Qué es la tiña, cómo prevenirla y qué hacer si tu hijo se ha contagiado

Si la tiña afecta a la piel de la cabeza del niño, puede dejar alopecias permanentes en la zona, en el caso de que no acuda al médico para iniciar el tratamiento específico
Por María Huidobro González 27 de enero de 2023
tiña cabeza niños
Imagen: Myriams-Fotos
El sarampión o la varicela son enfermedades por las que tu hijo no debe ir al colegio unos días, pues están entre las afecciones más contagiosas entre los niños. En cambio, otras infecciones de la piel muy comunes en la infancia, y fáciles de contagiar, no requieren de exclusión escolar. Así ocurre con la enfermedad mano-pie-boca, los moluscos o los piojos. ¿Y qué pasa con la tiña, que es “altamente contagiosa”, según los dermatólogos? Te contamos más acerca de esta micosis cutánea, los tipos que hay y cuáles son los más frecuentes en los peques, cómo puedes prevenir la tiña y qué debes hacer si tu hijo resulta afectado.

Qué es la tiña

Las tiñas o dermatofitosis son infecciones de la piel, el cuero cabelludo y las uñas producidas por un grupo de hongos, los dermatofitos. A estos microrganismos que pertenecen a los géneros Trichophyton, Epidermophyton y Microsporum les encanta la queratina que tienen estas partes de nuestro cuerpo.

También influyen en su crecimiento, tal y como reconocen los pediatras en este documento de consenso (2016), la humedad, el calor, la química específica de la piel, la composición del sebo, la sudoración, la edad más joven, la alta exposición por hacinamiento, la predisposición genética, estados de inmunosupresión, tratamiento con corticoides y enfermedades asociadas (diabetes, dermatitis atópica).

Estos hongos no son peligrosos, pero sí muy contagiosos y pueden causar irritaciones molestas (antiestéticas descamaciones que pican, purulentas) que pueden derivar en problemas mayores si no se acude a un dermatólogo que las identifique y las trate. Y es que, aunque las micosis cutáneas que provocan son superficiales, en ocasiones invaden estructuras profundas o se propagan originando una enfermedad sistémica grave. Además, en personas con sistemas inmunes débiles, pueden extenderse o hacerse crónicas. Y si la tiña afecta a la cabeza, puede dejar alopecias permanentes si se destruye el folículo piloso de la zona.

Tipos de tiña y sus síntomas

No es raro que los menores de edad puedan sufrir estas infecciones cutáneas, pero hay un tipo de tiña que de forma casi exclusiva sucede en la infancia: la tiña del cuero cabelludo. Así, entre los más pequeños es más frecuente también la tiña del cuerpo, mientras que, en los adolescentes, la tiña inguinal, la del pie y la de las uñas.

➡️  Tiña de la cabeza o ‘tinea capitis’

Entre las personas más susceptibles a padecer una infección por dermatofitos del cuero cabelludo están los niños de 6 meses a 12 años, con ligero predominio en varones. La máxima incidencia, según datos de Asociación Española de Pediatría (AEP), sucede entre los 4 y 7 años. Es raro tener la tiña del cuero cabelludo o tinea capitis después de la pubertad, si bien “la mayoría de los adultos pueden ser portadores, es decir, pueden contagiar la enfermedad, pero no la padecen”, reconocen desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Alopecia, descamación e inflamación son los síntomas más destacados de esta invasión del pelo, que pueden ser confundidos con eccemas. Hay dos formas de la tiña de la cabeza:

  • No inflamatoria. Se caracteriza por producir alopecia reversible, pelos rotos, descamación y prurito local. La forma microspórica la causa el hongo Microsporum canis y la tricofítica, el Tricophyton Tonsurans.
  • Inflamatoria o querión de Celso. En esta forma grave aparecen placas inflamadas, pústulas y costras molestas y dolorosas, incluso purulentas. El pelo se arranca con facilidad y la alopecia es irreversible.

➡️  Tiña del cuerpo

La también llamada tiña de la piel sin pliegues o tinea corporis surge en la piel de tronco y extremidades, excepto en las palmas de las manos, las plantas de los pies y las ingles. Se manifiesta, tras un periodo de incubación de entre una y tres semanas, con unas lesiones circulares u ovaladas, descamativas y pruriginosas (que pican) y a veces con sensación de quemazón. Esta tiña corporal tiene diversas formas clínicas: profunda, incógnito o granuloma de Majocchi.

pie atleta niños
Imagen: Oleksandr Pidvalnyi

➡️  Pie de atleta o ‘tinea pedis’

A la dermatofitosis más frecuente después de la pubertad (en niños mayores y adolescentes) se la conoce también como pie de atleta, ya que afecta a las plantas de los pies y los espacios que hay entre los dedos, aunque la forma interdigital es la más habitual en niños. Ampollas, úlceras o lesiones descamativas son algunas de sus manifestaciones.

➡️  Tiña de las uñas

Poco frecuente en la infancia, la tinea unguium u onimicosis es más habitual en niños mayores y se asocia al pie de atleta. Aparece en el borde de las uñas de los pies (el primer dedo) como manchas amarillentas o blanquecinas y con un engrosamiento en su lámina. Puede causar dolor y picor.

➡️  ‘Tinea cruris’

El eccema marginado de Hebra, tiña inguinal o de grandes pliegues afecta a adolescentes deportistas (sudoración excesiva), puede que provenga de la tinea pedi o la onicomicosis y atañe a la región inguinal y las áreas púbica, perineal y perianal. Lo que comienza con un enrojecimiento de la piel se convierte en lesión que puede inflamarse.

Cómo se contagia la tiña

Estas tiñas se transmiten por contacto directo con animales (perros, gatos y conejos), tierra contaminada y personas infectadas. Pero también pueden permanecer en los fómites (superficies contaminadas), en el suelo de vestuarios, de piscinas y de la propia vivienda, y en los pelos caídos de los animales.

Precisamente, en una investigación realizada en el ámbito de la AEDV y que ha sido admitida para publicar en la revista ‘Actas Dermo-Sifiliográficas’ titulada ‘Brote de dermatofitosis en región de cabeza y cuello asociadas al rasurado en peluquerías: Estudio descriptivo multicéntrico de una serie de casos’, se apunta a que la tiña puede transmitirse a través de instrumentos no desinfectados (en este caso, maquinillas eléctricas contaminadas) que entran en contacto estrecho y repetido con la piel.

tiña cabeza adolescentes
Imagen: OrnaW

Cómo se diagnostica la tiña

En la mayoría de los casos, el diagnóstico de las tiñas es identificado por la clínica cutánea que observa el dermatólogo.

Pero en ocasiones, pueden ser difíciles de diagnosticar, pues los síntomas se parecen a los de otras enfermedades, como psoriasis, dermatitis, alopecia o impétigo. De ahí que la confirmación mediante un cultivo de hongos sea obligatoria ante la sospecha de tiñas de cabeza y uñas, por ejemplo. Además, la dermatoscopia resulta útil en las tiñas del cuero cabelludo para “observar pelos en coma o en sacacorchos”, detallan los expertos de la AEP.

Cómo curar la tiña

Después de un correcto diagnóstico, ¿cómo se quita la tiña? Para eliminar el hongo que causa la tiña de la cabeza o la de las uñas hay que iniciar un tratamiento oral específico según la especie durante 2-4 semanas. Además, debe utilizarse un champú especial para disminuir el contagio y mejorar la curación. Y es aconsejable limar y cortar las uñas infectadas para facilitar la acción de los antifúngicos. También cabe la posibilidad de recetar corticoides para bajar la inflamación o antibióticos si hay infección bacteriana.

En el caso de las tiñas del cuerpo, cruris y pedis hay que recurrir a tratamiento tópico para curarla rápidamente. Lo conforman unas cremas que se aplican una o dos veces al día durante 2-6 semanas o hasta 4-5 días después de aparente curación.

Cómo prevenir la tiña

Para prevenir las infecciones por tiña es esencial seguir las siguientes recomendaciones que hacen los dermatólogos:

  • No compartir objetos de uso personal (toallas, ropa de cama, sombreros, gorros, cortaúñas, calzado). Y si se utilizan, desinfectarlos de manera correcta entre un uso y otro.
  • Mantener una buena higiene de la piel y las uñas, con cuidado de que estén limpias y bien secas.
  • Evitar calzado no transpirable.
  • Secarse bien los pies (especialmente entre los dedos) después de ducharse, sobre todo si se acude a baños o piscinas públicas.
  • No caminar descalzo en áreas públicas, como baños, duchas y vestuarios públicos.
  • Evitar la sudoración excesiva y la humedad.
  • Si son niños, evitar contacto estrecho con otros menores contagiados.
  • Si se tiene contacto estrecho con animales, vigilar y comprobar de vez en cuando si tienen áreas donde han perdido el pelo y, en su caso, llevarlos al veterinario.

Qué hacer si mi hijo tiene tiña

Si algún miembro de la familia tiene tiña, como medidas generales deben considerarse de nuevo todas las pautas preventivas ya descritas para no extender el contagio, ya que el hongo causante puede permanecer durante mucho tiempo en superficies. Así, es aconsejable:

  • No compartir objetos que puedan estar contaminados (toallas, gorros, peines, cepillos, cojines, ropa de cama, calzado, etc.).
  • Mantener las zonas de pliegues secas y aireadas, evitando la humedad.
  • ¿Deben ir al colegio niños con tiña? Lo podrán hacer cuando inicien el tratamiento, según recomiendan los pediatras en la ‘Guía ABE’. Pero, dependiendo del hongo causante de la tiña, es necesario el aislamiento domiciliario durante al menos una semana de tratamiento. Así que, si tu hijo tiene tiña, pregunta al pediatra cómo proceder en este asunto.

Si tiene tiña de la cabeza:

  • Eliminar o limpiar los objetos contaminados.
  • No se recomienda el rapado, aunque sí se puede cortar el pelo en ciertas zonas para facilitar las curas.

Si tiene tiña del pie:

  • No caminar descalzo por baños y duchas de uso público.
  • Usar calzado no cerrado y calcetines absorbentes, y no prendas oclusivas o poco transpirables.
  • Terminar al menos una semana de tratamiento antes de ir a la piscina y, en ese caso, utilizar protección en el pie como calcetín de goma o zapatillas.
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