Dentro de los platos precocinados que hay en el supermercado, hoy en día están muy en auge los “fideos chinos”. Vienen ya aderezados y solo se necesita añadirles agua caliente y cocerlos durante un corto periodo de tiempo para que estén listos para degustar. ¿Son una buena idea este tipo de productos? ¿Pueden, tal y como dice su publicidad, salvarnos en cinco minutos de caer en una cena poco saludable? Entonces, ¿ellos sí conforman una ingesta saludable? En este artículo se abordan estas cuestiones sobre los fideos chinos instantáneos y se propone una alternativa.
¿Qué llevan los fideos chinos?
En general, y con variaciones según la marca y el sabor elegido, estos productos se componen sobre todo (entre un 85% y 90%) de fideos elaborados con cereales refinados y alguna grasa de baja calidad (grasas vegetales refinadas o incluso grasas hidrogenadas) y saborizantes junto a más grasas insanas que ayudan a vehiculizar los sabores y convertirlos en productos muy palatables. Pueden llevar algún pequeño trozo de verdura u hortaliza deshidratada, pero en tan poca cantidad que resulta insignificante e irrelevante a nivel nutricional.
Llevan, además, ingentes cantidades de sal, también azúcar y otros potenciadores del sabor. Y es habitual que, aunque el envase tenga rotulada la palabra «pollo» o «gamba», no contenga ni rastro de estos alimentos. Es simplemente «sabor a», un saborizante artificial, o también que no lleven pollo pero si «grasa de pollo» o «extracto de pollo». No aparecen estos alimentos proteicos en las listas de ingredientes.
Respecto a la sal, vale la pena profundizar un poco más. Estos preparados llevan alrededor de 3 g por envase. Si recordamos que las recomendaciones hablan de no superar los 5 g de sal al día, solo con consumir una ración de fideos chinos instantáneos ya se estaría ingiriendo el 60% del máximo recomendado, una cantidad a todas luces excesiva.
El glutamato monosódico y el «síndrome del restaurante chino»
El glutamato monosódico (E601) es recurrente en este tipo de productos. También es habitual añadir el E635 (ribonucleótidos disódicos), que actúa de forma sinérgica con el glutamato potenciando su efecto y haciendo que el impacto en las papilas gustativas y los receptores cerebrales sea aún más potente y adictivo.
El E601 se relaciona con una serie de síntomas conocidos como el «síndrome del restaurante chino«. Algunos de ellos son el dolor en el tórax, el ardor o entumecimiento en la boca, la sudoración y el enrojecimiento, aunque no está del todo claro que el potenciador del sabor sea el causante. Sí parece que tiene relación con la aparición del dolor de cabeza y la elevación de la tensión arterial.
De cualquier modo, es interesante saber que este compuesto no se encuentra solo en la comida oriental. Su presencia es habitual en todo tipo de snacks, precocinados y comida rápida en general.
¿Qué alternativa hay a estos productos?
Es muy fácil encontrar en los supermercados fideos chinos de arroz, de trigo, de soja… que son simplemente la pasta y no forman parte de un precocinado. Estos fideos son un tipo de preparado cuya cocción es muy rápida, de apenas 2-3 minutos, a diferencia de la pasta tradicional, que requiere entre 8 y 12 minutos de cocción.
Cocer estos fideos en casa, y añadirles una buena ración de verduras salteadas, setas, hojas verdes y unas tiras de pollo, gambas, tofu o huevo y un chorro de salsa de soja de buena calidad, es una alternativa más saludable y con un perfil nutricional mucho mejor. Se pueden tener en casa salsas preparadas congeladas o verdura cortada que solo se tenga que pasar rápido por un wok, agregar los fideos y disfrutar.