El plátano

Una deliciosa y nutritiva fruta recomendable en todo tipo de dietas, incluso en las dietas bajas en calorías
Por EROSKI Consumer 26 de enero de 2006

El plátano pertenece a la familia de las Musáceas, la cual incluye los plátanos comestibles crudos (Musa cavendishii), los bananitos o plátanos enanos (Musa x paradisiaca) y los plátanos machos o para cocer (Musa paradisiaca). Al plátano macho también se lo conoce como «plátano de guisar o hartón», más grande y menos dulce que el resto de variedades de su misma familia.

¿De dónde procede?

Según los historiadores, el origen del plátano se encuentra en Asia meridional, siendo conocido en el Mediterráneo desde el año 650 d.C. La especie llegó a Canarias en el siglo XV y desde allí fue llevado a América en el año 1516.

El plátano macho y el bananito son propios del sudeste Asiático, su cultivo se ha extendido a muchas regiones de Centroamérica y Sudamérica, así como de África subtropical, constituyendo la base de la alimentación de muchas regiones tropicales. De hecho, el plátano es el cuarto cultivo de frutas más importante del mundo.

Cómo elegirlo y conservarlo

Los plátanos siempre han de estar intactos, sin golpes ni magulladuras. En el plátano común y en el bananito, el color de la piel es indicativo del grado de madurez del fruto. Se han de descartar los ejemplares que están excesivamente blandos. La presencia de manchas y puntos negros o marrones en la piel no afecta a la calidad de la pieza.

Esta fruta no requiere unas condiciones especiales de conservación, basta mantenerla en un lugar fresco, seco y protegido de la luz directa del sol. Si se conservan en el frigorífico, su cáscara se ennegrece por lo que se altera su aspecto externo, pero esto no afecta en absoluto a su calidad nutritiva. El oscurecimiento de la piel puede evitarse si se envuelven en papel de periódico.

Interesantes propiedades nutritivas

En la composición nutricional del plátano destaca su contenido de hidratos de carbono, por lo que su valor calórico es elevado si se compara con la misma cantidad de otras frutas. Sin embargo, el tipo de plátano que más se consume es de pequeño tamaño, y apenas pesa 100 gramos, mientras que una fruta cualquiera suele pesar casi el doble. Por tanto, se puede decir que un plátano mediano aporta las mismas calorías que cualquier fruta de mayor tamaño. Esta es la razón por la cuál los plátanos se pueden consumir en cualquier dieta, incluso si se sigue una dieta de adelgazamiento.

Además de los hidratos de carbono, otros nutrientes representativos del plátano son el potasio, el magnesio, el ácido fólico y las sustancias de acción astringente; sin despreciar su elevado aporte de fibra, del tipo fruto-oligosacáridos. Estas últimas lo convierten en una fruta apropiada para quienes sufren de procesos diarreicos, ya que confieren al plátano la capacidad de estimular el crecimiento de las bacterias beneficiosas del colon, las bífido bacterias o lactobacilos.

Composición nutritiva por 100 g de porción comestible

Energía (Kcal)
Hidratos de carbono (g)
Fibra (g)
Magnesio (mg)
Potasio (mg)
Provit A (mcg)
Vitamina C (mg)
Folatos (mcg)*
85,2
20,8
2,5
36,4
350
18
11,5
20

*mcg = microgramos

Cómo prepararlo

Lo habitual es comer el plátano como fruta fresca, de postre o como ingrediente de batidos, ensaladas, etc., ya que es la mejor forma de aprovechar todas sus virtudes nutritivas. También se emplea con fines culinarios, para elaborar batidos, compotas y multitud de postres. Se puede consumir frito, caramelizado…, y de esta manera puede servir de guarnición de platos tanto de carne como de pescado.

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