La Feria de Abril de Sevilla

Durante la Feria, Sevilla se llena de luces y farolillos, donde los sevillanos y los miles de visitantes se entremezclan para cantar, bailar, comer y disfrutar de la fiesta
Por EROSKI Consumer 21 de abril de 2006

La Feria de Sevilla comenzó en el año 1847 como feria de ganado ubicada a las afueras de la ciudad. Fue tal el éxito de público, que en 1850 hubo que separar el mercado de ganado, del recinto de diversión.

Desde 1973, la Feria se desarrolla en una inmensa explanada contigua al barrio de Los Remedios. Cada año se realiza una portada de entrada al recinto que conmemora algún monumento de la ciudad y en su interior el recinto está definido en tres sectores. El Real de la Feria -llamado así por el real que cobraban antiguamente los cocheros para trasladar a la gente a la feria-, la Calle del Infierno -Parque de Atracciones- y los aparcamientos.

Comienza la fiesta

Las fechas en que se celebra la Feria de Abril varían de un año a otro ya que dependen de las fechas de la Semana Santa y suele ser una semana o dos después de ésta. Este año la Feria de Abril se desarrolla desde el día 25 hasta el 30 de abril. Cada año la Feria comienza con la tradicional ceremonia del alumbrado, es decir, el encendido de las miles de bombillas de la portada, el lunes a las 12 de la noche, conocido como el «lunes del alumbrao». El domingo siguiente también a las 12 de la noche, termina la feria con un espectáculo de fuegos artificiales.

Un día en la feria

Desde por la mañana el recinto ferial, adornado con miles de farolillos, se llena de personas que contemplan el espectáculo de ver los coches de caballos, a los jinetes vestidos con traje corto y a las mujeres con su traje de flamenca. Todos los sevillanos disfrutan cantando y bailando sevillanas mientras degustan el tapeo en las casetas. No en vano, esa fórmula de presentar pequeñas raciones de comida es originaria de la ciudad bética.

En el Real de la Feria se instalan más de mil casetas: familiares, peñas, entidades y distritos, estas últimas de entrada libre. Al ser la mayoría de las casetas privadas, es aconsejable ir a la Feria con algún sevillano, mientras recorren su ruta habitual por casetas de conocidos y amigos.

Por tratarse de una ciudad y de una feria de gran tradición taurina, todas las tardes se celebran corridas de toros en la Maestranza a las que asisten las mejores figuras del toreo. Después continúa la fiesta, la noche sigue siendo el tiempo de la Feria que no descansa y alberga aún más colorido, luz y diversión. Sigue corriendo el fino y la comida, mezclados con el baile y la música de las guitarras. Entrada la madrugada la gente va en busca de una taza de chocolate caliente con los típicos churros, antes de descansar unas horas y continuar a la mañana siguiente.

Tradicionales tapas acompañadas de fino

La gastronomía sevillana se caracteriza por su sencillez, no está basada en una complicada elaboración sino en el sabio aderezo de productos de la dieta mediterránea, como el popular gazpacho andaluz o el pescadito frito. Los famosísimos boquerones en vinagre no hay que dejar de probar igual que las lubinas o el cazón en adobo. Otros platos muy típicos de la ciudad de Sevilla son el cocido andaluz, el rabo de toro guisado o los huevos a la flamenca.

Si algo es típico durante la Feria de Abril es ir de tapeo, un elemento indispensable en la vida social de la ciudad y por supuesto de la Feria, y acompañar las tapas con una caña de manzanilla o una copa de fino para refrescarse del calor que suele acompañar en estas fechas a la ciudad. Cada establecimiento procura ofrecer su tapa, por lo que el visitante puede descubrir nuevos sabores.

La costumbre del tapeo está muy extendida en Sevilla y va desde los guisos y platos calientes pasando por fritos, hasta la más ligera de las tapas frías, aliños y chacinas. Entre otras podemos citar los riñones al Jerez, las gambas con gabardina, las tortillitas de camarones, los caracoles, las aceitunas sevillanas en todas sus variedades encurtidas o aliñadas, etc.

Para acompañar todo esto no puede faltar el exquisito mosto de la tierra, una cerveza bien fría o el famoso fino y las manzanillas de Sanlúcar.

Como remate final, en esta época del año también se pueden degustar en Sevilla los buñuelos que con tanto arte y buen hacer se comen en las casetas de los gitanos.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube