachofas con almejas. Todo ello acompañado de cerveza o de vino tinto Navarro. El visitante no puede irse de Pamplona sin probar estos días la riqueza de su gastronomía como los pimientos del piquillo, los cogollos de Tudela, los espárragos frescos o la menestra de verduras. Todos estos platos pueden servir de entrante, y dejar espacio al plato fuerte del día, que bien puede ser unas alubias rojas o las pochas -alubias blancas-; o se pasa directamente al segundo plato. El bacalao al ajoarriero, la ternera de Navarra, el cordero al chilindrón o el estofado de toro -lidiado unos días antes en Burgos-, son algunas de las sugerencias. De postre es exquisito el queso con membrillo y nueces y para terminar la comida el café y la copa de pacharán, un licor típico navarro preparado con los frutos de endrino, llamados arañones y macerados en anís.

La Feria del Toro

Las mejores ganaderías y los toros con mejor encaste se dan cita en San Fermín. Todo el que asista a una corrida de toros, no debe olvidar la merienda. Allí se acude con grandes cazuelas o fiambreras que se abren mientras se arrastra el tercer toro. Las meriendas son de lo más elaboradas: chipirones encebollados, ajoarriero, magras, espárragos, pimientos rellenos, merluza en salsa o cangrejos y tragos continuos de vino, de sangría o de cava. Y para que los más pequeños también sientan la emoción de correr delante de un toro está el Toro de fuego, que consiste en un toro de cartón que va lanzando pequeñas chispas detrás de los corredores más jóvenes, y de todo aquel que se ponga por delante.

Espectaculares fuegos artificiales

Los fuegos artificiales son otra de las citas diarias ineludibles en San Fermín. Pequeños y mayores se agolpan todos los días, a las 23.00 horas en los alrededores de la Ciudadela para ver el espectáculo de color que ilumina el cielo pamplonés. A continuación, comienza la noche, repleta de conciertos, verbenas, mucha música y gente por todas las calles de la ciudad. Algo que extraña mucho a los visitantes es ver a los pamploneses con blusas de diferentes colores. Estas blusas son los distintivos de las 15 peñas de San Fermín, uno de los motores de la fiesta. Concretamente es la Calle Jarauta la que alberga el mayor número de peñas -locales o bares- que sólo abren durante los días de San Fermín.

¡Pobre de mi! La despedida de las fiestas

Su propio nombre ya suena a despedida. El Pobre de mí es el triste punto y final a nueve días de fiesta y de diversión. El escenario es el mismo que el del inicio de las fiestas, la Plaza del Ayuntamiento, pero la situación es muy diferente. San Fermín acaba el 14 de julio, a las 12 de la noche, cuando la gente se reúne en la Plaza del Ayuntamiento y, con velas encendidas, canta el «Pobre de mí», despidiéndose de sus festejos hasta el año siguiente al son de la canción «Ya falta menos».

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