Los países citrícolas buscan a través de la biotecnología nuevas variedades, libres de enfermedades y patentadas

Esta tecnología se ha convertido en la forma más moderna de competir en citricultura
Por EROSKI Consumer 8 de marzo de 2004

El congreso mundial de investigadores citrícolas celebrado recientemente en Agadir (Marruecos), que ha reunido a casi un millar de investigadores y técnicos de todo el mundo especializados en este cultivo, ha puesto de manifiesto que la biotecnología se ha convertido en la forma más moderna de competir en citricultura. Todos los países quieren disponer de nuevas variedades, libres de enfermedades y patentadas.

«Todos los países de la avanzadilla mundial en cítricos, como España, EE.UU., Israel, Brasil o Italia, están trabajando en la mejora genética de sus patrones y variedades. Y los que pueden considerarse como de segunda fila en los aspectos tecnológicos, empiezan a caminar también en la misma dirección», afirma Luis Navarro, científico del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA). Todos aspiran a contar con variedades de mandarinas y naranjas que sean mejores, más comerciales o que abarquen mayor tiempo de venta o huecos de mercado, y además, que no tengan semillas, factor número uno de calidad en estos momentos. Al mismo tiempo se buscan «pies» o patrones de reproducción que sean más longevos, de crecimiento más rápido y resistentes a enfermedades.

En ambos casos, variedades y «pies», se impone la patente inmediata de lo obtenido, en consonancia con lo que está imperando en cualquier otro sector agropecuario, en el que las compañías particulares o iniciativas oficiales que sacan algo nuevo de interés procuran asegurarse la exclusividad o, al menos, que quien desee tenerlas y cultivarlas, que pague royalties (derechos de explotación) por ello. En algunos casos ya se funciona con sistemas de concesiones vigiladas y pagos hasta por kilo producido.

Por otra parte, uno de los objetivos preferentes de muchas citriculturas, incluso de los líderes en producción (Brasil y EE.UU.), es la lucha contra las enfermedades y poder disponer de un abanico varietal que esté libre de virosis, así como de un sistema eficiente de reproducción de plantones y de certificación de su idoneidad sanitaria.

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