Septiembre: El pato salvaje

El pato es una de las aves que más grasa acumula bajo la piel y una de las más calóricas
Por EROSKI Consumer 1 de septiembre de 2005

Se han encontrado indicios del consumo de pato tanto en las pinturas murales como en las tumbas etruscas. Los antiguos egipcios y griegos solían cebar a los patos para que su hígado aumentara de tamaño y obtener así el foie gras.

Comienza la temporada de caza

Las granjas de cría de patos abastecen asiduamente tanto a las carnicerías como a los restaurantes, que ofrecen al consumidor carne de pato durante todo el año. Sin embargo, es a finales del verano cuando se abre la veda de caza de los patos salvajes, que llenan los expositores de las tiendas y las alacenas de las casas de cazadores. Los patos silvestres o salvajes tienen un plumaje oscuro, un sabor algo más fuerte, y la carne magra y seca, que los diferencia de los domésticos. El pato doméstico que conocemos fue popularizado por las culturas china, índica y malaya hace más de 3.500 años. Esta raza procede del ánade silvestre, y hoy día, es en Cataluña y el País Vasco donde tiene mayor popularidad, quizá por la proximidad con Francia, país donde cuenta con gran atractivo.

El pato se puede comprar fresco, refrigerado o congelado. Si vamos a comprar carne de pato, hay que asegurarse que ésta sea firme, de olor fresco y agradable, y con la grasa de un tono pálido o blanquecino, no amarillo. El peso de un pato joven ronda los 1,5-2 Kg, mientras que uno de mayor edad puede llegar a pesar hasta 3,5 Kg.

Alimento particularmente graso

El pato es una de las aves más calóricas, debido a la gran cantidad de grasa que tiene debajo de la piel (subcutánea), especialmente los patos domésticos. Los patos salvajes contienene menos grasa y el contenido varía en función de la edad, la época del año y la alimentación del animal. Las hembras tienen una carne más fina y menos grasa.

Otra diferencia importante es que la carne de los patos de granja es muy tierna, mientras que los patos salvajes tienen más tejido conjuntivo, lo que explica que su carne sea más dura.

Dado que su carne es grasa, es más difícil de digerir y a esto se suman las salsas que habitualmente acompañan a los platos de pato. A pesar de su elevado contenido graso, no existen grandes diferencias respecto al aporte de colesterol si se lo compara con otras aves como el pavo, la gallina o el pollo.

A la hora de cocinar, y para reducir la grasa del pato, es mejor asarlo, hornearlo, hervirlo o cocinarlo en microondas que freírlo. Puesto que es un alimento graso por naturaleza, acompáñelo de otros alimentos más ligeros para equilibrar su dieta. Por ejemplo: pato a la naranja, pato con compota de manzana, con peras, salsa de cebolla, salsa de vino blanco…

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