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Qué es el mareo en niños y cuáles son sus síntomas
El mareo es un malestar en la cabeza que engloba varias sensaciones desagradables y que utilizamos para describir diversos síntomas subjetivos: aturdimiento, desorientación, inestabilidad, ligera pérdida de equilibrio, debilidad, visión borrosa, confusión, sensación de caída o de andar flotando… Nos sucede a los adultos, y también a los menores a partir de los dos años de edad.
Los peques pueden notar que se marean al ponerse de pie, mover la cabeza o dar un paso, o también que con esos movimientos se marean todavía más. Puede pasarles cuando viajan en coche usando pantallas, o, por supuesto, en un barco, o después de vivir determinadas situaciones. Les puede durar unos segundos y hasta días, y suceder a menudo.
Y no solo es importante el “cuándo” sino también el “cómo”. A veces, también hay otros síntomas: tienen náuseas, dolor de cabeza y es tan intenso que necesitan sentarse o acostarse. Todo ello es importante para saber la causa y cómo atajarlo.
👉 No es síncope ni vértigo
Sin embargo, hay que diferenciar mareo de desmayo o síncope, aunque también se le conoce como presíncope. Y es que, si el mareo se prolonga y no llega suficiente oxígeno al cerebro, puede desembocar en pérdida de consciencia brusca, lo que llamamos desmayo.
Además, el mareo también es distinto al vértigo. Este trastorno del equilibrio se caracteriza por la sensación de movimiento o giro de la propia persona o de los objetos que la rodean y se debe a una alteración del sistema vestibular (está en el oído interno). Y, por supuesto, nada tiene que ver con la ataxia, con la que es imposible mantener el equilibrio (el niño se cae tanto con los ojos abiertos como cerrados).
Si en muchas ocasiones ya a los adultos nos resulta complicado explicar qué sensaciones percibimos para ver si estamos ante un mareo o un vértigo, cuanto más en el caso de los menores.

Así que ¿cómo detectar vértigo en niños? Los especialistas insisten en el giro, en si experimentan una sensación parecida a que se tiene tras montar en una atracción de feria que da vueltas. Y en los más pequeños que aún no hablan, fijarse en si andan raro, no quieren caminar, tienen náuseas, vomitan, están pálidos… Porque sí, los menores pueden sufrir vértigos, como advierten desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabello y Cuello (SEORL-CCC). Por tanto, si crees que tu hijo puede tener este problema, consulta a su pediatra.
Causas del mareo infantil
El mareo en niños, niñas y adolescentes puede ser síntoma de diversas patologías, la mayoría benignas, o consecuencia de determinadas situaciones que se pueden evitar. Pero también hay mareos que precisan tratamiento urgente, como veremos. Cuando a un niño le da mareos, ¿qué puede ser? Estos son los motivos más comunes del mareo en los menores:
😵 Mareo cinético
Sucede en sitios que se mueven, como coches, barcos o barracas de feria. En el mareo por movimiento los niños se encuentran mal, palidecen y tienen náuseas. A veces, afecta al equilibrio: no pueden mantenerse en pie.
😵 Bajón de tensión
En el presíncope, bajan la frecuencia cardiaca y la tensión arterial, por lo que disminuye la sangre que llega al cerebro. Además del mareo típico del aturdimiento, los menores pueden sentirse débiles y notan visión borrosa. ¿Y por qué sucede? Por lo general, por levantarse bruscamente (porque baja la presión rápido) o por estar de pie mucho tiempo en un mismo sitio (se acumula la sangre en las piernas).
😵 Hipoglucemia
Saltarse el desayuno o pasar muchas horas sin comer puede ocasionar en los menores un nivel bajo de azúcar (glucosa) en sangre. Este trastorno metabólico, conocido con el nombre de hipoglucemia, genera al principio sensación de mareo y hambre, sudores fríos, temblores, palpitaciones, palidez, debilidad… Y con niveles más bajos, donde aparece visión borrosa o cefalea, por ejemplo, el peque puede acabar convulsionando o en coma. De ahí que sea importante ir a urgencias si hay sospecha.
😵 Deshidratación
Si tus hijos han sudado mucho y no han bebido suficiente agua, puede que se mareen al no reponer la pérdida de líquidos. Pero también puede ocurrirles por beber demasiada agua sin necesidad, aunque en niños es más raro. La deshidratación en los menores también se caracteriza con boca, lengua y piel seca, lloro sin lágrimas, menos orina e irritabilidad o somnolencia.

😵 Sobreesfuerzos físicos
Practicar deporte o realizar un esfuerzo físico muy intenso a veces genera en los chavales mareos, ganas de vomitar y palidez. ¿El motivo? La pérdida de líquidos. Pero ¡cuidado! También puede pasarles al hacer running, si la respiración no es la adecuada y el nivel de oxígeno es insuficiente.
😵 Anemia
Estar cansado o fatigado o presentar intolerancia al ejercicio se puede manifestar con mareos. Y, a veces, el motivo de estos síntomas es la anemia infantil.
😵 Golpe de calor
La exposición prolongada al sol o permanecer en ambientes cálidos y de humedad relativa elevada puede provocar en los menores un aumento excesivo de la temperatura corporal. El golpe de calor en niños se presenta, como explican desde la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría (SEUP), no solo con mareos, confusión o desorientación; también con piel caliente, enrojecida y seca, fiebre mayor a 39 °C, dolor de cabeza intenso y náuseas o vómitos. En casos graves, puede haber pérdida de conocimiento.
😵 Estrés, ansiedad o depresión
El miedo a las agujas por una vacuna o el pánico a ver sangre puede producir mareos, entre otros síntomas. Y enfrentarse a situaciones cotidianas estresantes a estas edades como un examen, ir al colegio, separarse de los padres, ir a la cama… pueden hacer que el menor también los sufra. De hecho, los trastornos de ansiedad y depresivos se asocian a los mareos. Los expertos reconocen que este síntoma es una forma típica de evitación ante ese tipo de circunstancias. Además, hay que tener en cuenta que las crisis de ansiedad pueden producir mareo por hiperventilación.
😵 Tapón de cera en el oído
El sentido del equilibrio está muy relacionado con el oído interno. Por eso, un simple tapón de cerumen en el oído puede provocar una disminución o pérdida de audición, como también aturdimiento o mareo.
😵 Infecciones víricas
Los menores con enfermedades víricas, como resfriados o gripe, suelen quejarse de mareo. Puede deberse a la fiebre alta o a la debilidad por estar enfermo.
😵 Intoxicación
Entre las sustancias más frecuentes como causa de intoxicación (voluntaria e involuntaria) que ven los pediatras en adolescentes y que pueden producir mareo, están el alcohol, las benzodiacepinas (para tratar el insomnio o la ansiedad), el monóxido de carbono y los medicamentos anticatarrales.
😵 Efecto secundario de fármaco
Si tu hijo está tomando algún medicamento y ha tenido un mareo, puede ser un efecto secundario. Consulta con el pediatra para valorar la posibilidad de suspender el tratamiento y sustituirlo por otro, si es posible.
Cuándo hay que preocuparse por los mareos en la infancia y adolescencia

La mayoría de las veces son mareos transitorios y se resuelven en niños, niñas y adolescentes con hábitos saludables o rutinas como las revisiones médicas. Pero si los mareos son frecuentes o, siendo leves, interfieren en su día a día o se acompañan de otros síntomas (tiene dolor de oídos, fiebre de varios días), consulta con el pediatra.
Además, un mareo en el menor es motivo de urgencia si:
- no puede mantenerse en pie o andar.
- está muy débil.
- hay sospecha de hipoglucemia, intoxicación, problema cardiaco, deshidratación o golpe de calor.
- se muestra confuso, habla raro.
- tiene un dolor de cabeza muy fuerte.
- se ha producido tras una hemorragia.
- toma algún fármaco que puede provocarlo.
Qué hacer si el niño se marea
Ante todo, hay que evitar que el mareo del peque acabe en síncope y caída. ¿Cómo? El Grupo de Educación para la Salud de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) aconseja que en cuanto el menor comience a sentirse mal, tiene que sentarse o tumbarse. Además, es conveniente que respire lenta y profundamente.
Y puedes ayudarle: aflójale la ropa y ventila la habitación o ponle a la sombra si es en el exterior hasta que se le pase. Ofrécele agua. Si en dos horas no está recuperado, acude a un centro médico.
Recomendaciones para prevenir mareos en la infancia y la adolescencia
De primeras, se aconseja mantener unos hábitos de vida saludables: beber agua abundante, llevar una alimentación saludable, cuidar el sueño, practicar ejercicio físico y evitar el estrés. Esto incluye no estar mucho tiempo sin comer y, si se es propenso a los mareos y no se sufre de hipertensión infantil, tomar en el desayuno algún alimento que aporte sal (tostadas con aceite y sal, queso…).
Por descontado, lo idóneo para prevenir los mareos a estas edades es evitar las situaciones que los desencadenan.
- Si los mareos están relacionados con el movimiento, no habrá que hacer cambios bruscos de postura. Así que, al levantarse de la cama, el sofá o la silla, es importante que el niño lo haga despacio.
- Si el mareo se debe a estar mucho tiempo de pie, intenta que lo evite. Pero si no es posible, debería hacer algún ejercicio para favorecer el retorno de la sangre de las piernas hacia el corazón, como ponerse de puntillas y talones.
- Si los mareos del menor son causados por calor o deshidratación, procura que siempre descanse en un sitio fresco y que beba líquidos.
- Si el niño se marea cuando le sacan sangre, debe avisarlo siempre antes de la extracción para que se puedan tomar medidas: sacar la sangre tumbado y evitar mirar las agujas o las muestras de sangre.
Y para los peques que se marean con facilidad en los coches, lo recomendable es que viajen dormidos. Pero si están despiertos, que no lean ni miren pantallas: mejor recostarse, manteniendo la cabeza fija y la mirada en un punto lejano, como recomiendan los farmacéuticos. También se pueden usar medicamentos para tratar el mareo cinético, como chicles y soluciones orales.