Hemorroides en el embarazo: trucos para evitarlas

El dolor de las hemorroides durante la gestación se alivia con una dieta contra el estreñimiento y distintas medidas higiénicas
Por Marta Vázquez-Reina 5 de marzo de 2015
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Imagen: photo-deti

Una de cada cuatro mujeres embarazadas sufre uno de los trastornos más habituales de la gestación: las hemorroides. Aunque no se considera una enfermedad, este problema puede afectar a la calidad de vida de la mujer en estado y dificultar sus actividades diarias. Por eso, los especialistas recomiendan combatirlo con un tratamiento conservador. En este artículo se responden a tres preguntas fundamentales sobre las hemorroides en el embarazo: por qué son frecuentes, cómo hay que tratarlas y cómo evitarlas o reducirlas.

Hemorroides, ¿por qué son frecuentes en el embarazo?

Las hemorroides no son extrañas. Las padece el 86% de la población, en uno u otro momento, señala la Asociación Española de Gastroenterología. Sin embargo, en algunas circunstancias, como durante el embarazo, esta molesta enfermedad aparece con mayor frecuencia. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia estima que hasta el 25% de las mujeres en estado pueden presentar este problema por primera vez o «sufrir periodos de agravamiento de hemorroides previas». Algunas investigaciones sugieren que la prevalencia de las hemorroides es mayor a medida que avanza la gestación. Así, en el primer trimestre afecta al 11% de las mujeres, en el segundo al 14% y en el tercero al 17%.

El estreñimiento que padece una de cada tres mujeres durante la gestación es uno de los factores asociados a las hemorroides

La aparición de este problema en el embarazo se debe en parte a que el crecimiento del útero aumenta la presión venosa en la zona y favorece su surgimiento. Por otra parte, el estreñimiento que padece una de cada tres mujeres durante la gestación es uno de los factores asociados a las hemorroides. Las alteraciones hormonales en el embarazo, la disminución del tono muscular del suelo pélvico y la presión de la cabeza del niño sobre el recto son algunas de las causas que derivan en este trastorno en el tránsito intestinal.

¿Cómo trato las hemorroides durante el embarazo?

Las hemorroides no se consideran una enfermedad grave durante la gestación. «Sus síntomas en general son leves y transitorios e incluyen sangrado intermitente por el ano y dolor», afirma el cirujano Cesar Quijano, autor de una completa revisión sobre este tema publicada en la Biblioteca Cochrane. No obstante, las hemorroides pueden afectar a la calidad de vida de la mujer y provocar una «dificultad real para enfrentarse con las actividades de la vida diaria».

Los especialistas proponen un tratamiento conservador para reducir los síntomas. Sobre todo, se trata de algunas modificaciones dietéticas para resolver el estreñimiento: incrementar la ingesta de líquidos y de fibra, así como evitar las especias, sobre todo las picantes, y las bebidas alcohólicas.

Las medidas para aliviar o calmar el dolor incluyen los baños con agua fría o templada durante diez minutos, lavar y secar bien la zona anal después de ir al baño y, en caso de dolor más intenso, consultar con el médico sobre la conveniencia de utilizar una pomada local con antinflamatorios o anestésicos.

¿Podemos evitar las hemorroides durante el embarazo?

Para prevenir las hemorroides durante el embarazo la mejor opción es prevenir el estreñimiento. Los especialistas aconsejan estas cinco pautas.

  • Aumentar la ingesta de líquidos. Una media de ocho vasos de agua o zumos naturales al día son una medida preventiva eficaz contra el estreñimiento.
  • Tomar fibra. Entre 25 y 35 gramos diarios de fibra resultan suficientes para regular el tránsito intestinal. Las frutas frescas, hortalizas, verduras, cereales integrales y frutos secos son algunos de los alimentos recomendados para aportar fibra al organismo.
  • Hacer ejercicio de forma regular. La vida sedentaria no favorece el correcto tránsito intestinal, por lo que es aconsejable dar pequeños paseos a diario y evitar pasar mucho tiempo sentada o de pie en el mismo sitio.

  • Establecer horarios para ir al baño, bien al levantarse o después de las comidas. Lo importante es estar tranquila y relajada y no retener.

  • Comer bien, seguir horarios fijos, ingerir despacio, sin prisas y masticar bien los alimentos.
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