Pizzas caseras, más sanas y menos calóricas

La pizza es un preparado apto para todas las edades según cómo se prepare, e incluso adecuado para dietas bajas en grasas
Por EROSKI Consumer 28 de julio de 2007

El fast food o comida rápida se ha convertido en un hábito para una gran parte de la población, especialmente para los más jóvenes, que consideran este tipo de comida un pretexto para reunirse con los amigos sin gastar demasiado. Este tipo de comida, que incluye pizzas, bocadillos o hamburguesas, ha sido muy criticada en las últimas décadas. Sin embargo, puede ser apta para todas las edades según cómo se prepare. Incluso las pueden tomar quienes siguen dietas para perder peso o bajas en grasa. Un ejemplo está en las pizzas, que elaboradas en casa pueden convertirse en un alimento muy nutritivo y saludable.

Pizzas, mejor sin son caseras

El contenido nutricional de la pizza varía según sus ingredientes, ya sean carnes, pescados, quesos o vegetales. En todo caso, las caseras son las más recomendadas, ya que de esta forma se puede estar seguro de la calidad y cantidad de dichos ingredientes. Además, es un plato fácil de preparar y de gran aceptación.

Los mismos elementos que se incluyen en una pizza tradicional pueden convertirse en más saludables si se usan sus variedades menos grasas. Así, podemos incluir en éstas queso poco graso, ya que los hay especiales bajos en grasa; jamón magro o fiambre de pollo o pavo, aún menos grasos que el jamón york o serrano; atún al natural sólo conservado en agua y sal; tomate triturado; y diversas hortalizas o verduras como ruedas de tomate, cebolla, pimiento, champiñones o alcachofas. Una porción de pizza con estos ingredientes resulta de lo más completa sin necesidad de añadir nada más a la comida, salvo un buen vaso de agua y quizás una ensalada variada como entrante. Para los postres, una fruta o un lácteo sencillo (yogur o cuajada) acabaría de completar una comida saludable y no tan calórica.

Rico aporte en nutrientes

La pizza casera no debe convertirse en el plato de cada día, ya que se dejaría de ingerir otros alimentos claves para una dieta equilibrada

La base de pizza contiene fundamentalmente hidratos de carbono complejos (al igual que el pan, el arroz, las pastas alimenticias, las legumbres o las patatas). Los ingredientes de origen animal añadidos contienen proteínas de calidad y cantidades variables de grasa (según el tipo de queso y de jamón o fiambre empleados, por ejemplo). Finalmente, los vegetales aportan principalmente fibras y minerales.

Todo lo mencionado no debería usarse como excusa para convertir las pizzas caseras en el plato de cada día. En este caso, no se estarían ingiriendo otros alimentos que son básicos para nuestra salud. Por tanto, lo preferible es realizar un consumo ocasional, sin dejar que se convierta en un hábito, e intentar llevar a cabo las recomendaciones de una dieta equilibrada.

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