El arte culinario de Marruecos

La cocina marroquí se basa principalmente en platos de carne y deliciosos dulces
Por EROSKI Consumer 22 de octubre de 2004

La gastronomía de Marruecos presenta innumerables platos en los que se combinan con maestría los sabores dulces y salados, que junto con la sutil utilización de las especias, y las materias primas de excelente calidad, han hecho de la cocina marroquí una de las más deliciosas y reconocidas.

Los platos típicos por excelencia

En el caso de la cocina marroquí, existe un plato que es sin duda el más típico y representativo de su cultura gastronómica. Este plato es el popular «couscous», cuyo principal ingrediente es la sémola de trigo, que se puede combinar con carne de pollo o cordero, diferentes verduras o huevos. El «couscous» se sirve en un solo plato del que comen varias personas. En Marruecos, es el plato principal de los viernes, si bien los turistas pueden probarlo cualquier día de la semana, sin olvidar comerlo con la mano, pero siempre con la derecha, tal y como hacen los marroquíes.

El «tajine» es otro de los platos más representativos de la gastronomía de Marruecos. Está constituido por un guiso de carne o pescado, acompañado de verduras o fruta. El «tajine» se sirve en el mismo recipiente de barro en el que se prepara, gracias al cual este plato recibe su nombre. Una de las recetas de «tajine» más moderna y sofisticada es la elaborada con pollo con limón confitado y olivas, o la de carne de vaca con ciruelas y sésamo. Los «tajines» de pescado se elaboran por lo general con diferentes hortalizas, abundante aceite y especias picantes.

La «harira» es conocida como la sopa nacional, un plato que no puede faltar durante el mes del Ramadán. Sus principales ingredientes son las legumbres, la carne, diferentes hortalizas y algunas especias como la pimienta, la canela o el cilantro. Esta densa y nutritiva sopa se sirve acompañada de dátiles, y es uno de los platos más consumidos durante los meses de frío.

Otro de los platos más populares de la gastronomía marroquí es el «méchoui», un cordero entero asado a la brasa, acompañado tan solo de sal y comino y que se deshace en la boca nada más introducirlo.

Junto a estos platos, aparecen otros menos conocidos pero igualmente deliciosos que merece la pena probar, como el «kefta», brochetas de carne picada, el «kab-el-ghzal», un plato de pasta con almendras, o la «pastilla», un exquisito plato agridulce de origen andalusí elaborado con finas capas de hojaldre que se rellenan con carne de pichón, especias, azúcar y canela.

Aunque los platos principales de la cocina marroquí son por lo general densos y contundentes, existen también deliciosas y refrescantes ensaladas, compuestas de hortalizas frescas, braseadas o guisadas.

Dulces y té, imprescindibles

La repostería de Marruecos está basada en diferentes recetas de origen hispano-musulmán. Sus dulces más típicos se elaboran principalmente con miel, almendras, pistachos, nueces, cocos o sésamo, que se aromatizan con agua de azahar. Uno de los postres más conocidos es el «bstila» un exquisito dulce elaborado con hojaldre y leche de almendras. También se pueden degustar fantásticos pasteles de miel u originales «cuernos de gacela», pasteles con forma de media luna rellenos con pasta de almendra.

Tanto para finalizar una comida, como para tomar en cualquier momento del día, el té ocupa un lugar de excepcional importancia. Su preparación supone todo un ritual y el ofrecerlo a los visitantes es un símbolo de hospitalidad. El té puede acompañarse de otras hierbas como la mejorana, el geranio o el azahar, si bien el té a la menta es uno de los más deliciosos.

Todos estos exquisitos platos están al alcance de cualquier turista, ya que la relación calidad-precio es inmejorable. Además Marruecos ofrece la posibilidad de degustar su gastronomía tanto en numerosos restaurantes como en puestos ambulantes situados en sus plazas y calles.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube