Las dietas de monoalimentos permiten adelgazar a base de perder agua y no grasa como se cree, según afirmó el catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad San Pablo-CEU, Gregorio Varela Moreiras, durante el curso «Seguridad alimentaria: un enfoque multidisciplinar», organizado por la Universidad San Pablo-CEU en colaboración con la Universidad de Burgos.
«Son dietas de 1.200-1.500 kilocalorías, cuando lo recomendable son dietas de 1.800-2.000 kilocalorías», afirmó. Añadió que si estas dietas se alargan en el tiempo se producirán carencias nutricionales que primero serán subclínicas y luego pasarán a convertirse en patologías que «deberán tratarse adecuadamente». «No son milagrosas y muchas veces tenemos un concepto equivocado de los productos que consumimos», dijo, por lo que recomendó no extenderlas a más de dos semanas.
Asimismo, Varela insistió en que los hábitos alimentarios en España tienden a un mayor consumo de carne como norma general, debido, a su juicio, a un aumento del nivel de vida y la desaparición de los alimentos estacionales por la aplicación de las nuevas tecnologías, o en otros casos a la expansión de técnicas como la del invernadero. «Nos hemos alejado del patrón de la dieta mediterránea», afirmó.
Este experto subrayó la importancia de aumentar la cantidad de líquidos en verano para evitar procesos de deshidratación. «Si diariamente la ingesta de líquidos es de un litro y medio a dos, aconsejaría aumentarla hasta los dos y medio, tres al día», agregó, para lo que recomendó las sopas frías como el gazpacho y el ajo blanco, que en un 80 o 90 por ciento son agua.
