Ideas para reducir los gastos de tener un hijo

Aplicar ciertos trucos al alimentar y asear al bebé, equipar su habitación al mínimo o vestirle con ropa prestada disminuye el desembolso que supone criar a un niño
Por María Huidobro González 10 de abril de 2018

Las ayudas económicas de las administraciones públicas cubren una pequeña parte de los gastos que genera la llegada de un nuevo hijo a la familia. La pericia de los padres para afrontar cada dispendio, la salud del bebé, los regalos de familiares y amigos y el apoyo de algunas asociaciones también contribuirán a reducirlos. En el siguiente artículo se abordan varias pautas con las que disminuir el gran desembolso que supone tener un niño, sobre todo durante los primeros años de vida.

Heredar ropa de otros hermanos y primos, pedir prestada la trona o la hamaquita a los amigos y adquirir artículos de todo tipo en tiendas de segunda mano, como Percentil, Mooms o Wallyboo, son estrategias que siempre resultan muy útiles para ahorrar en los gastos de los más pequeños. «Todo dependerá de las prioridades y del estilo de la familia», reconocen desde la Federación Española de Familias Numerosas. Pero hay varias ideas y consejos que ayudan, como los que se proponen a continuación.

1. Leche materna, primero, y purés caseros y alimentos sólidos, después

Además de mucho cariño y contacto humano, los bebés reclaman al poco de nacer -y ya para siempre- poder alimentarse. La lactancia materna es el sistema más económico y natural de dar la leche que necesita el recién nacido en sus primeros meses, como sostiene el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría. Siempre que sea posible, lo recomendable es recurrir a ella, y dejarse de biberones, tetinas y leche de fórmula, que no hacen sino subir los gastos. Pero si no, lo conveniente para ahorrar es utilizar leche en polvo, en vez de leche lista para usar.

Los cereales infantiles son prescindibles, como se recuerda en este artículo del dietista-nutricionista Julio Basulto. Lo mismo ocurre con los cómodos potitos de frutas y verduras; los purés caseros resultan más baratos y saludables y «alrededor de los seis meses ya pueden empezar a comer sólidos», como propugna el método baby-led weaning (BLW) que explica la Asociación Española de Pediatría.

2. Pañales de tela y toallitas caseras

Otro desembolso importante que se puede reducir de forma considerable desde el primer día es en la higiene, sobre todo en pañales desechables y toallitas húmedas. Lo más drástico es criar al bebé sin pañales, pero para quienes este método no les convence, hay otras maneras de bajar el presupuesto en este asunto.

Los pañales de tela o ecológicos resultan mucho más económicos. Lavables, los hay de distintos sistemas, estampados, telas y tejidos. La fuerte inversión inicial, en torno a unos 20 euros por pañal, se ve recompensada más adelante.

En cuanto a las prácticas toallitas, hay dos alternativas: coger la palangana con agua y usar esponja y jabón neutro en cada cambio de pañal o fabricar unas toallitas caseras.

3. Habitación infantil: cuna convertible y cambiador de viaje

Tampoco hace falta poner con todo lujo de detalles la habitación del nuevo miembro de la familia. Decorar el dormitorio infantil uno mismo, pero equiparlo con lo necesario, tampoco supone tanto.

¿Minicuna, moisés o capazo? Con esta caja de maternidad (de cartón) que regala el Gobierno de Finlandia a cada bebé que nace en el país nórdico y un colchón se pueden pasar los primeros meses, y si no, con una cuna de dos alturas el niño ya tiene el lugar de descanso perfecto hasta los dos años.

Otra opción de ahorro es disponer de una cuna convertible en cama, que servirá hasta que el pequeño cumpla cinco años. Y para los más viajeros, la cuna de viaje y un colchón puede ser la solución para la noche, y también para el día, como parque de juegos. El colecho (compartir cama con el bebé) también es otra forma de descontar gastos en camas infantiles.

Por supuesto, nada de mueble cambiador, que sube el presupuesto; es cómodo, pero no indispensable. Una cama -nido, mejor-, una cómoda o chifonier algo bajo y un cambiador de viaje o vestidor encima servirán.

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Imagen: Lopolo

4. ¿Y en el cuarto de baño? Bañera de plástico y elevador

Con una bañera de plástico o hasta hinchable (de viaje) es más que suficiente, pues en cuanto el niño pueda permanecer sentado, la misma bañera antideslizante de los adultos le valdrá, pero sin asientos ni hamacas de baño.

Más adelante, dejar el pañal traerá otros artilugios: orinal o reductor de váter. Su uso no tiene por qué ser necesario; dependerá del menor. Lo que sí le ayudará es un elevador, para que llegue al inodoro él solito sin ayuda. A estas alturas, el papel higiénico sí que debería haber desbancado a las toallitas húmedas.

5. Salir de paseo: a gusto del niño y sus padres

Este apartado, dependerá, y mucho, de cómo sea el pequeño, pero también de los progenitores, sus gustos, modos de vida… Los hay que utilizan el capazo de paseo a modo de cuna portátil para mover al niño por la casa; otros que ni lo usan y se decantan siempre por los brazos y la silla de seguridad para el coche (conocido como «huevo») para desplazarse dentro y fuera del hogar; están los que prefieren la mochila portabebés o un fular para portear al peque, porque viven en un cuarto piso sin ascensor o, simplemente, porque les gusta.

Solo es imprescindible una silla de paseo con su sombrilla (o no) y, si hay coche, otra para el automóvil. Prestadas o de segunda mano, el coste puede ser cero.

6. Ropa: no pasa nada si es heredada

Como en el anterior apartado, el gasto en ropa no tiene por qué ser importante, sobre todo al principio, pues en poco tiempo crecen mucho y todo les queda pequeño. Los zapatos no los usarán en los primeros meses, así que un gasto menos.

En Te lo doy gratis o No lo tiro.org se pueden conseguir prendas sin soltar ni un solo euro. Además, acudir a establecimientos outlet o de segunda mano resulta muy económico. Y las familias numerosas pueden aprovecharse de los descuentos de las empresas que aparecen en la nueva web app de la Federación Española de Familias Numerosas.

7. ¿Y si no puedo atenderle?

Capítulo aparte es el gasto que conlleva el cuidado de los hijos, mientras que los padres de la criatura no pueden atenderle. Lo más económico es pedir el favor a un familiar o amigo. Un centro de cuidado infantil en un hogar como hay en Navarra resulta algo menos costoso, y más familiar, que una guardería privada, pero más caro que un centro público. Y para momentos puntuales, lo recomendable es recurrir a canguros, vecinos, ludotecas o amigos. La Asociación Clara Campoamor en Vizcaya ayuda en estos casos a las familias monoparentales con el programa Kanguruak.

8. Aprovechar los regalos para lo necesario, o lo que no es tanto

Cada vez está más de moda los baby shower, esa fiesta que se hace a los futuros padres para celebrar el inminente nacimiento de su hijo, con regalos incluidos. Sin tener que llegar a esos extremos, se puede aprovechar la buena intención de amigos y familiares para pedirles esos productos imprescindibles y, si se quiere, aquellos que en realidad no son tan necesarios.

Entre los artículos de salud y accesorios para el baño esenciales, y que pueden ser el obsequio perfecto, están los que conformarían una canastilla muy práctica: chupetes, termómetro (no de baño), agua de mar, aspirador nasal y sus recambios, tijeritas de punta redonda, cepillo, esponja (o no), gel, champú, leche corporal, suero fisiológico para sus ojitos… Los pañales y las toallitas también serán bienvenidas, por supuesto. Y la barrera anticaídas para la cama, lo será más adelante.

Y entre los no (tan) importantes, pero que tampoco vienen mal, están: gimnasio infantil, hamaca, trona, esterilizadores, humidificador, sacaleches, chichoneras (protectores para la cuna), vajilla y cubiertos, interfonos…

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